Todos los encantos del Born

En cualquier visita a Barcelona hay que pasear m¨¢s de una vez por el barrio del Born. ?Por qu¨¦? Porque tiene de todo. Es acogedor, sorprendente, interesante y variado, y en un soleado d¨ªa laborable es, simplemente, fant¨¢stico. Conjuga con acierto gastronom¨ªa, cultura, comercio y ocio, afirmaci¨®n que viene rubricada por una lista ingente de tiendas encantadoras y originales, muchas regentadas por artistas y otras herederas de los comercios de toda la vida; un mont¨®n de buenos restaurantes y pasteler¨ªas que hacen las delicias de foodies y golosos, y, adem¨¢s, galer¨ªas de arte, anticuarios, museos de primer orden, artesanos y dise?adores de moda que otorgan personalidad a este rinc¨®n de Barcelona que se extiende desde la calle de Sant Pere M¨¦s Alt hasta la avenida del Marqu¨¨s de l¡¯Argentera, y del paseo de Picasso a Via Laietana. En realidad, lo que se ha popularizado como el Born est¨¢ formado por los barrios de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, y no fue hasta la construcci¨®n del Mercado del Born, en 1876, cuando toda la zona empez¨® a ser conocida con ese nombre.

Empezamos esta ruta por los alrededores del Palau de la M¨²sica Catalana, construido entre 1905 y 1908, obra emblem¨¢tica de Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner y edificio clave del modernismo catal¨¢n. Un desayuno r¨¢pido en el Caf¨¨ Palau para admirar el foyer del teatro y disfrutar de su terraza junto a la cual se alza el busto Carmela, obra de Jaume Plensa que embellece esta esquina desde 2016. Y de ah¨ª directos al mercado de Santa Caterina, que desde su rehabilitaci¨®n en 2005 a cargo de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue ha ejercido de revulsivo del barrio. Merece la pena pasear entre sus puestos y aprovechar la visita para homenajear la figura del arquitecto, fallecido en el a?o 2000. Este 2021 (con retraso a causa de la pandemia) se conmemora el 20? aniversario de su muerte con una amplia agenda de exposiciones y actos.

La esplendorosa cubierta del mercado con sus ondulaciones y collage de colores es un homenaje a la obra de Gaud¨ª, que fascinaba a Miralles. El Cuines Santa Caterina, el restaurante ubicado en su interior, ofrece buena cocina con producto de proximidad y, justo delante, el hist¨®rico restaurante Casa Mari y Rufo (calle de Freixures, 11) hace las delicias de sus comensales de toda la vida mientras que aparece en las gu¨ªas de turistas gastr¨®nomos como si de un descubrimiento se tratara. En la salida del mercado por la puerta trasera se pueden contemplar las ruinas del antiguo convento de Santa Caterina que da nombre al barrio, y que ocup¨® este mismo lugar entre los siglos XIII y XIX.

Ante nosotros se extiende una mara?a de callejuelas, muchas con nombres de oficios, como la dels Corders; otras con la toponimia romana, como la del Carder, el cardus hist¨®rico, o la del Rec Comtal, que rinde tributo al antiguo canal de herencia romana que en el siglo XVIII abastec¨ªa de agua de boca a esta zona de Barcelona. A lo largo del paseo aparecen innumerables curiosidades, como la peque?a capilla d¡¯en Marc¨²s, situada en la esquina de las calles de Montcada, Assaonadors y Carders, rom¨¢nica del siglo XII, una de las m¨¢s antiguas de la ciudad. Una vez aqu¨ª se abren dos opciones en el itinerario: la zona comercial m¨¢s viva del barrio que se ubica en las calles de Barra de Ferro, Brosol¨ª, Esquirol, Vigatans, Banys Vells y Mirallers, plet¨®ricas de peque?os comercios de autor que se alternan con bares como el Dr. Stravinsky (Mirallers, 5), considerado por la gu¨ªa Repsol como el mejor bar de c¨®cteles de Barcelona. A modo de ejemplo, solo en la calle del Brosol¨ª se alinean m¨¢s de 10 tiendas estupendas de ropa, dise?o de joyas, libros, arte¡­

