Relato de verano | ¡®Unos ojos que parec¨ªan de plata¡¯, por Luc¨ªa Lijtmaer
El elegido para salvar el planeta, el maestro para dar una nueva oportunidad a la humanidad, es un oficinista perdido en la rutina de su empresa en periodo vacacional
Perdona por hacerte venir tan pronto hoy, especialmente teniendo en cuenta que no hay mucho que hacer en la oficina, ambos sabemos que est¨¢ desierta y que hemos elegido quedarnos a trabajar en verano para que nadie nos d¨¦ el co?azo, ni los jefes, ni nuestras mujeres, yo te entiendo, t¨ªo, no tienes que darme explicaciones, a m¨ª me pasa lo mismo. Ya vi que el otro d¨ªa desviaste las llamadas de tu cub¨ªculo al m¨®vil para irte al bar, no te preocupes, no dir¨¦ nada, si yo estoy igual, si todos estamos igual. Lo malo de quedarse en la meseta a currar en agosto es que esto es un erial, no hay absolutamente nada que hacer, se siente como una condena perpetua. Ya s¨¦ que necesitas anestesiarte de la manera que sea, yo tambi¨¦n lo hac¨ªa antes, antes de que todo cambiara. Por cierto, si lo necesitas tengo birras en la nevera del fondo, pero no le digas nada a Mart¨ªnez porque si las descubre se acab¨® todo, el t¨ªo es una esponja, no tiene l¨ªmite, si le pinchas una ojera te podr¨ªas hacer un cubata.
Bueno, me dejo de circunloquios. La cosa es que quer¨ªa hablar contigo porque siempre he sentido que tenemos cierta conexi¨®n, ?sabes? Quiz¨¢s me equivoco, pero creo que no. A veces cuando te veo en las reuniones noto que est¨¢s ido, que no est¨¢s exactamente ah¨ª. Perdona si soy brusco, pero somos dos t¨ªos hechos, ya tenemos una edad. Lo que me pasa es que noto en tu mirada perdida que t¨² tambi¨¦n crees que te has equivocado en tus elecciones. Para qu¨¦ te voy a enga?ar, es eso lo que pienso. Se te ve en la cara, pareces preguntarte c¨®mo hemos acabado aqu¨ª, aguantando a estos in¨²tiles, d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n, c¨®mo hemos acabado en esta mediocridad. S¨¦ que eso es lo que te pasa, porque es lo que me pasaba a m¨ª. No s¨¦ exactamente cu¨¢ndo se jodi¨® tu vida, ya me contar¨¢s si te apetece, pero para m¨ª era lo mismo: cada d¨ªa de mi vida que llegaba a este pol¨ªgono sent¨ªa que era una derrota m¨¢s. No pod¨ªa soportar m¨¢s a Sanz y sus problemas con su chalet apareado, el fanatismo de Rodr¨ªguez por su equipo local, o si a Delgado su mujer se la chupa solo cada seis meses. Ninguno de ellos es especial, no hay brillo en nada de lo que hacen o piensan, su vida tiene la misma emoci¨®n que un t¨¢per recalentado.
Pero vengo aqu¨ª a decirte que no tienes por qu¨¦ soportar eso m¨¢s. No tienes por qu¨¦ seguir viviendo as¨ª. No lo he hablado con ninguno de todos estos porque no lo entender¨ªan, pero siento que contigo es distinto, porque veo el desprecio en tus ojos. T¨² sientes que mereces algo m¨¢s que todo esto, y es verdad, lo mereces. Estoy aqu¨ª para ofrecerte una vida mejor, si est¨¢s dispuesto a aceptarla, que creo que s¨ª. Me estoy jugando mucho cont¨¢ndote todo lo que te voy a contar, pero a veces en la vida hay que arriesgarse, ?verdad?
Te explico. Todo empez¨® hace apenas unas semanas, cuando tuve que ir a una de esas convenciones espantosas que montan en los hoteles del centro, uno de esos que tienen un carro de comidas de metal en la azotea a la que llaman foodtruck y una piscina del tama?o de un sello de correos, ya sabes, el tipo de cosas que ponen para que los guiris saquen fotos y las suban a Instagram. T¨² te escaqueaste de ese evento, bien por ti, pero a m¨ª me toc¨® ir con el resto de los comerciales a decir tonter¨ªas y beber gin-tonics a 12 pavos. A los m¨¢s j¨®venes les hace hasta ilusi¨®n todo ese simulacro. A¨²n creen que las copas son gratis, a¨²n no se han enterado de que no hay nada gratis en esta vida. Bueno, la cosa es que est¨¢bamos ah¨ª, hablando de balances y presupuestos con la com-petencia, midi¨¦ndonos las pollas, b¨¢sicamente, cuando la vi. Qu¨¦ barbaridad, fue como una aparici¨®n. Ten¨ªa el pelo rubio, casi blanco, de la consistencia del algod¨®n de az¨²car, y los ojos grises, de un gris tan claro que casi parec¨ªan fosforescer. Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª, te lo juro. En un momento llegu¨¦ a pensar que no podr¨ªa ver con unos ojos tan claros, unos ojos que parec¨ªan de plata. Llevaba una copa de champ¨¢n en la mano y miraba distra¨ªdamente a su alrededor, como si se aburriera, como si buscara algo. Sent¨ª como si me hubieran golpeado en el est¨®mago, qui¨¦n co?o era esa mujer y c¨®mo se pod¨ªa ser as¨ª, y c¨®mo pod¨ªan seguir todos con sus vidas a mi alrededor, haciendo como si todo fuera normal, ?acaso no la ve¨ªan? Era tan hermosa y tan extra?a que parec¨ªa una flor de otro mundo, no s¨¦ c¨®mo explicarlo.
