El libro de papel vive un bum gracias a TikTok, Instagram y YouTube
Hace a?os que los agoreros pronostican su muerte, pero una nueva generaci¨®n de prescriptores lo han convertido en s¨ªmbolo de estatus, propulsando, incluso, la venta de t¨ªtulos cl¨¢sicos
Leer es el nuevo sexo. Todo el mundo dice que es bueno y que lo practica con frecuencia. Luego est¨¢ la realidad. Y en el nuevo sexo el libro de papel es, contra todo pron¨®stico, el objeto de deseo. A pesar de todos los augurios de muerte natural, el libro muestra su poder¨ªo all¨ª donde menos se lo esperaba: en las redes sociales de la generaci¨®n Z, donde ahora leer en papel es una marca de estatus. Y eso en 2022 se llama ¨¦xito.
Fotograf¨ªan sus libros envueltos por el humo de una taza de caf¨¦ reci¨¦n hecho, entre mantas de lana virgen o iluminados por velas de alta gama; conjuntan las portadas con el papel de la pared, y los post-its con los tonos de las cubiertas. Los nuevos prescriptores literarios tienen sus propios c¨®digos ¨¦ticos y est¨¦ticos, entre ellos emocionarse hasta la l¨¢grima ¡ªy siempre frente a la c¨¢mara¡ª leyendo el final de una novela de Jane Austen, presumir de los subrayados de sus lecturas, y decir su verdad y solo su verdad, como hizo el booktoker Jona Olea (82.200 seguidores) cuando coloc¨® El retrato de Dorian Gray en la lista de lo peor que hab¨ªa le¨ªdo en 2021.
Los bookstagramers son la especie de Instagram que ama los libros, los cita y los presenta con fotos producidas seg¨²n los c¨¢nones de esa red social. En TikTok habitan los bookstokers, mucho m¨¢s j¨®venes, histri¨®nicos y pasionales, con un fondo ir¨®nico que les permite re¨ªrse de autores vivos y muertos y, sobre todo, de s¨ª mismos. Y en YouTube campan los booktubers, veteranos en el negocio que hacen rese?as audiovisuales y mucho unboxing (un g¨¦nero en s¨ª mismo en las redes sociales que consiste en abrir cajas con parsimonia y m¨²sica dram¨¢tica de fondo).
Unos y otros son muy rentables y han demostrado sobrada capacidad para resucitar cat¨¢logos editoriales que languidec¨ªan en un coma profundo. En Espa?a ha pasado con La canci¨®n de Aquiles, publicado en 2012 y recomendado por @aymansbooks, y con ?ramos mentirosos (Salamandra), de E. Lockhart, que gracias a una rese?a en TikTok de las hermanas Lee (@alifeofliterature) volvi¨® a la lista de los m¨¢s vendidos seis a?os despu¨¦s de su lanzamiento. La propia autora ha contado que no consegu¨ªa entender semejante resurrecci¨®n hasta que sus hijos, usuarios de TikTok, le explicaron que se hab¨ªa viralizado bajo la etiqueta #booktok, un hashtag que supera los 15.000 millones de resultados. El argumento de la novela era perfecto para uno de los formatos m¨¢s populares de esa red social: leer e hiperdramatizar frente a la c¨¢mara.
