Nosotros, los que vamos al m¨¦dico
Sobreviv¨ª porque compart¨ª mi p¨¢nico y oscuridad con mi novia, mi mejor amiga, mi psiquiatra y, a veces, con extra?os. Todo ayuda. Ahora llega tu turno
Una cosa se hace cada vez m¨¢s evidente, aunque no hace falta ser Freud para haberla predicho. Este virus es el telonero de un mot¨ªn absoluto con problemas de salud mental que ahora est¨¢ comenzando a arrastrarnos en todo el mundo. Como si el planeta no anduviera lo suficientemente tarado y s¨®lo faltara que nos arrojaran a una olla a presi¨®n de p¨¢nico con confinamientos, incertidumbre econ¨®mica y terror, agreguemos al panorama una pizca de pol¨ªtica y prensa (siempre desafiante, pero ¨²ltimamente insoportable), un mont¨®n de negaci¨®n y el escenario est¨¢ listo para sufrir d¨¦cadas de consecuencias emocionales.
Se filtrar¨¢ de generaci¨®n en generaci¨®n, se extender¨¢ al lugar de trabajo, la vida familiar y las relaciones. Un mundo ya medicado hasta el culo se volver¨¢ a¨²n m¨¢s dependiente de las grandes farmac¨¦uticas mientras las tasas de divorcio, suicidio y admisi¨®n hospitalaria se saldr¨¢n del cuadro. Este puto virus es s¨®lo la obertura de una ¨®pera llena de ese tipo de dolor emocional del que Wagner se sentir¨ªa orgulloso. Y m¨¢s largo que el ciclo de El anillo del Nibelungo.
Pero el momento para empezar a mitigarlo ha llegado. Quiero decir ahora. Hoy. Justo en este minuto. Especialmente si tienes hijos. Ellos son los que realmente van a sufrir: qu¨ªtales la rutina de la escuela, el contacto social, el aislamiento c¨®modo de lo que nos cuentan las noticias y hazles presenciar la muerte de primera mano, un colapso global. No es de extra?ar que vayan a tardar mucho en recuperarse. Pero se recuperar¨¢n. La resiliencia es algo en lo que los ni?os sobresalen, 10 veces mejor que los adultos.
Habla con ellos, ay¨²dalos a procesar las cosas reviviendo los momentos dolorosos a su lado, discutiendo los detalles, permiti¨¦ndoles gritar y llorar. D¨¦jalos presenciar que sientes lo mismo. Haz igual con tu pareja. Con tus amigos cercanos. Ignora a las personas que te dicen que te calles y sigue adelante. Huye de estos lo m¨¢s r¨¢pido y lejos que puedas.
El a?o pasado ha representado una brutal llamada de atenci¨®n hacia lo que realmente importa. As¨ª como nunca nos sentimos molestos por las razones por las que creemos que lo estamos, pues muchas veces las cosas que creemos que importan no lo son. Lo que realmente merece la pena es todo lo que a menudo nos ense?an las canciones y los poetas: amor, amistad, amabilidad, quietud. Yo agregar¨ªa: autocuidado. Y si sientes una punzada de irritaci¨®n al leer esa palabra, entonces se trata de algo que debes mejorar.
Finalmente, existen resquicios de esperanza si puedes llamar a tu jefe el lunes y decirle que sufres un ataque de p¨¢nico masivo y que no puedes ir a trabajar. La gente lo hace todos los d¨ªas con dolor de espalda o molestias dentales. ?Pero si tiene que ver con la salud mental? Hasta ahora, casi nunca. Despu¨¦s de todo lo que ha pasado, lo que est¨¢ pasando y seguir¨¢ pasando, finalmente ha llegado el momento.
Por favor, sigue hablando. Cuanto m¨¢s nos explayemos, m¨¢s normal se volver¨¢ esto y menos gente morir¨¢ por ello. Realmente es as¨ª de simple. Empezar¨¦ yo: consider¨¦ el suicidio como salida m¨¢s de una vez durante el a?o pasado. Llegu¨¦ tan lejos como para hacer un plan y preparar las cosas en consecuencia. Comenc¨¦ (y finalmente termin¨¦) un curso de antidepresivos. Experiment¨¦ un nivel de p¨¢nico, odio a m¨ª mismo, oscuridad y terror absoluto que no hab¨ªa padecido en d¨¦cadas. Y sobreviv¨ª porque lo compart¨ª con mi novia, mi mejor amiga, mi psiquiatra y, a veces, extra?os en internet. Todo ayuda. As¨ª que ahora llega tu turno: avisa a la gente de que t¨² tambi¨¦n eres humano. Que todos pertenecemos a la misma fr¨¢gil especie. Y que est¨¢ bien reconocer las partes inc¨®modas de nosotros mismos.
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