Kerry Emanuel: ¡°Cuando llegan los huracanes, los ricos tienen medios para salir; los pobres mueren¡±
En los ochenta predijo que el calentamiento global aumentar¨ªa la fuerza de los huracanes. Y acert¨®. Pero m¨¢s que estas grandes tormentas que estudia a fondo, el cient¨ªfico estadounidense teme otras consecuencias del cambio clim¨¢tico: la escasez de agua y alimentos que puede desestabilizar a las poblaciones humanas, incluso causar guerras. Piensa que muy pocas personas se toman realmente en serio este problema. ¡°Veo mucha pose¡±, dice.
Si los huracanes resultan comparables a gigantescas m¨¢quinas de viento que se alimentan del calor del oc¨¦ano para transformarse en monstruosas tormentas, entonces el mec¨¢nico que mejor conoce los engranajes de estos artefactos es el investigador estadounidense Kerry Emanuel (Cincinnati, Ohio, 66 a?os), que el pr¨®ximo 21 de septiembre recibir¨¢ en Bilbao el Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Clim¨¢tico otorgado por la Fundaci¨®n BBVA. Este catedr¨¢tico del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosf¨¦ricas y Planetarias del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) predijo en los a?os ochenta y noventa que el calentamiento del planeta aumentar¨ªa la intensidad de los huracanes. Y acert¨®. Igualmente, tambi¨¦n ha advertido de que este tipo de tormentas va a extenderse a otras partes del mundo, como las costas espa?olas. Emanuel ha investigado c¨®mo el aumento de la temperatura incrementa el poder de destrucci¨®n de los huracanes. Sin embargo, cuando se le pregunta qu¨¦ le preocupa m¨¢s del cambio clim¨¢tico no habla tanto de estas tormentas como de la escasez de agua y alimentos, de inestabilidad pol¨ªtica, de desplazamientos de poblaci¨®n e incluso de conflictos armados.
Pregunta. ?Qu¨¦ significan los huracanes para usted?
Respuesta. Para m¨ª son una fuente de fascinaci¨®n sin fin. Los huracanes han tenido un papel asombroso en la historia de la humanidad, en algunos casos han llegado a alterar sustancialmente el curso de la historia. A la mayor¨ªa de los cient¨ªficos les devora la curiosidad y yo no soy una excepci¨®n. Encuentro fascinantes todos los grandes misterios relacionados con la mec¨¢nica de fluidos, la termodin¨¢mica en la transferencia de radiaci¨®n o la forma en la que interact¨²an el agua y el aire.
P. ?De qu¨¦ forma los huracanes han cambiado la historia?
R. Ha sucedido en varias ocasiones. Por ejemplo, los tifones en el Pac¨ªfico occidental derrotaron dos veces a [la flota mongola de] Kublai Jan en su intento de invadir Jap¨®n en el siglo XIII. Es muy posible que hubiera tenido ¨¦xito si no hubiera sido por esas tormentas.
P. ?Ha vivido alg¨²n hurac¨¢n de cerca?
R. En tierra, de ni?o estuve en la periferia de alg¨²n hurac¨¢n. Pero luego he volado en numerosas misiones cient¨ªficas de aviones dentro de estas tormentas. Esto se ha vuelto bastante rutinario, la mayor parte de lo que he visto de los huracanes ha sido a trav¨¦s de la ventanilla de un avi¨®n.
P. ?Ha habido alg¨²n momento en el que lo haya pasado especialmente mal?
R. Odio decepcionar, pero la mayor¨ªa de los vuelos de aviones dentro de huracanes son bastante aburridos. Para ser sincero, he estado en peores turbulencias en vuelos comerciales ordinarios que en los huracanes. Quiz¨¢s haya sido suerte. Lo que s¨ª resulta muy extraordinario es volar en el ojo de la tormenta, porque de repente est¨¢s en medio de un estadio colosal de 50-100 kil¨®metros de ancho y 15 kil¨®metros de altura. No hay forma de describir eso, puedes tomar fotograf¨ªas, pero las im¨¢genes no son comparables.
P. ?El calor es como nitroglicerina para los huracanes?
P. En cierto modo es as¨ª. Un hurac¨¢n es una enorme m¨¢quina de viento alimentada por el flujo de calor del oc¨¦ano, por eso muere cuando pasa a desplazarse sobre tierra.
