Graz, una gota italiana en Austria?
Patios renacentistas cual 'palazzos' venecianos, edificios 'art nouveau' y arquitectura de aires alien¨ªgenas gu¨ªan un paseo por esta ciudad patrimonio mundial que respira arte y dise?o
Geogr¨¢ficamente, Graz es una ciudad austriaca, pero est¨¦ticamente es italiana. La m¨¢s italiana de todas fuera del pa¨ªs con forma de bota. Elegancia que se suma a su doble condici¨®n, concedida por la Unesco, de ciudad patrimonio mundial por el buen estado de conservaci¨®n de su medieval centro hist¨®rico y, desde 2011, de ciudad del dise?o gracias a c¨®mo entiende y valora su entorno. M¨¢s que art¨ªstica y creativa, Graz y sus habitantes son conscientes de los beneficios que aportan a sus vidas la cultura y el dise?o. La ciudad es un semillero de arquitectura g¨®tica, renacentista y barroca, en la que actualmente tambi¨¦n se levantan construcciones casi marcianas que apenas chirr¨ªan con el entorno en ambas orillas del Mura.
El r¨ªo, de buena corriente, que atraviesa la urbe sortea Murinsel, una isla artificial con forma de ostra dise?ada por el artista neoyorquino Vito Acconci a partir de una idea de Robert Punkenhofer. Desde 2003, a?o en el que Graz ejerci¨® como capital eu?ropea de la cultura, conecta un lado y otro del cauce por medio de dos pasarelas. En la ¨ªnsula que se ilumina al caer el sol hay un caf¨¦ y un anfiteatro en el que mucha gente toma asiento y lee, descansa y conversa. En el este se encuentra la ciudad vieja y en el oeste la nueva. Ambas orillas est¨¢n frecuentadas por cerca de 40.000 estudiantes. De sus cuatro universidades, una de ellas fundada en el siglo XVI ¡ªla Karl-Franzens Universit?t¡ª, no es raro que salgan brillantes arquitectos. Tampoco m¨²sicos, pues en sus calles quien no toca un instrumento en alguna acera lo transporta subido en una bicicleta de camino a alg¨²n escenario.
9.00?El amigo extraterrestre
La jornada puede arrancar con un desayuno en el Hotel Daniel?(1), una construcci¨®n de estilo posterior a la II?Guerra Mundial en la plaza de Europa, junto a la estaci¨®n de tren, en la orilla occidental del Mura. En este mismo margen se encuentra la Casa del Arte o Kunsthaus?(2). Una burbuja fluorescente, de forma biom¨®rfica y de aspecto extraterrestre que se conoce popularmente como ?Friendly Alien (el alien¨ªgena amigo). En este edificio, tan interesante por fuera como por dentro, se exhiben colecciones de arte contempor¨¢neo. Al otro lado del r¨ªo, y antes de deambular por el casco hist¨®rico, merece la pena visitar el Universalmuseum Joanneum?(3). El complejo alberga tres edificios hist¨®ricos a los que se accede a trav¨¦s de una entrada en forma de cono invertido de vidrio. Adem¨¢s de su fondo muse¨ªstico, exhibe un completo panorama de la ciencia, el arte y la cultura locales.
10.00 Una vuelta arquitect¨®nica
Fuera del Joanneum se puede continuar admirando la magn¨ªfica arquitectura que configura el centro hist¨®rico, declarado patrimonio mundial en 1999. Palacetes ornamentados, edificios de fachadas coloreadas y estucadas como el ayuntamiento y la Casa Luegg (Hauptplatz, 1 y 12), as¨ª como la catedral g¨®tica (Burggasse, 3), para que nadie olvide que Graz fue ciudad imperial. Muy cerca del templo est¨¢ el mausoleo en el que descansan los restos del emperador Fernando II. A las construcciones barrocas y renacentistas se suman edificios art nouveau como la Casa Gemaltes (Herrengasse, 3) (4). Eso s¨ª, hay que prestar atenci¨®n a d¨®nde pisamos. Las calles y patios est¨¢n empedrados con cantos redondos del r¨ªo ¡ªmurnockerl se llaman¡ª y est¨¢n as¨ª de pulidos por la fuerza de la corriente del agua.
11.00 Dentro de una colina
La colina Schlossberg se puede coronar o bien adentrarse en ella. Durante la II?Guerra Mundial se horad¨® con un sistema de galer¨ªas de 6,3 kil¨®metros de largo y 20 entradas que serv¨ªa de refugio antia¨¦reo a unas 40.000 personas. Hoy su uso es m¨¢s un atajo que una defensa. Permite ir a las plazas de Schlossberg (5) y Karmeliter (6) y al ascensor que baja hasta una sala habilitada para actividades subterr¨¢neas y que sube hasta la cima de esta peque?a monta?a.
12.00 Ic¨®nica atalaya medieval
Los 473 metros de altura de Schlossberg la convierten en un cotizado balc¨®n desde el que asomarse y dominar la ciudad a sus pies. En la cima estaba el peque?o castillo que da nombre a Graz, Gradec, y que tambi¨¦n fue una fortaleza renacentista. De dicha construcci¨®n solo queda el campanario y la Torre del Reloj (7), la imagen publicitaria m¨¢s repetida de la localidad. Esta atalaya medieval de 28 metros de altura que mide el tiempo est¨¢ rodeada por un corredor de madera que en el pasado se usaba para vigilar y avisar de posibles incendios. El paseo por esta colina puede acabar en el restaurante?Schlossberg ?(8), un sitio en el que, adem¨¢s de degustar un escalope vien¨¦s o wiener Schnitzel, se puede contemplar el mar de tejas rojas en el que se convierte Graz cuando se la mira desde las alturas. Una ciudad arquitect¨®nicamente ecl¨¦ctica y sin estridencias.
16.00 Tarde de patios
En la calle Sackstrasse (9), entre otras muchas, se esconden varios patios interiores con soportales que merecen la pena. Lo mejor es no buscarlos, se encuentran de casualidad. Estas joyas camufladas entre calles y callejuelas hacen que Graz luzca como una ciudad italiana. Los m¨¢s famosos son el patio Landhaushof (Herrengasse, 16), una genialidad renacentista que evoca a un palacio veneciano, y los patios Generalihof (Herrengasse, 9) y Herzogshof (en la Casa Gemaltes). Bellos enclaves que se pueden ver y en los que se puede culminar la tarde cenando en un ambiente tranquilo y silencioso, como en el restaurante Altsteirische Schmankerlstube ?(10).
20.00 Cena sinf¨®nica
En Graz, arte, cultura y dise?o se entrelazan maravillosamente, como la Casa de la M¨²sica y del Teatro (?MUMUTH) (11). Un edificio de aspecto hinchable que se ilumina por la noche y acoge conciertos de orquestas sinf¨®nicas y obras de teatro. Cenar y disfrutar del ambiente nocturno ¡ªque permite la pandemia¡ª es posible a orillas del r¨ªo Mura, donde se alternan restaurantes y bares.
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