Con la ilusi¨®n puesta en la cercana bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa del Mar, tomamos otra de las grandes arterias del Born, la calle de Montcada, un hito en el conjunto de la ciudad por la belleza de sus palacios g¨®ticos y renacentistas y por su oferta cultural y tambi¨¦n gastron¨®mica. En el medievo, esta hermosa v¨ªa fue barrio residencial. Corr¨ªa el siglo XII cuando los Montcada recibieron de los condes reyes catalanes estos terrenos en los que nobles y mercaderes, enriquecidos con el comercio mar¨ªtimo, empezaron a edificar sus magn¨ªficas residencias. Hoy se puede disfrutar con la visita a estos se?oriales palacios que se levantan alrededor de un bello patio central, como el Palacio Aguilar, el Meca o el del Bar¨®n de Castellet. El Museo Picasso de Barcelona (Montcada, 15-23) ocupa cinco de ellos, en los que se exponen m¨¢s de 4.000 piezas, la mayor colecci¨®n de objetos del artista en el mundo, sobre todo de su periodo de formaci¨®n.

Desde el pasado mes de octubre otro inquilino art¨ªstico vive en el n¨²mero 25 de la calle de Montcada, se trata del Museo de Arte Moderno y Contempor¨¢neo (MOCO), que ha abierto sede en la capital catalana y es el hermano peque?o de su hom¨®nimo de ?msterdam. Los galeristas Lionel y Kim Logchies son los responsables de esta aventura, y la nueva sede se nutre de grandes obras de los m¨¢s significativos artistas de la vanguardia mundial: Banksy, Haring, Basquiat, Warhol o Dal¨ª brillan en las salas de un palacio g¨®tico. El tr¨ªo de grandes museos lo cierra el Museu Etnol¨°gic i de Cultures del M¨®n (Montcada, 12-14), con una selecci¨®n de m¨¢s de 500 piezas de diversas culturas de ?frica, Ocean¨ªa, Asia y Am¨¦rica. Y entre unos y otros, dos altares del buen tapeo: El Xampanyet (Montcada, 22), abierto en 1929 y famoso por las anchoas del Cant¨¢brico y el cava que le da nombre, y la bodega La Puntual (Montcada, 22), que ofrece entre una amplia carta de especialidades croquetas de jam¨®n ib¨¦rico, patatas bravas (avisan que pican de verdad) y tarta de tres quesos de postre.

Siguiendo por esta calle se llega a Santa Mar¨ªa del Mar, la catedral de los pobres, la Catedral del Mar cuyas obras finalizaron en 1383. Simple y austera, es considerada una joya del g¨®tico catal¨¢n y el ¨²nico templo totalmente finalizado en su ¨¦poca. Merece la pena hacer la visita guiada que recorre el interior de la bas¨ªlica, sus torres, terrazas, tribunas y cripta. Y a su alrededor, comercios por doquier, desde La Botifarreria (Santa Maria, 4), un establecimiento centenario y reinventado que ofrece m¨¢s de 30 variedades de butifarras crudas, otras tantas de embutidos y rarezas como las de chocolate o la de nuez con peras; o la tienda El Caganer (Santa Maria, 7), donde se puede encontrar la figurita de cualquier personaje emulando al c¨¦lebre protagonista del pesebre catal¨¢n.

Llegamos al paseo del Born, centro neur¨¢lgico del barrio que conduce hasta el antiguo mercado del Born, hoy reconvertido en espacio hist¨®rico y cultural. Este bonito paseo de origen y trazado medieval atrae a multitudes que llenan las terrazas de los numerosos bares que lo flanquean tanto de d¨ªa como de noche. Durante la Edad Media aqu¨ª se celebraban torneos y justas de caballeros, y en el siglo XVI se ejecutaba a las v¨ªctimas de la Inquisici¨®n. La v¨ªa a¨²n conserva edificios del siglo XIV, aunque perdi¨® su trazado original en 1714 con la ocupaci¨®n de las tropas de Felipe?V y la demolici¨®n de buena parte del barrio para construir la ciudadela, que estaba situada donde actualmente se halla el parque que lleva su nombre y el Parlamento de Catalu?a. En el paseo del Born han sobrevivido algunos locales cl¨¢sicos de la d¨¦cada de los ochenta, como el M¨ªramelindo (en el n¨²mero 15) y el Berimbau (17), abierto en 1976 y que presume de ser el bar brasile?o m¨¢s antiguo de Europa.