Por fin, en un momento, cruzamos las miradas y sus ojos parecieron iluminarse como el mercurio l¨ªquido, y vino directa hacia m¨ª. Me apart¨¦ un poco del grupo para recibirla, ten¨ªa muy claro que no pensaba compartirla con ninguno de los ga?anes que me acompa?aban, eso no iba a pasar. Cuando la tuve cerca fue a¨²n m¨¢s impresionante, su piel parec¨ªa brillar, no s¨¦, parec¨ªa una sirena, s¨ª, era eso, una sirena. Vas a pensar que te estoy tomando el pelo, pero te lo juro por mis hijos que son lo mejor que tengo que me dijo ¡°llevaba tiempo esper¨¢ndole¡±, y me tom¨® de la mano y justo en ese instante pas¨® algo entre su mano y la m¨ªa, una corriente extra?a. De repente desaparecieron todos mis temores, todas mis angustias, sent¨ª que sab¨ªa todo de m¨ª y que todo iba a estar bien, pasara lo que pasara, como si pudiera leer muy adentro de mi alma con solo mirarme. Me llev¨® hasta un lado de la piscina y me susurr¨® al o¨ªdo: ¡°Me dieron sus coordenadas f¨ªsicas en la central, no sabe la alegr¨ªa que me da que por fin haya llegado. Hace a?os que le espero, Maestro. No tenemos tiempo que perder, las instrucciones que me han dado para informarle son claras. Tiene que saber que en el extremo izquierdo de la piscina, justo debajo de la tercera baldosa, se abre una compuerta que conecta este espacio con la antigua central t¨¦rmica de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, la de las tres chimeneas. Hoy no podemos hacer nada porque esto est¨¢ lleno de gente, es solamente una misi¨®n de reconocimiento. Pero en un par de semanas podremos usar este portal lum¨ªnico para llegar hasta all¨ª. La central es nuestra base de operaciones, hemos montado todos los dispositivos necesarios para rearmarnos y comenzar la verdadera ofensiva para la liberaci¨®n de la humanidad¡±.
Me mir¨® con sus ojos de hielo blanco y su voz temblaba cuando dijo: ¡°Todav¨ªa hay mucha verdad preciosa para ser revelada al pueblo en este tiempo de peligros y tinieblas, pero es el prop¨®sito determinado de nuestros enemigos impedir que los rayos de luz de la verdad penetren en el coraz¨®n de los hombres... Verdades preciosas, por largo tiempo ocultas, han de ser reveladas de una manera que pondr¨¢ de manifiesto su sagrado valor, oh, son sus palabras, Maestro, no sabe cu¨¢nto tiempo hemos estado esper¨¢ndole¡±.
No s¨¦ muy bien qu¨¦ pas¨® despu¨¦s, ni como sal¨ª del hotel, solo s¨¦ que desde entonces siento una paz profunda e intensa, una calma absoluta por haber encontrado mi destino. Por fin me siento completamente y absolutamente vivo. Yo sab¨ªa que todo lo otro, toda esta rutina, todo este d¨ªa a d¨ªa no pod¨ªa ser real. La vida no pod¨ªa ser esto, de ser as¨ª no merec¨ªa la pena. Yo sab¨ªa, en el fondo, que me esperaba algo mejor. Ten¨ªa que compartirlo con alguien, t¨ªo. Ten¨ªa que compartirlo contigo. Podemos vivir de otra manera. S¨¦ que es dif¨ªcil de comprender, lo entiendo. A m¨ª tambi¨¦n me cost¨®, sobre todo al principio. Te sientes aturdido por la cantidad de informaci¨®n que vas a tener que manejar, no te gustar¨¢ el peso de todas las responsabilidades que tienes que asumir, pero todo forma parte del proceso, de poder entender que lo que antes era blanco ahora es negro. Que lo que pensabas que est¨¢ bien, est¨¢ mal. Que el mundo real es otra cosa. Y es por eso por lo que hoy quiero compartir toda esta verdad revelada contigo.Porque ella me dijo que soy el elegido, ?sabes? Y creo que tiene raz¨®n.
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