El cient¨ªfico brasile?o que ha descubierto 32 especies en las profundidades marinas
Luiz Rocha, premio Rolex a la Iniciativa, busca y cataloga peces realizando inmersiones a m¨¢s de 150 metros
No teme que le siga mucha gente. Las profundidades a las que se sumerge Luiz Rocha no son para todo el mundo. Pero ¨¦l se ha preparado toda la vida para acceder a lugares donde descubre lo nunca visto. Y as¨ª es como este icti¨®logo brasile?o ha catalogado ya 32 especies marinas y tiene otras 10 en proceso de aprobaci¨®n por organismos internacionales.
No cree que nadie acceda a ese submundo de los oc¨¦anos, sencillamente por dos razones: es muy caro y hay que prepararse duro. ¡°Cada inmersi¨®n cuesta 10.000 d¨®lares. Tardas en bajar 10 o 15 minutos, pero para subir de nuevo a la superficie necesitas entre seis y siete horas. Todo eso para acceder a m¨¢s de 150 metros de profundidad y quedarte all¨ª no m¨¢s de siete minutos¡±.
As¨ª es c¨®mo ha descubierto Rocha sus especies ignotas. Por ello ha recibido este a?o su Premio Rolex a la Iniciativa, un galard¨®n que le supondr¨¢ fondos para tres expediciones en Maldivas. La convocatoria de estos reconocimientos para la pr¨®xima edici¨®n ya est¨¢ abierta. Durante cuatro d¨¦cadas se han repartido por todo el mundo para apoyar diversos proyectos de investigaci¨®n y trabajo sobre el terreno, generalmente dirigidos a mejorar el medio ambiente, las condiciones de pobreza y desigualdad o llevar a cabo experimentos cient¨ªficos en condiciones adversas. Han sido ya 155 los que se han repartido desde que se iniciara su andadura en 1976.
A Rocha el premio le ha supuesto fondos para tres expediciones en Maldivas, un lugar muy poco explorado por el momento. ¡°Conozco mejor Filipinas, all¨ª es donde m¨¢s abajo hemos logrado llegar y donde hemos descubierto m¨¢s especies. Pero Maldivas me parece ahora algo as¨ª como El Dorado de las especies submarinas¡±. Lleva haci¨¦ndolo desde finales de los a?os noventa y ha capitaneado ya m¨¢s de 70 expediciones. Comenz¨® en Brasil, donde se licenci¨® en Biolog¨ªa antes de doctorarse en la Universidad de Florida y trabajar en la Estatal de San Francisco o ser miembro de la Academia de Ciencias de California.
Quer¨ªa seguir los pasos de Jacques Cousteau. ¡°Era mi obsesi¨®n. De ni?o me ocupaba en casa del acuario, en el colegio prestaba atenci¨®n a los experimentos con peces. En mi ciudad no hab¨ªa mucha afici¨®n por el buceo. Pero me met¨ª en una escuela de la que acab¨¦ siendo profesor¡±, recuerda.
Por las costas de su Estado, Para¨ªba, comenz¨® tambi¨¦n a concienciarse. Los corales peligraban y ¨¦l comprendi¨® que deb¨ªa movilizarse para protegerlos. As¨ª surgi¨® una vocaci¨®n que le ha arrastrado por todo el mundo, del Caribe al Pac¨ªfico, el Atl¨¢ntico o el ?ndico, hoy con equipos de precisi¨®n y salidas cuya media de coste puede rondar los 30.000 euros.
Preparan cada paso con esmero: ¡°Cuando bajamos nos dividimos las tareas. Uno se dedica a recolectar especies, otros a hacer fotograf¨ªas. Es poco tiempo y necesitamos concentraci¨®n m¨¢xima¡±. Despu¨¦s analizan las capturas. ¡°Para que sean catalogadas las nuevas especies, debemos seguir un protocolo. Primero, la taxonom¨ªa, determinar si cada especie se alimenta de otras o de plancton. Despu¨¦s ponemos un nombre, luego publicamos en una revista o peri¨®dico cient¨ªfico¡±. Es un proceso cuya duraci¨®n es variable: ¡°Algunos nos han llevado meses, otros 20 a?os¡±. Todo dentro de una actividad de riesgo. No solo para sus vidas, tambi¨¦n para quien decide financiarla: ¡°Lo es porque deben entender que o bien puedes regresar con unas cuantas especies o, si de da mal, ninguna¡±.
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