Estamos en una zona donde se comerci¨® a mansalva abastos, ultramarinos, frutas y verduras¡­ Tiendas como Casa Gispert, Casa Perris (plaza Comercial, 2), La Ribera S.A. (plaza Comercial, 11) o la de Jaime J. Renobell (paseo de Picasso, 34) beben de la tradici¨®n y se han sabido adaptar al modelo de consumo actual. El antiguo mercado del Born se inaugur¨® en 1876 y fue el primer gran edificio de Barcelona construido con estructura de hierro y concepto modernista. Estuvo en funcionamiento hasta 1971 y no fue hasta 2013 que volvi¨® a abrir sus puertas reconvertido en El Born Centre de Cultura i Mem¨°ria. Durante las obras para acondicionar el espacio como centro cultural se hallaron en el subsuelo restos arqueol¨®gicos del barrio de la Ribera previos a la guerra de sucesi¨®n espa?ola de 1714, que hoy se pueden visitar gratuitamente o con recorridos guiados.

A su alrededor hay un crisol de bares, restaurantes y tiendas que se extienden por la plaza Comercial, la calle del Comer? y los soportales del paseo de Picasso. Cerquita est¨¢ el paradigma de lo dulce, el Museu de la Xocolata, una interesante y golosa exposici¨®n auspiciada por el gremio de pasteler¨ªa de Barcelona. Se ubica en el convento de Sant Agust¨ª, un edificio hist¨®rico que, al igual que el barrio, tuvo una intensa relaci¨®n con el chocolate, ya que el puerto desempe?¨® un papel determinante como punto de partida del producto para su comercializaci¨®n y difusi¨®n por Europa. Otra de las caras golosas del Born es la pasteler¨ªa Hofmann (Flassaders, 44), donde cada dulce es una peque?a obra de arte y la sola visi¨®n del escaparate ya es una experiencia. Y no hay que olvidar la pasteler¨ªa Bub¨® (Caput?xes, 10), situada enfrente de la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa del Mar, con sus creaciones ¨¦picas e irresistibles.

Antes de proseguir por la calle del Rec hacia la estaci¨®n de Fran?a, final de la ruta, hay que deambular por las callejuelas que quedan por debajo del paseo del Born y cuyos nombres nos recuerdan su pasado medieval: calle de l¡¯Esparteria, de la Pescateria, dels Calders, de la Vidrieria, dels Tamborets¡­ hasta llegar a la plaza de les Olles, que re¨²ne en un peque?o espacio dos interesantes edificios modernistas, la casa Pompeu Sans, obra de Enric Sagnier (1888-1910), y la de Ferran Romeu (1911-1929), adem¨¢s de varios restaurantes con terraza entre los que destaca el hist¨®rico Cal Pep (Olles, 8) con una carta que ofrece m¨¢s de 70 tapas.

Tomamos, ahora s¨ª, la calle del Rec y admiramos el conjunto de edificios del siglo XVIII con sus porches sostenidos con pilares de piedra y envigados de madera que fueron encargados por un grupo de atuneros y sazonadores para utilizarlos como zona de trabajo. A¨²n se conserva alguna de las antiguas tiendas especializadas en estos productos, como la que ocupa Bronzo Salumeria (calle del Rec, 60), una taberna veneciana o bacaro que hace las delicias de los amantes de lo italiano. Al final de la calle se halla el Park Hotel, en la esquina con la avenida del Marqu¨¦s de l¡¯Argentera, ubicado en el emblem¨¢tico edificio neorracionalista dise?ado en 1953 por Antoni de Moragas i Galliss¨¤ y reformado por su hijo Antoni de Moragas i Spa en 1991. Actualmente su bar est¨¢ ocupado por el restaurante de tapas Ten¡¯s de Jordi Cruz.