R. Esto explica que estas tormentas se est¨¦n intensificando por el calentamiento del planeta, como usted predijo en los a?os ochenta y noventa. ?No es as¨ª?
P. S¨ª, estamos viendo que los huracanes se est¨¢n volviendo m¨¢s fuertes. Es muy dif¨ªcil de comprobar en observaciones reales, porque estas tormentas son dif¨ªciles de observar. Solo volamos con aviones de forma sistem¨¢tica para medir los huracanes en el Atl¨¢ntico, donde se localiza cerca del 10% de todas estas tormentas en el mundo. Pero en la fracci¨®n que estamos estudiando comenzamos a ver que se est¨¢n intensificando.
P. ?De qu¨¦ forma aumenta el poder de destrucci¨®n de los huracanes con el incremento de la temperatura?
R. La fuerza que el viento ejerce sobre un objeto es proporcional al cuadrado de su velocidad, as¨ª que, si se duplica la velocidad, la fuerza del viento se multiplica por cuatro. Pero adem¨¢s los objetos desprendidos son transportados por el aire y pueden golpear a su vez, lo que significa que la destrucci¨®n se incrementa m¨¢s, cerca del cubo del viento. Duplicar la velocidad del viento puede aumentar la destrucci¨®n ocho veces.
P. Usted ha calculado que con un aumento de la temperatura del planeta de tres grados, el poder destructivo de los huracanes aumentar¨ªa entre un 40% y un 50%. ?Es correcto?
R. As¨ª es. En algunas partes, la velocidad del viento aumenta m¨¢s lentamente, pero el poder destructivo del viento tiende a aumentar y puede subir ese 40%-50% con tres grados de calentamiento. Sabemos lo que significa porque podemos comparar la destrucci¨®n causada por los huracanes m¨¢s fuertes que hemos observado en las ¨²ltimas d¨¦cadas con los huracanes m¨¢s d¨¦biles.
P. En los ¨²ltimos 15 a?os se ha producido un aumento del paso de ciclones con caracter¨ªsticas tropicales cerca de las costas espa?olas. ?Se est¨¢ tropicalizando el clima de esta parte del mundo? ?Espa?a debe prepararse para tormentas de este estilo?
R. En raras ocasiones, en Espa?a se est¨¢n dando estos huracanes, pero no hemos realizado un estudio sobre c¨®mo el cambio clim¨¢tico puede afectar a esto. Otro problema potencial son los huracanes mediterr¨¢neos o medicanes [nombre creado a partir de las palabras inglesas Medi-terranean y hurri-canes]. Hace unos a?os publiqu¨¦ un art¨ªculo con mi colega espa?ol Romualdo Romero, de la Universidad de las Islas Baleares, que sugiere que podr¨ªa haber m¨¢s medicanes y m¨¢s fuertes en el Mediterr¨¢neo occidental, afectando a la costa este espa?ola y las islas Baleares. Esto es un poco preocupante para las personas que viven en la costa del Mediterr¨¢neo.
P. ?C¨®mo funcionan estos huracanes que denomina medicanes?
R. Los medicanes realmente son lo mismo que los huracanes, pero tienden a ser m¨¢s peque?os. La mayor diferencia es que un hurac¨¢n se forma en circunstancias ordinarias en los tr¨®picos, en el estado normal del oc¨¦ano tropical. La cuesti¨®n es cu¨¢ndo se activa. En el Mediterr¨¢neo no se forman huracanes en una situaci¨®n normal, pero cuando tienes una masa de aire muy fr¨ªa que se mueve por Europa y luego sobre el Mediterr¨¢neo, entonces se pueden dar estos medicanes.
P. ?Se pone demasiado ¨¦nfasis en las incertidumbres de la ciencia clim¨¢tica?
R. Con demasiada frecuencia se hace hincapi¨¦ en la detecci¨®n de las se?ales atribuibles al cambio clim¨¢tico: ?se debe esto al calentamiento del planeta? Creo que esta es una forma inadecuada de abordar esta cuesti¨®n. Este es un problema de riesgos. Ya sabemos lo suficiente sobre la f¨ªsica del clima: de la teor¨ªa y de los modelos [herramientas utilizadas por los cient¨ªficos para predecir el comportamiento futuro del clima]. Tenemos bastante informaci¨®n te¨®rica y de los modelos para comprender que nos estamos poniendo en riesgo. Ahora, adem¨¢s, contamos con observaciones de lo que est¨¢ pasando y estas observaciones son consistentes con los riesgos proyectados.
