En ruta por el Ferrol modernista de Rodolfo Ucha Pi?eiro
Hablar de modernismo en la ciudad gallega es hacerlo del arquitecto vigu¨¦s, que se convirti¨® en un personaje clave de su arquitectura y urbanismo a principios del siglo XX. Contemplar hoy su legado bien vale un viaje
En Ferrol se pasea como en Manhattan, mirando hacia arriba. Sus edificios son mucho m¨¢s bajos, pero tambi¨¦n hay que tomar cierta distancia angulosa para verlos en su totalidad. Un consejo que da Pilar Freire, licenciada en Historia del Arte, profesora y autora del estudio El Modernismo a trav¨¦s de la obra de Rodolfo Ucha Pi?eiro. Desde una inclinada posici¨®n las construcciones modernistas que vemos nos cuentan una parte de la historia de la ciudad gallega. Un cap¨ªtulo que transcurre entre 1908 y 1936, aunque su protagonista, el arquitecto vigu¨¦s, continu¨® trabajando e incorporando los nuevos estilos que iban surgiendo, como el neoeclecticismo, el art d¨¦co y el racionalismo, hasta 1976.
De la mano de la construcci¨®n naval naci¨® en el siglo XVIII la ciudad ilustrada de Ferrol. V¨ªnculo que hizo aguas por culpa de dos batallas. La victoria de Bri¨®n en 1800, frente a unos ingleses que infravaloraron la r¨ªa de Ferrol, no evit¨® que Fernando VII trasladara parte de la actividad naval a C¨¢diz. En 1805, en el gaditano cabo de Trafalgar, la derrota de la armada espa?ola frente a la inglesa supuso el desmantelamiento de la flota borb¨®nica. Ferrol se reactivar¨ªa en la segunda mitad del siglo XIX gracias a la actividad que desarrollaron en su puerto el arsenal militar y los astilleros. De manera paralela a ese crecimiento econ¨®mico sus habitantes pasaron de 25.000 a 50.000, lo que hizo necesario un replanteamiento urban¨ªstico y el dise?o de nuevas infraestructuras. Cuenta Pilar Freire que entonces el centro urbano de Ferrol se reordena siguiendo gustos y necesidades de una nueva burgues¨ªa urbana que quiere transformar y modernizar su ciudad. Es en ese momento cuando cobra relevancia y sentido el trabajo de Rodolfo Ucha Pi?eiro, de quien este a?o se cumple el 140? aniversario de su nacimiento.
Realiz¨® proyectos p¨²blicos para mejorar los servicios de la ciudad e integrar espacios incomunicados, y construy¨® infraestructuras b¨¢sicas como el Mercado Central de Pescado, la capilla de la Merced, la Cocina Econ¨®mica y la remodelaci¨®n del teatro Jofre. Tambi¨¦n proyectos privados, como lo fueron las innovadoras casas que sus propietarios convirtieron en algo m¨¢s que sus residencias. Algunas de ellas de doble fachada. Una era ¨ªntima, la que daba a una calle poco transitada, y la otra escenogr¨¢fica, la que daba a una v¨ªa principal. Esta dicotom¨ªa se aprecia en la casa Rodr¨ªguez Trigo (datada entre 1914 y 1915), que tiene acceso por la calle Real y la de Dolores.
Los clientes de Ucha encontraron en el modernismo el veh¨ªculo perfecto para mostrar su estatus. Riqueza que exhiben unas efectistas fachadas a trav¨¦s de la combinaci¨®n de los materiales de construcci¨®n empleados y a la vista de todos: balcones y barandillas de hierro forjado incrustadas en galer¨ªas de madera, vidrieras de colores, ex¨®tica decoraci¨®n vegetal, vistosos alicatados, cer¨¢micas y baldosas hidr¨¢ulicas. Construcciones tan funcionales como est¨¦ticas. Como lo es el edificio de El Correo Gallego (calle Magdalena, 186), que fue imprenta y redacci¨®n del peri¨®dico gallego, muy cerca de la residencia y estudio de Ucha. Los interiores tambi¨¦n est¨¢n cuidados y mimados, basta fijarse en los pasamanos de las escaleras de la casa Romero (Magdalena, 119),?y en las pinturas que decoran la sala del Casino Ferrolano que se conoce como La pecera. Fino trabajo de Felipe Bello Pi?eiro, quien firma una enigm¨¢tica dedicatoria: ¡°Y un nombre de mujer que no dir¨¦ nunca y por el cual toda Galicia est¨¢ presente aqu¨ª¡±.
Europea y marinera
Ferrol se embelleci¨® como antes lo hicieron Bruselas, Viena, Par¨ªs o Barcelona. Aunque el modernismo lleg¨® con un par de d¨¦cadas de retraso. Ese desfase temporal enriqueci¨® a ese movimiento rupturista que aqu¨ª tuvo que adaptarse al racional y marinero barrio de la Magdalena. Las galer¨ªas de madera de las fachadas de un buen pu?ado de sus edificios est¨¢n inspiradas en los camarotes de popa de los barcos que se construyeron en los astilleros de la r¨ªa. Galer¨ªas desde las que se ve sin ser visto, espacios intermedios entre las calles y las casas, filtros de luz y reguladores de la temperatura de las estancias interiores. Ucha introduce en sus construcciones un balc¨®n central de hierro forjado en una galer¨ªa que ya no ocupa la fachada entera. Quiere dejar una huella rompedora sin ofender a la tradici¨®n. Este modernismo de carpinter¨ªa (el otro es de piedra, ladrillo y hormig¨®n) se puede apreciar en las casas Munduate (Magdalena, 61), Bra?as (Real, 125) y Bruquetas (Igrexa, 4).
Con ese mismo esp¨ªritu encuentra soluciones para levantar casas entre medianeras, en esquina y en parcelas estrechas. La casa Pereira 2 (Dolores, 64) es tan vertical como elegantes son sus puertas, ventanas y miradores. Aunque para miradores los cil¨ªndricos de la casa Romero (Magdalena, 119), en los que se despliega un repertorio decorativo que incluye rostros femeninos, flores varias y nen¨²fares. El gu¨ªa local Jorge Severo cuenta, en el caf¨¦ que alberga el edifico a pie de calle, que de ni?o vivi¨® en aquella casa, pero confiesa que no era consciente de donde dorm¨ªa. Hoy transmite a quienes gu¨ªa su amor por esos edificios modernistas.?
Menos decorada y m¨¢s ex¨®tica es la torre mirador del chalet de Ant¨®n (Pintor Imeldo Corral, 18), fuera del barrio de la Magdalena y junto al jard¨ªn de la Reina Sof¨ªa. Hoy el sitio es un colegio, como tampoco ahora son lo que fueron el hotel Suizo y el Ideal Room. Solo la Fonda Suiza?sigue siendo hotel?o, lo que es lo mismo, una oportunidad de dormir en un edificio modernista de 1910 obra de Rodolfo Ucha Pi?eiro.
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