La estaci¨®n de Fran?a, con su casi un siglo de historia ¡ªfue construida para la Exposici¨®n Universal de 1929¡ª, es el ¨²ltimo icono de este barrio que guarda mil y un secretos, atesora joyas de muy diversa ¨ªndole y transporta al visitante al c¨¦nit de la historia, la arquitectura y la gastronom¨ªa de Barcelona mientras se disfruta del placer del paseo sin rumbo ni prop¨®sito.

Direcciones deliciosamente imprescindibles

1. Mercat de Santa Caterina
Con el A?o Miralles acab¨¢ndose, se puede empezar la visita al Born, en el coraz¨®n de Barcelona, por una de las obras m¨¢s conocidas y aclamadas de Enric Miralles, de quien se conmemora el 20? aniversario de su muerte. La gran remodelaci¨®n del hist¨®rico mercado, levantado en 1848, impregn¨® de movimiento, color y calidez este recinto que sigue conservando la esencia de las plazas de verdad. Av. de Francesc Camb¨®, 16.

2. Pasteler¨ªa Brunells
En 2020, Andreu Say¨® fue premiado como autor del mejor cruas¨¢n de mantequilla de Espa?a. Junto con Alexandra Cus¨ª, son el alma mater del obrador de la hist¨®rica pasteler¨ªa cuyos or¨ªgenes se remontan a 1852. La Brunells abri¨® de nuevo totalmente remodelada justo antes de la pandemia y fueron Salvador Sans y Llu¨ªs Estrada quienes aceptaron el reto. El resultado: un delicado y delicioso mostrador lleno de dulces exquisiteces y una sala degustaci¨®n donde sirven uno de los mejores caf¨¦s de Barcelona para tomar con el mejor cruas¨¢n. Calle de la Princesa, 22.

3. Demasi¨¦
Resulta imposible pasar por delante de esta bacanal de lo dulce genuinamente americano y no detenerse. Abierto desde 2012, desde fuera se aprecia el obrador del que surgen cookies, rollos de canela y pasteles. Sus art¨ªfices son los hermanos Escursell, Marc en el mostrador y Miquel frente al horno, cuarta generaci¨®n de una familia de pasteleros asentada en Barcelona desde 1897. Calle de la Princesa, 28.

4. Antic Teatre
Desde 2003, en este palacio neocl¨¢sico de 1650 se respira puro teatro. A lo largo de su larga trayectoria han tenido que lidiar con no pocas vicisitudes que han llegado a amenazar la propia existencia del lugar. La creadora y artista independiente Semol¨ªnika Tomic y otros artistas multidisciplinares descubrieron este espacio perfecto para sus creaciones. El jard¨ªn, ideal para tomar algo y comer alejado del trasiego urbano, es la antesala del teatro, que cada a?o programa m¨¢s de 60 espect¨¢cu?los. Calle de Verdaguer i Call¨ªs, 12.

5. Colmado
Susana Rey se inspir¨® en una antigua tienda de ultramarinos cuando conceb¨ªa el concepto de su establecimiento. Un poco de todo y a mano para que los clientes puedan apreciar cada detalle de los delicados productos que vende (ropa y joyas de dise?o, zapatos, peque?as piezas de cer¨¢mica¡­) y, sobre todo, su calidad y originalidad. Apuesta por creadores locales, adem¨¢s de por sus propios dise?os de moda. Calle del Brosol¨ª, 5.

6. Apr¨¨s Ski
La ropa, joyas y elementos de decoraci¨®n parecen flotar en esta tienda luminosa con aires m¨¢gicos. Apr¨¨s Ski es la firma de joyer¨ªa de Luc¨ªa Vergara que combina elementos vintage y materiales como lat¨®n, resina, madera y cuentas para realizar sus originales collares, pendientes y pulseras. La marca ha incorporado una l¨ªnea de ropa, gafas de sol y peque?os objetos de decoraci¨®n. Calle dels Vigatans, 11.