P. ?Los humanos estamos jugando con el clima del planeta?
R. Para la comunidad cient¨ªfica no hay duda de que estamos alterando el clima, el tiempo de pensar en esto ya se acab¨®. La pregunta ahora es: cu¨¢nto m¨¢s lo vamos a seguir alterando y esto cu¨¢nto riesgo supone para nosotros. Quedan muy muy pocas personas en el mundo que sigan neg¨¢ndolo. Ya se acab¨® el tiempo para ello. Ahora hay que resolver c¨®mo reducir los riesgos, disminuyendo las emisiones o captur¨¢ndolas en la atm¨®sfera para almacenarlas en alg¨²n lugar. Y c¨®mo adaptarnos a esos riesgos, lo que significa que quiz¨¢ haya que retirarse de costas peligrosas y desplazarse a otros sitios. En lugar de discutir si existe el problema, el mundo debe ponerse a resolver c¨®mo lidiar con ¨¦l.
P. Considerando los riesgos que menciona, ?le preocupa el futuro?
R. S¨ª, estoy preocupado por el futuro. Me preocupan varias cuestiones, pues no podemos separar por completo los problemas del cambio clim¨¢tico con otros econ¨®micos que est¨¢n relacionados con la estabilidad pol¨ªtica y las guerras. Es una interacci¨®n compleja. Lo que no me deja dormir por las noches es que, hist¨®ricamente, los cambios clim¨¢ticos regionales, que no tienen que ver con las actividades humanas, sino con fen¨®menos naturales, han provocado inestabilidad pol¨ªtica, incluso guerras. De forma particular, la potencial reducci¨®n de agua y alimentos supone presi¨®n sobre la gente para emigrar y presi¨®n sobre los gobiernos para acomodar esa migraci¨®n. Cualquier cosa que provoque conflictos armados en el mundo nuclear que tenemos es preocupante y a muchos nos mantiene despiertos por las noches.
P. ?Le preocupan m¨¢s los probables movimientos migratorios que los huracanes?
R. No es que me inquiete la migraci¨®n, pero s¨ª dir¨ªa que la inestabilidad de las poblaciones humanas provocada por el cambio clim¨¢tico es una de las grandes preocupaciones.
P. Cuando se acerca un hurac¨¢n a una zona poblada, las personas con dinero pueden tomar un avi¨®n para escapar, pero hay otras a las que no les queda m¨¢s remedio que ir a un refugio a esperar la tormenta. ?Lo que ocurre con los huracanes es un ejemplo m¨¢s de la enorme desigualdad de los impactos del cambio clim¨¢tico?
R. Es un ejemplo terrible de las grandes desigualdades del cambio clim¨¢tico. En Estados Unidos y en otros pocos pa¨ªses, donde las costas est¨¢n habitadas de manera desproporcionada por personas relativamente ricas que manipulan el sistema pol¨ªtico para no tener que pagar tarifas de seguros muy altas, lo que anima a m¨¢s personas a mudarse al litoral. Pero, efectivamente, cuando llegan las grandes tormentas, los ricos tienen medios para salir, mientras que a menudo los muy pobres no pueden y mueren, como vimos en el caso del hurac¨¢n Katrina en 2005. S¨ª, los huracanes son una medida de la desigualdad social, entre otras cosas.
P. Este verano ha habido olas de calor, inundaciones, incendios¡ ?Cu¨¢l considera que es la mayor amenaza de la crisis clim¨¢tica?
