El padre y la hija que amaban a Picasso
Siegfried Rosengart y su hija Angela formaron un equipo ¨²nico en el mundo del arte desde su galer¨ªa de Lucerna
Durante la carrera tuve un profesor de Est¨¦tica que relataba an¨¦cdotas que parec¨ªan leyendas urbanas. Hablando de la voluntad expresiva y de la capacidad del arte para atrapar el tiempo, cont¨® que un d¨ªa Picasso le hizo un retrato a Dora Maar y cuando ella se levant¨® para verlo se horroriz¨® al descubrirse furiosa y arrugada y le dijo: ¡°Esa no soy yo¡±. A lo que el pintor respondi¨®: ¡°Ya lo ser¨¢s¡±.
La semana pasada ca¨ª por el Museo de la Colecci¨®n Rosengart de Lucerna, la pinacoteca de Angela Rosengart (1932). Entre otros picassos apareci¨® una Dora Maar. El padre de Angela, Siegfried Rosengart, abri¨® su primera galer¨ªa de arte en 1937. En el verano de 1948 se rompi¨® una pierna y pidi¨® a su hija de entonces 16 a?os que le echara una mano. As¨ª formaron equipo con el prop¨®sito de coleccionar obras ¨²nicas de Paul Klee (m¨¢s de 120 piezas), de Picasso (?180!) y de lo que ellos llamaban cl¨¢sicos modernos (de C¨¦zanne a Chagall). En 1985 falleci¨® Siegfried, y en 1992 ella cre¨® la fundaci¨®n con el fin de mantener una colecci¨®n ¨²nica para Lucerna. Desde 2002 funciona como museo en un edificio de 1924 que todo el mundo llama Nationalbank.
Mejor un ¡®paul klee¡¯ que un vestido de noche
Cuando Angela cumpli¨® 17 a?os, sus padres quisieron regalarle su primer vestido largo de noche. Ella, sincera, dijo que hubiera preferido el dibujo de Paul Klee Ein Tier geht spazieren (un animal va de paseo). Con una sonrisa, el padre se declar¨® favorable al cambio y ella sali¨® disparada a por su adorado regalo. Meses m¨¢s tarde, padre e hija se hicieron ¨ªntimos de Picasso en Par¨ªs. No solo dan fe de ello las obras compradas sin intermediarios, tambi¨¦n las numerosas fotograf¨ªas de David Douglas Duncan. A sus 89 a?os, la se?ora Rosengart conserva el esp¨ªritu de la ni?a que corr¨ªa feliz a la galer¨ªa, la costumbre de visitar su museo a diario y buena memoria. Sobre el cuadro Retrato de un pintor despu¨¦s de El Greco, de 1950, cuenta que un d¨ªa se present¨® un marchante de Z¨²rich con intenci¨®n de adquirirlo. El padre se negaba a venderlo, pero el hombre insist¨ªa. Siegfried opt¨® por decirle que era el cuadro favorito de su hija y que se lo pensaba regalar para su boda. Pasaban los a?os y Angela no se casaba, por lo que el hombre volv¨ªa una y otra vez a la carga. Cuando le contaron la historia a Picasso, este vio al vuelo la soluci¨®n, se encogi¨® de hombros y dijo: ¡°?Y por qu¨¦ no se ha casado con Angela?¡±.
Antes de irme observo otro retrato de Dora Maar pintado con la t¨¦cnica de la doble cara y en tonos grises, y al lado otro de Nusch ?luard (esposa del poeta Paul ?luard), tierna, pensativa, fr¨¢gil¡ Cuando por fin salgo a la Pilatusstrasse para buscar el espejo del lago entiendo por qu¨¦ Picasso dec¨ªa que pintaba como otros escriben biograf¨ªas.
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