7. Jon Cake
?Le apetece probar una tarta de cabrales? ?O una de emmentaler? En Jon Cake elaboran hasta 60 especialidades. La idea fue de Jon Garc¨ªa, ingeniero aeron¨¢utico amante de la cocina que lo dej¨® todo para trabajar con los mejores, como El Celler de Can Roca. Pero lleg¨® la pandemia y empez¨® a elaborar tartas de queso en casa y a venderlas a los amigos. Con el fin del confinamiento se lanz¨® a abrir este local especializado en tartas de queso y ya producen unos 500 kilos semanales. Calle dels Assaonadors, 29.

8. Dr. Flow
Una de las tiendas m¨¢s originales del Born es la de Ari¨¤ Clotet, que hace tres a?os abri¨® este establecimiento con aquello que le hace m¨¢s feliz: vinilos, surf, cine, m¨²sica, carpinter¨ªa y restauraci¨®n. Un local precioso con un fant¨¢stico arco medieval y unas puertas de madera espectaculares. Esta concept store, ecl¨¦ctica por naturaleza, esconde bellos secretos como el origen de su nombre, dedicado a su gato. Calle dels Vigatans, 8.

9. Petra
Frente a Santa Mar¨ªa del Mar se halla este peque?o restaurante que abri¨® en 1975. Al frente del Petra estuvo 12 a?os la chef Ada Parellada, quien acu?¨® el nombre al ver la pared p¨¦trea de la iglesia a escasos dos metros de la puerta del local. Hoy son Joan Pluvinet y Sam Cort¨¦s quienes lo regentan, mimando la cocina y manteniendo los detalles modernistas que hacen ¨²nico este sitio. El arroz venere con salsa de sobrasada y queso de Mah¨®n o las carrilleras de cerdo con chutney de pera son algunos de sus aclamados platos. Calle dels Sombrerers, 13.

10. Hidden Coffee Roasters - El Born
El buen caf¨¦ est¨¢ de moda y as¨ª lo atestiguan las numerosas iniciativas que importan granos de calidad para tostarlos con esmero, molerlos con oficio y obtener el mejor sabor. Detr¨¢s del Hidden Coffee Roasters hay toda una filosof¨ªa de respeto por el productor y por el producto. En el mismo Born encontramos otras dos propuestas cafeteras, el hist¨®rico Caf¨¦s El Magn¨ªfico, abierto desde 1919, y el N?mad Coffee Lab & Shop. Calle dels Canvis Vells, 10.

11. Casa Gispert
Las calles aleda?as al antiguo mercado del Born estaban llenas de tiendas de ultramarinos y almacenes de grano, la vida en este lugar era un hervidero comercial. Y ah¨ª est¨¢ Casa Gispert vendiendo productos coloniales desde 1851: frutos secos, caf¨¦, t¨¦, cacao, especias, azafr¨¢n¡­ En su puesta al d¨ªa ha incorporado productos ecol¨®gicos, aceites de oliva virgen extra, vinagres, chocolates, mieles o mermeladas. No hay que salir de la tienda sin una cajita de K¨°dols, deliciosas avellanas tostadas recubiertas de chocolate. Calle dels Sombrerers, 23.

12. Estimar
?ntimo y personal, as¨ª es el local que el chef Rafa Zafra tiene en una callejuela. Lo abri¨® en 2016 y ¨¦l afirma que esta es su casa. Un mostrador con los productos del d¨ªa que separa la cocina abierta de la sala, una mesa amplia, un par de rincones para unos pocos comensales, no m¨¢s de 20, para degustar pescado y marisco fresqu¨ªsimo. Despu¨¦s de trabajar en algunos de los mejores restaurantes de Espa?a, como Arzak y elBulli, Zafra decidi¨® "estimar" (amar) este sitio ineludible del Born. Sant Antoni dels Sombrerers, 3.