R. Creo que las principales amenazas del cambio clim¨¢tico son la escasez de alimentos y agua como consecuencia de la sequ¨ªa y las inundaciones por el exceso de lluvias, ya sean causadas por un hurac¨¢n o no. Pero hay muchas otras amenazas: incendios forestales, olas de calor¡ En estos momentos solo estamos comenzando a comprender. Nuestro planeta tiene m¨¢s de 4.000 millones de a?os de historia en los que ha habido cambios clim¨¢ticos realmente grandes, mucho m¨¢s grandes de lo que se proyecta que experimentaremos. Pero la gran diferencia es la velocidad. Lo m¨¢s preocupante no es la magnitud del cambio, sino la incre¨ªble velocidad de ese cambio, en comparaci¨®n con lo sucedido en el pasado geol¨®gico. La gente pregunta: ?es el clima actual el ¨®ptimo para los humanos? Pero esa no es la pregunta interesante. Por definici¨®n, el clima que hemos tenido los ¨²ltimos 7.000 a?os es ¨®ptimo porque es al que nos hemos adaptado. La cuesti¨®n es que, si se empuja el clima en cualquier direcci¨®n, ya sea para hacerlo m¨¢s fr¨ªo o m¨¢s c¨¢lido, esto ser¨¢ disruptivo para la sociedad humana.
P. ?C¨®mo le ha afectado haber recibido amenazas por alertar de los peligros del cambio clim¨¢tico?
R. Los cient¨ªficos estamos acostumbrados a la controversia. S¨ª, hubo un periodo de tiempo, despu¨¦s de que publiqu¨¦ algunos art¨ªculos sobre huracanes y clima, en el que recib¨ª algunos correos. Pero no dur¨® mucho, fue una ola pasajera. No puedo decir que realmente me afecte.
P. ?Cree que la sociedad se est¨¢ tomando realmente en serio la gravedad de la crisis clim¨¢tica?
R. Veo mucha pose. Hay muchas pasiones, la gente quiere justicia social o quiere ganar mucho dinero, quiere esto, quiere aquello. El cambio clim¨¢tico se usa a menudo como una herramienta para obtener lo que uno desea. Hay personas que se toman en serio el cambio clim¨¢tico, pero no son muchas. Incluso dudo que se lo tomen en serio muchos ambientalistas; si fuera as¨ª, abogar¨ªan por una descarbonizaci¨®n muy r¨¢pida que requerir¨ªa de la energ¨ªa nuclear.
P. ?Cu¨¢l debe ser el papel de los cient¨ªficos frente a la emergencia clim¨¢tica?
R. Estoy muy contento de haberme convertido en cient¨ªfico, cient¨ªfico de la atm¨®sfera y el clima, que no siempre se trata de predecir el futuro o prevenir da?os. Simplemente, estoy motivado por la pasi¨®n por entender algo. La pasi¨®n puede no ser pol¨ªticamente correcta, en el sentido de que no est¨¢ necesariamente vinculada y dirigida a mejorar la vida de las personas, pero a menudo termina haci¨¦ndolo. Un buen ejemplo: en tan solo un a?o, cient¨ªficos de todo el mundo han desarrollado vacunas contra este terrible virus. Antes de que ocurriera esta pandemia se tardaba de 10 a 20 a?os en conseguir algo as¨ª. Pensemos en lo horrible que hubiera sido tardar entre 10 y 20 a?os en lograr una vacuna contra la covid. Si nos fijamos en la historia de las vacunas, vemos que su desarrollo ha estado impulsado por la curiosidad, tratando de entender el virus y la respuesta del cuerpo humano. Esa curiosidad, esa pasi¨®n hicieron posible desarrollar una vacuna en tiempo r¨¦cord.
P. ?Qu¨¦ anima ahora su curiosidad para seguir investigando los huracanes?
R. Estoy realmente interesado en saber si los huracanes tienen una retroalimentaci¨®n apreciable sobre el clima y, de ser as¨ª, c¨®mo ocurre. Conocemos dos posibles v¨ªas: la primera es que los huracanes hacen que la atm¨®sfera sea m¨¢s seca al extraer m¨¢s agua del aire, y esto puede provocar que m¨¢s radiaci¨®n escape al espacio desde la Tierra y que se enfr¨ªe la atm¨®sfera. La segunda es que estas tormentas agitan los 100 o 200 metros superiores del oc¨¦ano, lo que puede traer aguas profundas m¨¢s fr¨ªas a la superficie y bombear calor hacia abajo, lo que puede afectar a la circulaci¨®n oce¨¢nica y la biogeoqu¨ªmica oce¨¢nica de forma importante para el cambio clim¨¢tico.
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