Asturias, oto?o de azul y verde
Diez rutas que llevan de la costa al interior del Principado serpenteando entre miradores, queser¨ªas, villas marineras y arte prerrom¨¢nico, sin olvidar su desbordante naturaleza
Seg¨²n dec¨ªa el poeta Joan Margarit, fallecido el pasado mes de febrero, en cualquier recorrido lo importante es el principio y el final. Aplicando esta m¨¢xima a los 400 kil¨®metros de costa asturiana, es f¨¢cil dise?ar rutas para emprender en un d¨ªa que nos trasladen de la marina al interior; del azul a los verdes intensos. Con sus contrastes, curvas y elevaciones, los reclamos de villas costeras, miradores, arte prerrom¨¢nico, playas, gastronom¨ªa y alojamiento son despertadores viajeros que se suman a la fuerza de la naturaleza como solo es capaz de brillar en el Principado. Y que la pandemia no ha hecho sino revalorizar.
Mar o monta?a en el plato
Puerto de Bustio (Ribadedeva) - Oce?o (Pe?amellera Alta). 31 kil¨®metros.
La villa de Bustio guarda un encantador muelle de bolsillo para un total de siete barcos pesqueros que se hacen a la mar durante las medias mareas, muy condicionados por el reducido calado. Antes de almorzar en el nuevo restaurante Bateau (682 66 08 37), que reabre el 2 de diciembre, visitaremos el centro de interpretaci¨®n de la r¨ªa de Tinamayor abierto, igual que el restaurante, en el primer piso de la lonja. El comedor despliega terrazas e imponentes acristalamientos tanto hacia la marisma como hacia los muelles, con una carta sucinta donde los pescados se cocinan enteros. El hojaldre de manzana es de relamerse.
Remontar los r¨ªos Deva y Cares conduce, en empinada ascensi¨®n, a la aldea de Oce?o, que permite una memorable visi¨®n k¨¢rstica de la garganta que labra el Cares. Que nadie pretenda comer tortos, arroz con pollo o lechazo de cabrito en Casa Alfonso sin haber reservado. Siguiendo la pista desde Oce?o, en modo aventura y girando siempre a la izquierda, llegaremos a dominar el profundo ca?¨®n que forma el r¨ªo Rub¨®.
Lacteoturismo
Ganader¨ªa Leche Leche (Llanes) - Queser¨ªa El Cabriteru (Cabrales). 33 kil¨®metros.
Porr¨²a esconde una vaquer¨ªa 3.0 en la que el bienestar de sus 80 vacas depende de un robot que las alimenta, orde?a, limpia de purines, acaricia con cepillos y selecciona la leche con la que se elaboran sus productos l¨¢cteos. A nadie puede extra?ar que Leche Leche venda por kilos el t¨ªpico arroz con leche astur. Todo es pasmoso seg¨²n lo explica Hern¨¢n Haces, quien ense?a, bien a dar el biber¨®n a los terneros, bien a orde?ar (la visita cuesta 15 euros, con degustaci¨®n). No hay que irse de Porr¨²a sin acudir al Museo Etnogr¨¢fico del Oriente de Asturias, y preguntar all¨ª por la exposici¨®n Porr¨²a en bolas.
Por Posadas subiremos al valle de Cabrales, con vistas a los Picos de Europa, donde la queser¨ªa El Cabriteru est¨¢ en boca de todos por sus quesos azules de cabra y oveja elaborados seg¨²n m¨¦todos tradicionales. Visitas con degustaci¨®n regada con sidra, 5 euros.
Un bosque deslumbrador
La Fayona (Arriondas) - Restaurante Vista Alegre (Colunga). 18 kil¨®metros.