¡°Un libro electr¨®nico no es una cosa, sino informaci¨®n, no es una posesi¨®n, sino un acceso¡±Byung-Chul Han
El gigante estadounidense Barnes & Noble inform¨® a The New York Times que no daba abasto con la reedici¨®n de cl¨¢sicos, sobre todo novela rom¨¢ntica, rescatados por estos influencers literarios, una tribu que suele dividirse en dos universos, los que tratan el libro como un objeto est¨¦tico y los que entran en la trama, analizan los personajes y los textos y hacen rese?as m¨¢s o menos sesudas. Unos invierten en atrezo y otros en tiempo de lectura. Su mayor beneficio son los env¨ªos de libros que les hacen las editoriales. ¡°Hay que cuidar los libros. Este tiene m¨¢s de 10 a?os y cinco le¨ªdas encima. Tampoco los marco ni los escribo (¡). Adem¨¢s, no se los presto absolutamente a nadie. Ll¨¢menme ego¨ªsta, pero son mi posesi¨®n material favorita¡±, con esta videodeclaraci¨®n de principios, @agusgrimmpitch, una booktoker argentina, arras¨® con 77.500 likes. Esta booktoker parece coincidir con el fil¨®sofo Byung-Chul Han, que dec¨ªa en No-cosas (Taurus, 2021): ¡°El libro tiene un destino en tanto que es una cosa, una posesi¨®n, muestra marcas materiales que le prestan una historia. Un libro electr¨®nico no es una cosa, sino informaci¨®n, no es una posesi¨®n, sino un acceso. Carece de edad, lugar, productor y propietario (¡). Se leen sin las manos. El acto de hojear es t¨¢ctil, algo constitutivo de toda relaci¨®n. Sin el tacto f¨ªsico no se crean v¨ªnculos¡±.
Un informe de la consultor¨ªa PwC ya da por hecho que los libros impresos ser¨¢n el ¨²nico superviviente f¨ªsico en la era digital de la industria del entretenimiento y la cultura. En opini¨®n de Mike Shatzkin, analista de la industria editorial, el vigor del papel se explica porque, a diferencia del v¨ªdeo o la m¨²sica donde la experiencia es casi id¨¦ntica, independientemente de que se consuman en un formato anal¨®gico o digital, los libros f¨ªsicos ofrecen una vivencia m¨¢s ¨ªntima que favorece la concentraci¨®n, cansa menos la vista y ofrece referencias f¨ªsicas: el grosor del ejemplar, los colores de la cubierta.
¡°El efecto confinamiento potenci¨® el h¨¢bito de lectura entre los menores de 35 a?os como una v¨ªa de desconexi¨®n y alegr¨ªa¡±
La escritora argentina Mariana Enr¨ªquez asegura v¨ªa Zoom desde su casa de Buenos Aires: ¡°Yo he dejado de leer libros electr¨®nicos y creo que ha sido por un exceso de pantallas, estamos contaminados. El libro f¨ªsico no solo te lleva a otros mundos, sino que tambi¨¦n te saca de la pantalla que ahora se asocia a la pandemia¡±. Es lo que el informe H¨¢bitos de lectura y compra de libros en Espa?a de 2020 denomin¨® efecto confinamiento, un trauma que potenci¨® el h¨¢bito de lectura en los menores de 35 a?os que, por primera vez, asociaron un libro a la desconexi¨®n, la tranquilidad y la alegr¨ªa. El F¨®rum Edita constat¨® un aumento del 44% de la venta de libros de papel en el primer semestre de 2021 en Espa?a, y estim¨® que a finales de a?o el sector facturar¨ªa 1.100 millones de euros, su mejor cifra en una d¨¦cada. Unos n¨²meros que son similares en Francia (43,4%), Italia (36,9%), B¨¦lgica (25%) y Portugal (18%).
Ser¨ªa dif¨ªcil adjudicar a los influencers literarios su cuota exacta en este bum. Para los lectores m¨¢s ortodoxos, su modo de relacionarse con los libros es tambi¨¦n un sacrilegio. En una entrevista al peri¨®dico The Guardian, la bookstagramer Jennifer Lewis contaba lo que ella consideraba el gran malentendido: ¡°Creen que los estamos reduciendo a objetos en lugar de a experiencias. Pero pueden ser ambas cosas, visualmente deslumbrantes y muy estimulantes para el esp¨ªritu¡±. Las editoriales han empezado a dise?ar algunas portadas seg¨²n los c¨®digos est¨¦ticos de Instagram y a hacer lanzamientos especiales que incluyen moodboard y paleta crom¨¢tica. La marca ¡°TikTok me oblig¨® a comprarlo¡± es hoy un buen sello de garant¨ªa.
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