C¨®mo reducir la huella de carbono en las ligas deportivas
En EE UU, la liga de b¨¦isbol profesional ultima un plan para reducir el impacto ambiental de la competici¨®n. En solo 50 a?os, la temperatura a la que se desarrollan los partidos ha subido 1,5 grados. Se prev¨¦n menos encuentros y m¨¢s pr¨®ximos. ?Seguir¨¢n su ejemplo otras competiciones en el resto del mundo?
El cine se ha encargado de divulgarlo y Philip Roth, Don DeLillo y Bernard Malamud le han dedicado novelas espl¨¦ndidas. Pero el b¨¦isbol sigue siendo el menos exportable de los deportes estadounidenses. Sus reglas resultan complejas, su ritmo, sincopado. Su m¨ªstica, sus tradiciones centenarias y su aura de epopeya cotidiana a duras penas traspasan fronteras. En Espa?a cuenta apenas con 3.294 federados y la Copa Mundial de B¨¦isbol, principal competici¨®n de selecciones nacionales, se disput¨® por ¨²ltima vez en 2011 y obtuvo audiencias paup¨¦rrimas. Pese a todo, si en algo resulta mod¨¦lica la Major League Baseball (MLB), la gran liga norteamericana, es en lo muy en serio que est¨¢ empezando a tomarse la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Estos d¨ªas, la MLB prepara un plan de contingencia cuyo principal objetivo es reducir el impacto medioambiental de la competici¨®n. Se trata de plantear temporadas regulares m¨¢s cortas, con menos cruces entre equipos de ¨¢reas geogr¨¢ficas muy distantes y dando prioridad a desplazamientos terrestres o en vuelos regulares. El pasado mes de noviembre, Seth ?Wynes, investigador de la Universidad de Concordia en Montreal, public¨® un estudio que demostraba que la huella de carbono de las cuatro principales ligas profesionales de Estados Unidos se hab¨ªa reducido en un 26% en las dos ¨²ltimas temporadas debido al impacto de la pandemia. La reducci¨®n alcanzaba un muy significativo 50% en el caso de la NHL, la liga de hockey hielo, debido a la aplicaci¨®n de un protocolo muy estricto que hab¨ªa llevado a la cancelaci¨®n de un alto n¨²mero de partidos.
La MLB, pese a mantener un calendario de competici¨®n muy activo, hab¨ªa registrado una ca¨ªda de emisiones de alrededor del 22%, en contraste con el 15% de la NBA o el magro 6% de la liga profesional de f¨²tbol americano (NFL). A la luz de esos datos, Sammy Roth, experto en energ¨ªa y medio ambiente de Los Angeles Times, conclu¨ªa en un art¨ªculo que resulta ¡°muy deseable¡± consolidar ese cambio positivo que se ha producido como consecuencia de circunstancias excepcionales. A Roth le result¨® descorazonador presenciar una recta final de la temporada 2019-2020 ¡°con estadios vac¨ªos y predominio de los duelos locales, de manera que, por ejemplo, Los Angeles ?Dodgers no jugaron ning¨²n partido contra los St. Louis Cardinals o los New York Mets¡±. Sin embargo, en su opini¨®n, un equilibrado t¨¦rmino medio, con alrededor de 10 jornadas menos en la temporada regular y una cierta racionalizaci¨®n de desplazamientos, reducir¨ªa ya las emisiones en un muy significativo 11%.
Para uno de los jugadores de b¨¦isbol en activo m¨¢s comprometidos con la lucha contra el calentamiento global, Brent Suter, lanzador de los Milwaukee Brewers, se tratar¨ªa de un paso en la direcci¨®n correcta, aunque tal vez insuficiente. En una entrevista con Hannah Keyser, redactora de Yahoo Sports, Suter recuerda que las temporadas regulares de la MLB son ¡°maratones en los que cada uno de los 30 equipos disputa un total de 162 partidos, 81 de ellos como visitantes, y que implica vuelos privados a lugares tan distantes, en nuestro caso, como San Diego, Los ?ngeles o Miami¡±.
Estados Unidos se ha acostumbrado a la ¡°t¨®xica¡± rutina de que sus beisbolistas compitan cada dos d¨ªas, en partidos lucrativos, pero de una trascendencia deportiva a menudo muy dudosa. Para Suter, los jugadores profesionales est¨¢n ya entre los principales interesados en que el calendario de competici¨®n se aligere de manera ¡°sustancial¡± para hacerlo m¨¢s sensato y sostenible: ¡°Hace 10 a?os, cuando yo hablaba de cambio clim¨¢tico en el vestuario, mis compa?eros me miraban como si fuese un monstruo de dos cabezas. Hoy, la inmensa mayor¨ªa se ha rendido a la evidencia. Est¨¢n hartos de jugar partidos a 35 grados en el mes de julio en lugares que hace no mucho disfrutaban de veranos templados, como Milwaukee¡±.
Un estudio de Climate Central apuntaba a que la temperatura media a la que se disputan los partidos de la MLB ha aumentado en m¨¢s de 1,5 grados desde 1970. Para Suter, no solo estamos destruyendo el planeta, sino tambi¨¦n un juego centenario que no fue concebido para practicarse en condiciones extremas. ¡°Contra estas amenazas, el compromiso individual no es suficiente¡±, concluye el jugador, ¡°resulta imprescindible adoptar medidas colectivas ambiciosas¡±. Empezando por un deporte profesional que acepte la necesidad de disputar menos partidos, viajar en tren siempre que sea posible y, sobre todo, renunciar a esos vuelos privados de costa a costa que se han convertido en el s¨ªmbolo m¨¢s agresivo de la opulencia de las grandes ligas estadounidenses.
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