¡°La Biescona es un bosque de una calidad extraordinaria por la ausencia de intervenci¨®n humana¡±, explica el bi¨®logo Juancho Aspra. ¡°Es raro toparse con un hayedo a tan baja cota, y ello por la proximidad del mar, cuya bruma riega la sierra del Sueve por las tardes¡±. Para disfrutarlo mejor, lo suyo es estacionar en el kil¨®metro 14,200 de la AS-260 y subir en taxi a la cima del puerto de El Fitu. Desde su mirador caminaremos sin dificultad 40 minutos hasta la majada del Bustacu, que resalta su prader¨ªo contra el pico Pienzu. Desandaremos 300 metros y, se?alada por un montoncito de piedras, seguiremos la bajada a la vaguada de La Biescona, donde nada m¨¢s internarnos en el arbolado, en una curva a la derecha, abrazaremos La Fayona, un haya de edad avanzada y de cinco metros de per¨ªmetro. En la hora y cuarto de descenso conviene, por lo embarrado, usar bastones.
La jornada se completa en la playa de la Griega, en cuyo restaurante Vista Alegre la fabada ¡ªcon o sin marisco¡ª est¨¢ a la misma altura que los calamares en su tinta.
D¨®lmenes y curso de escanciado
Parque arqueol¨®gico Campa Torres (Gij¨®n) - Sidra Trabanco (Gij¨®n). 34 kil¨®metros.
Campa Torres, el castro m¨¢s extenso de la costa cant¨¢brica, recibe con sus murallas del siglo VI a.C., sus prados esc¨¦nicos, la zona de h¨¢bitat, la reconstrucci¨®n de dos viviendas ¡ªuna al gusto astur y otra al romano¡ª, adem¨¢s del museo situado en la antigua bater¨ªa costera (entrada gratuita). Aparte de las f¨ªbulas con forma de caballito, los anzuelos y la r¨¦plica de una inscripci¨®n dedicada a Augusto, est¨¢ abierta hasta el 27 de febrero una exposici¨®n sobre materiales org¨¢nicos de uso cotidiano salvados por el barro.
El aliento arqueol¨®gico nos eleva seguidamente al monte Areo (entre los concejos de Carre?o y Gij¨®n), una de las necr¨®polis tumulares del Neol¨ªtico m¨¢s importantes del noroeste peninsular. Un buen plan es subir por el mirador de Pe?a¡¯l Carru para fotografiar el dolmen de Los Llanos y el dolmen ¡ªcon t¨²mulo¡ª de San Pablo, junto al laberinto de ev¨®nimo (Euonymus japonicus). Acabaremos el d¨ªa en Sidra Trabanco, reservando antes la visita (9 euros; casatrabanco.com), que incluye degustaci¨®n y curso de escanciado. Aparte de Trabanco Selecci¨®n es de inter¨¦s constatar que la Poma ?urea (brut nature) se elige cada vez m¨¢s como sustitutivo del champ¨¢n en Navidad.
Ecos del prerrom¨¢nico
Senda de los Miradores (Muros de Nal¨®n) - Iglesia de Santianes (Pravia). 21 kil¨®metros.
Para bajar el arroz negro del restaurante Puerto Chico (985 58 02 21) no hay nada como ir a la ermita del Esp¨ªritu Santo para contemplar el abra del r¨ªo Nal¨®n. Podemos dejar el coche en el mirador de la Atalaya y dar un peque?o rodeo (a causa de un deslizamiento del terreno) para sumarnos a la senda costera, a lo largo de un paisaje plenamente virgen. Del mirador de los Glayos subiremos al de las Llanas (se puede bajar tambi¨¦n a la playa hom¨®nima), y regreso. Cerca, en San Esteban de Pravia, el Gran Hotel Brillante acaba de multiplicar su categor¨ªa: de pensi¨®n a hotel boutique de cuatro estrellas.
