Ascensi¨®n al Toubkal: la cumbre m¨¢s alta de Marruecos
El pico m¨¢s alto de Marruecos, en el Alto Atlas, es todo un desaf¨ªo para monta?eros, sobre todo en invierno, cuando la nieve y el fr¨ªo dificultan su ascensi¨®n
Espa?a no cuenta con ninguna cumbre, m¨¢s all¨¢ de la del Teide (con sus 3.715 metros), que se acerque a los 4.000 metros de altitud. Por eso, muchos monta?eros que quieren ponerse a prueba y vivir la experiencia de subir un cuatromil se dirigen a los Alpes, o a otras cordilleras m¨¢s alejadas. Sin embargo, existe una cima mucho m¨¢s cercana y accesible a poca distancia de Espa?a. Hablamos del Toubkal, el pico m¨¢s alto de Marruecos y del norte de ?frica, un destino desconocido para muchos aventureros que nada tiene que envidiar a otras monta?as remotas, como las del Karak¨®rum (Pakist¨¢n), con las que el Atlas guarda cierta similitud.
La cordillera del Atlas, cuya g¨¦nesis se asocia a la aproximaci¨®n y colisi¨®n de las placas euroasi¨¢tica y africana durante la orogenia alpina (era terciaria), constituye un rotundo y elevado basti¨®n monta?oso que se extiende a lo largo de miles de kil¨®metros por buena parte del norte de ?frica (Marruecos, Argelia y T¨²nez).
En Marruecos, a unos 50 kil¨®metros de la ciudad de Marraquech, se sit¨²a el macizo del Jbel Toubkal, que corona a 4.167 metros de altitud, en lo que se denomina el Alto Atlas marroqu¨ª. Entre sus cumbres, 11, nada m¨¢s y nada menos, superan los 4.000 metros de altitud. Valles de origen glaciar, morrenas, torrentes de deshielo, vegetaci¨®n xer¨®fila, cumbres escarpadas, rocas volc¨¢nicas, nieve ¡ªespecialmente en la estaci¨®n invernal¡ª, lagos y pueblos bereberes conforman un paisaje de enorme belleza y car¨¢cter, aislado y poco alterado que no es f¨¢cil de encontrar en muchas otras partes del mundo.
Es aqu¨ª donde se plantean muchas ascensiones, expediciones que deben ir acompa?adas de gu¨ªas porque no se deben subestimar estas monta?as, en ning¨²n caso. El Toubkal es todo un desaf¨ªo, y la aproximaci¨®n hasta ¨¦l, una forma muy atractiva de tomar contacto con los modos de vida de los diversos pueblos bereberes que se distribuyen por las laderas de la monta?a, hasta hace unas decenas de a?os pr¨¢cticamente olvidados. Todas estas monta?as del Atlas fueron pobladas hace siglos por los bereberes o amaziges, que ocupan desde hace cientos de a?os muchos de los espacios monta?osos entre Egipto y Marruecos (llegando incluso a Canarias, seg¨²n estudios recientes). Estos pueblos se caracterizan por contar con unas tradiciones y cultura propias y por mostrarse muy hospitalarios con los visitantes, mostrando un estilo de vida muy diferente al que se observa en Marraquech u otros destinos conocidos de Marruecos.
El ge¨®grafo Daniel Ferrer, aficionado al alpinismo y a los deportes de aventura desde hace muchos a?os, conoce a la perfecci¨®n este macizo, ya que ha venido realizando asiduamente actividades por distintos valles y cumbres del Atlas desde el a?o 1989. Concretamente, ha ascendido al Toubkal en 14 ocasiones. ¡°Subir al Toubkal es mucho m¨¢s que una ascensi¨®n de monta?a o una actividad deportiva, es adentrarte en el coraz¨®n de las monta?as del Atlas y tomar contacto con la cultura de los pueblos bereberes que las habitan desde hace siglos, es un lugar genuinamente aut¨¦ntico¡±, explica.
