Los d¨ªas empiezan en Samoa
Imprescindibles de este remoto y tranquilo rinc¨®n de la Polinesia donde aguardan una naturaleza y?cultura desbordantes
Samoa es uno de los cuatro pa¨ªses que forman la Polinesia, y uno de los 14 que conforman Ocean¨ªa. Lejana, azul, legendaria, fue descubierta por exploradores europeos en los primeros a?os del siglo XVIII. Primero franceses, luego alemanes y estadounidenses, todos quisieron apropiarse del para¨ªso. Samoa consegu¨ªa en 1962 independizarse de sus ¨²ltimos colonizadores, los ingleses. Aunque son varias islas, m¨¢s del 90% del territorio lo ocupan Upolu, donde est¨¢ Apia ¡ªsu capital¡ª, y Savai¡¯i. Rincones imprescindibles y dignos de cualquier lista de deseos viajeros para cuando se reabran al turismo, pues actualmente este territorio en el que no ha habido un solo caso de coronavirus mantiene sus fronteras cerradas.
Geogr¨¢ficamente, Samoa se encontraba al otro lado de la l¨ªnea del tiempo, el meridiano 180 o la llamada date line, pero en 2011 decidieron ¡°moverse en el tiempo¡± y se cambiaron de lado, de tal forma que el pa¨ªs fue un d¨ªa hacia delante, hacia el Oeste, modificando as¨ª su huso horario. Antes negociaban con los comerciantes estadounidenses y este cambio se hizo para impulsar la econom¨ªa samoana y hacer negocios con China, Australia y Nueva Zelanda. De esta forma pas¨® de ser uno de los ¨²ltimos Estados en entrar en el A?o Nuevo a convertirse en uno de los primeros. Los d¨ªas empiezan en Samoa.
Entre playas y fales
Samoa es la calma, la paz, un para¨ªso de manual aunque no es estrictamente un destino solo de playa. Pero para qu¨¦ enga?arse, solo un ba?o en Lalomanu, en la isla de Upolu, justifica haber cruzado el planeta. Aguas turquesas poco profundas y arena dorada donde sentir que estar all¨ª es una propina de la vida.
Pero tambi¨¦n es muy interesante conocer la fa¡¯a ¡ªla forma de vida tradicional samoana¡ª y la naturaleza del lugar. Curiosamente, los samoanos han vivido siempre en casas sin paredes llamadas fales; ellos no valoran la intimidad y sienten que cualquiera es bienvenido. As¨ª, tambi¨¦n se han creado desde peque?os y econ¨®micos alojamientos a complejos tur¨ªsticos en fales a la orilla del mar donde dormir sin paredes con las olas del Pac¨ªfico a nuestros pies.
Ba?o en To Sua Ocean Trench
Es recomendable alquilar un coche y recorrer las islas. Carreteras estrechas pero en buen estado por las que cruza alg¨²n que otro cerdo. Acantilados, piscinas naturales, tr¨®pico y mar. De Upolu a Savai¡¯i existe un ferri que tarda 80 minutos en hacer el trayecto.
To Sua Ocean Trench, el pozo turquesa, el gran azul, es un b¨¢sico. Se encuentra en Latofaga, en el sur de la isla de Upolu. Entre el verdor, se divisa una escalera que desciende a esta magn¨ªfica piscina natural de 30 metros de profundidad. Otra manera de justificar un viaje a Samoa. La naturaleza adquiere presencia y se siente all¨ª. Ba?arse, abrir bien los ojos y dar gracias.
Palusami, una delicia isle?a
La peque?a econom¨ªa del pa¨ªs se sostiene gracias a las remesas que env¨ªan los samoanos que viven fuera de las islas, sobre todo a los que trabajan en Australia y Nueva Zelanda. En el archipi¨¦lago los hombres se dedican a pescar y a la agricultura. Los mercadillos que se encuentran sobre todo en Apia son exuberantes y est¨¢n llenos de frutos tropicales, en especial cocos y papayas. No hay que marcharse sin probar el palusami, hoja de taro cocida en leche de coco, una especialidad isle?a. La dieta est¨¢ basada en pescado, arroz, frutas y verduras y algo muy grasiento: cola de pavo. Samoa es uno de los pa¨ªses m¨¢s obesos del mundo, pues antes se consideraba s¨ªmbolo de estatus (al igual que los tatuajes). En el Cultural Village de Apia se puede probar la gastronom¨ªa samoana gratuitamente adem¨¢s de recibir informaci¨®n de la cultura de este archipi¨¦lago tan particular. Tambi¨¦n sobre la artesan¨ªa, c¨®digos de conducta e incluso platos que se preparan en hojas de palmera.
Las mujeres confeccionan a mano unas alfombras (matts) que tienen gran valor. Las hacen con una planta llamada laufala. Se entregan como regalos y se utilizan en acontecimientos como bodas, reuniones, incluso para recibir visitas de otros pueblos. Como no hay paredes en sus casas, es f¨¢cil pasear por la carretera y ver mujeres sentadas en sus fales tejiendo estas esteras a mano.
La villa de Robert Louis Stevenson
El escritor escoc¨¦s Robert Louis Stevenson, enfermo de tuberculosis, emprendi¨® un viaje que le llev¨® 18 meses por las islas de Haw¨¢i, Tahit¨ª, Pomot¨², Gilbert y Samoa. En esta ¨²ltima es donde decidi¨® construirse una casa y establecerse con toda su familia, incluyendo a su madre. Buscaba sol y buen clima. Ya era mundialmente famoso tras haber publicado La isla del tesoro y El extra?o caso del doctor Jekyll y el se?or Hyde. Los lugare?os le apodaban Tusitala, el que cuenta historias. La mansi¨®n, llamada Villa Vailima, al final de un hermoso camino lleno de arbustos, merece la pena visitarse en Apia. All¨ª muri¨® en 1894 a los 44 a?os, y fue enterrado cerca de Villa Vailima, en lo alto del monte Vaea, frente al Pac¨ªfico.
Otras curiosidades samoanas
La antrop¨®loga Margaret Mead encontr¨® tan interesante la cultura samoana que escribi¨® Adolescencia, sexo y cultura en Samoa (1928), un tratado que destaca aspectos interesantes de la vida tradicional de los mares del sur en contraposici¨®n con la vida urbana occidental.
Aqu¨ª casi toda la poblaci¨®n es cristiana. De hecho, el lema del pa¨ªs es ¡°Samoa se apoya en Dios¡±. Los domingos se visten de blanco con sus ropas m¨¢s elegantes para asistir a las iglesias, presentes en todos los pueblos, y despu¨¦s celebrar un almuerzo especial. Adem¨¢s, son muy familiares. Tanto que entierran a los muertos en el jard¨ªn para no separarse de ellos. El sistema tradicional de organizaci¨®n de los pueblos se basa tambi¨¦n en la fa¡¯a samoana. Cada familia tiene un representante masculino que se llama matai, generalmente elegido por votaci¨®n, y que vela por sus intereses en las reuniones de los matais de las aldeas. Si la familia considera que no hace lo suficiente por ella, puede destituirlo o, incluso, llevarlo a los tribunales. Pero todos coinciden en que quien m¨¢s poder tiene en los pueblos son los pastores de las iglesias. ¡°Si quieres conseguir mejoras en la vida, es importante llevarte bien con el pastor¡±, suele decirse all¨ª.
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