Las casonas de Somao y el mirador de Monteagudo son paradas obligadas camino del templo prerrom¨¢nico m¨¢s antiguo de Asturias (hacia el a?o 780): la iglesia de Santianes, que junto a su museo aleda?o abre hasta el 30 de noviembre. En la sobresaliente visita guiada (985 82 12 04; 3,5 euros) se ense?a la piedra laber¨ªntica del rey Silo ¡ªel m¨¢s antiguo conjunto de inscripciones fundacionales de la Espa?a medieval, conservado en su integridad¡ª, as¨ª como la piscina bautismal y el calvario del siglo XIII.
Por bra?as vaqueiras
Mirador del Sabl¨®n (Cudillero) - Malleza (Salas). 25 kil¨®metros.
Al espectacular balc¨®n-mirador sobre la playa del Sabl¨®n se accede a pie desde el mirador de Cueva, en el arranque del cabo Vidio. La suave bajada no est¨¢ exenta de peligro ¡ªabstenerse ni?os y personas de escasa movilidad¡ª, si bien no hace falta sentarse en el banco de madera (con versos de Aurelio Gonz¨¢lez en el respaldo) para ensimismarse con el paisaje protegido de la costa occidental de Asturias. Cerca est¨¢ la playa de Vallina, conocida por sus molinos de agua y accesible a pie desde los apartamentos Las Riberas.
Luego nos acercamos a San Mart¨ªn de Lui?a, donde la nata con 50% de materia grasa y el queso ahumado son objetos de deseo en la queser¨ªa La Fontona (cierra los domingos; 985 59 60 39). Despu¨¦s, la pista desde Bra?aseca se abre a un deslumbrante paisaje vertical en el que se enciman bra?as vaqueiras ¡ª?conjunto de prados y caba?as emplazados en la Comarca Vaqueira¡ª, el parque e¨®lico y un tramo salpicado de baches. Por Gallinero bajamos a Malleza, brujuleando entre casonas de indianos de sabor habanero a partir del restaurante Al Son del Indiano. Siempre es bueno aprovechar para llevarse chorizos y compango ¡ªcarnes que acompa?an la fabada¡ª de La Uni¨®n.
La playa de Severo Ochoa
Jard¨ªn de la Fonte Baxa (Vald¨¦s) - Brieves (Vald¨¦s). 22 kil¨®metros.
El microclima del que goza Luarca es raz¨®n de ser del Jard¨ªn de la Fonte Baxa, caja de biodiversidad de 10 hect¨¢reas en la que florecen plantas originarias de los cinco continentes. Uno puede perderse por este sensual paroxismo de camelios, rododendros, palmeras, azaleas y acebos en busca del mirador de las columnas romanas orientado a Luarca, o apuntarse a las visitas guiadas de Roc¨ªo Garrido (633 46 13 51; 5 euros). Luego buscaremos en el navegador Villa Carmen, la casa donde veraneaba el luarqu¨¦s y premio Nobel de Fisiolog¨ªa y Medicina Severo Ochoa, pr¨®xima al hotel Villa Argentina. Iremos despu¨¦s a la playa de Portizuelo ¡ªdescender la cuesta a pie¡ª, cuyas formas de vida en los charcos intermareales despertaron en el doctor su inter¨¦s por la ciencia. Pedregosa, con una veta de pizarra y panel informativo, desde la arena se distingue el Portizuelo por su farall¨®n horadado, el ?leo Furao, visible mejor en bajamar y sin fuerte oleaje.
Remontando el r¨ªo Esva descubriremos luego el patrimonio etnogr¨¢fico dieciochesco de Brieves, en forma de arcos que enlazan las viviendas con h¨®rreos para evitar el barro de las calles. Los vecinos se afanan en mantener el pueblo bien floreado.
Un muelle ic¨®nico
Hotel La Sobreisla (Navia) - Cascadas de Oneta (Villay¨®n). 23 kil¨®metros.