Daniel y EL PA?S VIAJES ya han programado algunas expediciones geogr¨¢ficas, deportivas y culturales para, precisamente, tomar contacto con los territorios del parque nacional del Toubkal, conociendo de primera mano la vida de los pueblos y ascendiendo (si las condiciones clim¨¢ticas lo permiten) a la cumbre m¨¢s alta del norte de ?frica, que constituye un mirador excepcional sobre el macizo y los territorios circundantes. Si bien es cierto que no se trata de la ascensi¨®n al Aconcagua o al Everest, s¨ª es una actividad que requiere de cierta preparaci¨®n previa, f¨ªsica y an¨ªmica, del material apropiado y de conocer algo la monta?a, ya que en invierno las temperaturas son muy bajas y la nieve, el hielo y el viento hacen acto de presencia. Tal y como explica Daniel, el reto que se plantea ¡°ser¨ªa similar, salvando las distancias, a un peque?o trekking, completado con una ascensi¨®n a una cima, en las monta?as del Karak¨®rum, en Pakist¨¢n, o del Hind¨² Kush¡±.
La ascensi¨®n al Toubkal
La subida al Toubkal empieza, en rigor, en el pueblo de Imlil (1.740 m), el ¡°Benasque o el Chamonix del Atlas¡±. Es una actividad que se puede realizar todo el a?o, de hecho, la mayor¨ªa se decanta por hacerla en primavera, cuando el clima es algo m¨¢s benigno. Realizarla en esta estaci¨®n tambi¨¦n tiene sus ventajas, como llevar menos ropa de abrigo o poder ba?arse en alguno de los r¨ªos o lagos que aparecen en las rutas. Sin embargo, el invierno supone un desaf¨ªo y muestra una monta?a mucho m¨¢s solitaria y dura, haciendo necesario el uso de crampones y piolet.
En Imlil, muchos excursionistas y alpinistas establecen su campamento base, realizan las ¨²ltimas compras o contratan gu¨ªas y mulas que los ayuden en la subida. Este peque?o pueblo, ahora algo m¨¢s boyante por el turismo, fue en su momento una aldea conocida por la producci¨®n de manzanas, nueces y cerezas. Adem¨¢s de Imlil, hay otro punto de recalada y acceso a la ruta de ascensi¨®n, la peque?a localidad de Armed, emplazada, eso s¨ª, a una altitud considerable (1.900 metros) sobre una masiva morrena glaciar.
La zona cuenta con un par de refugios, ambos a m¨¢s de 3.000 metros de altitud. Antes de llegar a estos se puede realizar una parada en la aldea de Sidi Chamharouch, situada a unos 2.300 metros (en ocasiones la nieve se sit¨²a a esta altitud y los burros dan paso a los porteadores). La mayor¨ªa de los monta?eros y alpinistas pernoctan en alguno de los dos refugios. El m¨¢s conocido es el del Club Alpino Franc¨¦s (CAF), ampliado en 1999 y con capacidad para unas 80 personas. La otra alternativa es el refugio de Les Mouflons, pero en este caso sus instalaciones son privadas.
La ascensi¨®n desde los refugios a la cumbre salva un desnivel de casi 1.000 metros y puede suponer unas cuatro o cinco horas, aproximadamente, lo que puede variar en funci¨®n del tiempo y otros factores. Se estiman entre cuatro y cinco horas hasta la cumbre y entre dos y tres horas para el descenso, es decir, la traves¨ªa puede durar entre siete u ocho horas en total. La ascensi¨®n que plantean Daniel Ferrer y EL PA?S VIAJES se realiza preferiblemente por Ikhibi norte (ruta normal), pudi¨¦ndose plantear el ascenso adicional al Imouzzer (4.100 m), si las condiciones de la monta?a y el perfil del grupo lo permiten.
Las vistas desde la cumbre del Toubkal son todo un regalo visual, algunos alpinistas aseguran haber reconocido el mar y el desierto en d¨ªas con la atm¨®sfera muy despejada. Tambi¨¦n se aprecian otras muchas cimas del macizo, as¨ª como la impronta de los antiguos glaciares en el paisaje de la alta monta?a. Este viaje es una oportunidad no solo por realizar una expedici¨®n deportiva, sino porque permite conocer un entorno con mucha autenticidad. Desde Marraquech al Alto Atlas, los pueblos bereberes de Asni y Aroumd, Ouarzazate, la puerta de entrada al desierto del S¨¢hara o la casba de Ait Ben Hadu, la ciudad fortificada m¨¢s famosa de Marruecos.
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