El hotel rural La Sobreisla act¨²a como un girasol por c¨®mo anima a su clientela a disfrutar del crep¨²sculo: tumbonas, minibar y un panel que anuncia el horario de las ca¨ªdas del sol. El aislamiento a las afueras de Puerto de Vega ¡ªuno de los muelles ic¨®nicos del Cant¨¢brico¡ª favorece el descanso, al que se a?ade el desayuno de reposter¨ªa casera aut¨®ctona. Camino de Oneta podr¨¢n desviarse a Serandinas ¡ª?por la presa de Arb¨®n¡ª quienes se hayan apuntado a los recorridos interpretados en canoa que organiza un gu¨ªa de excepci¨®n en Asturias, Juan Carlos Men¨¦ndez, Kaly .
Su f¨¢cil acceso hace de las cascadas de Oneta un destino privilegiado. Todo el colorido oto?al se despliega en la Firbia, la primera de ellas, que se despe?a desde unos 18 metros. Su base, junto al molino, constituye un monumento natural de casta?os y robles, estruendoso bajo las lluvias de noviembre. Si seguimos el cauce alcanzaremos la cascada de Ulloa, de menor verticalidad. Todo son parabienes en el hotel Yeguada Albeitar.
Cocina abierta, callos magistrales
Ferpel Gastron¨®mico (Coa?a) - Cuevas de And¨ªa (El Franco). 17 kil¨®metros.
En su curr¨ªculo no figuran Arzak ni Quique Dacosta. Y es que Elio Fern¨¢ndez (Ortiguera, 1983) complet¨® su aprendizaje sin salir de Ortiguera, atesorando las mejores esencias de asturianidad y universalizando su diminuto puerto pesquero. Este chef reinterpreta la cocina de mercado europea, a la par que recupera especies poco valoradas, como la gallina vieja, siendo icono de su restaurante Ferpel Gastron¨®mico el pez de San Pedro. Los aperitivos se sirven en la cocina abierta, y dispone de dos men¨²s degustaci¨®n (vinos aparte): el Cl¨¢sico (46 euros) agrupa las recetas de mayor ¨¦xito, como la sardina marinada o las manitas de cerdo con gambas; y el Figueira (64 euros) incorpora la coliflor tostada o el trampantojo de steak tartar. De la magia de sus fogones salen callos elevados a rango de alta cocina.
Una vez paseados los muelles y el faro de Ortiguera con su campana de niebla, enfilaremos hacia las cuevas de And¨ªa. Se trata de un monumento natural compuesto de cavidades k¨¢rsticas sobre las que los romanos desarrollaron explotaciones aur¨ªferas y en las que salta a la vista su fuerza vegetal, con 20 tipos de helechos y presencia de setas todo el a?o. Las visitas son guiadas (3 euros).
Tierra de artesanos
Hotel Casona Trabadelo (Vegadeo) - Santa Eulalia de Oscos. 32 kil¨®metros.
Qu¨¦ mejor base para explorar la comarca Oscos-Eo que el hotel Casona Trabadelo, un edificio del siglo XVIII integrado por ocho habitaciones y dos suites abiertas en sendos torreones con vistas al r¨ªo Eo. Despu¨¦s del panor¨¢mico puerto de la Garganta entramos en ese dechado de naturaleza y poblaciones que son Los Oscos. En el centro de Santa Eulalia de Oscos abren su taller tres artesanos. En Hyottoko se aprende sobre el proceso de elaboraci¨®n de cuchillos y navajas por boca de Jorge Rom¨¢n, mientras que de la forja art¨ªstica se encarga su esposa, la japonesa Keiko Shimizu, devota de la iconograf¨ªa rupestre. Para conocer el telar centenario de Irene Villar hay que reservar (670 55 39 27) para as¨ª empaparse del mundo del lino, de t¨¦cnicas como la berbesa y llevarse de recuerdo un fular o una alfombrilla.
En la zona es impepinable caminar hasta la cascada de Seimeira y entrar en la herrer¨ªa de Mazonovo, junto al restaurante L¡¯Auga. Imprescindible reservar.
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