No es memoria: es justicia
?A qui¨¦n le parece mal que el Estado se haga cargo de exhumar y enterrar con dignidad al padre fusilado de una anciana?
A juzgar por algunas reacciones a la llamada ley de memoria democr¨¢tica, se dir¨ªa que sus detractores no la han le¨ªdo. El principal reproche que le hacen a esa norma es que ataque a la Transici¨®n; ahora bien, esto es lo que dice la ley sobre ella: ¡°La conquista y consolidaci¨®n de la democracia en Espa?a ha sido el logro hist¨®rico m¨¢s significativo de la sociedad espa?ola¡±. O: el consenso que hizo posible el fin del franquismo y la Constituci¨®n de 1978 ¡°fue el esp¨ªritu de nuestra transici¨®n pol¨ªtica, y ha sido la base de la ¨¦poca de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido nuestro pa¨ªs¡±. La verdad: hac¨ªa tiempo que no le¨ªa semejantes ditirambos sobre la Transici¨®n. Es cierto que, por alg¨²n port¨®n mal cerrado, se cuela en la ley alguna ambig¨¹edad resbaladiza; ninguna, sin embargo, que autorice a Merche Aizpurua (Bildu) a sostener que la norma sirve para ¡°poner en jaque el relato de una Transici¨®n ejemplar¡±. ?Como si no supi¨¦ramos que en la historia no existe ning¨²n periodo ejemplar! ?Y c¨®mo iba a serlo la Transici¨®n si provoc¨® m¨¢s de medio millar de muertos, m¨¢s de la mitad de ellos asesinados por ETA? En cuanto al reproche de que la ley se aprob¨® con los votos de Bildu, me parece irrelevante: si una ley es ¨²til, me da igual que se apruebe con el apoyo de Bildu, de Vox o de Los Morancos.
?Es ¨²til la ley? Admitamos que, a ratos, est¨¢ escrita de pena. Adem¨¢s, siempre inquieta que un Estado legisle sobre la memoria, como advirtieron en 2008 Pierre Nora, Eric Hobsbawm y otros grandes historiadores. Pero es que esa es la cuesti¨®n. En rigor, no se trata de memoria: se trata de justicia; m¨¢s precisamente: de justicia transicional, esa rama del derecho que, como escribe ?lvarez Junco, ¡°se enfrenta con las violaciones sistem¨¢ticas y generalizadas de los derechos humanos en las situaciones de opresi¨®n y conflicto violento ¡ªguerras civiles, dictaduras¡ª, de las que se quiere salir hacia otras de paz, democracia e instituciones sometidas a normas¡±. Este tipo de justicia abarca diversos campos, desde la justicia penal o la verdad hist¨®rica hasta la reparaci¨®n de las v¨ªctimas, en algunos de los cuales la democracia espa?ola ha hecho m¨¢s de lo que se suele recordar (a mediados de los a?os noventa, el 26% del presupuesto del r¨¦gimen de clases pasivas iba a parar a las v¨ªctimas); pero no ha hecho lo suficiente. La nueva ley, que no obedece a un capricho del Gobierno, sino a una obligaci¨®n internacional, corrige algunas carencias: impide que la Ley de Amnist¨ªa de 1977 pueda amparar delitos de genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad; prev¨¦ una declaraci¨®n general de condena del franquismo, que nunca se ha producido; declara ilegales los tribunales de la dictadura y nulas sus sentencias, y, sobre todo, obliga al Estado a asumir la exhumaci¨®n de las v¨ªctimas. No entiendo que se pueda estar contra eso. ?A alguien le parece mal que el Estado se haga cargo de exhumar y enterrar con dignidad al padre fusilado de una anciana, cuyo cad¨¢ver lleva m¨¢s de 80 a?os en una fosa com¨²n? ?C¨®mo es posible que quienes exigen con raz¨®n desagravio, justicia y recuerdo para las v¨ªctimas de ETA no los exijan tambi¨¦n para las del franquismo? ?O es que las v¨ªctimas s¨®lo son v¨ªctimas si son nuestras? Dicho esto, repito que la ley presenta problemas, el mayor de los cuales es que no ha sido aprobada por una gran mayor¨ªa del Congreso, que al menos abarque al PP. Este asunto exige una casi unanimidad: primero, porque la democracia consiste en un m¨ªnimo acuerdo sobre el presente, y un m¨ªnimo acuerdo sobre el presente exige un m¨ªnimo acuerdo sobre el pasado; y segundo, porque en cuanto el PP llegue al poder derogar¨¢ la ley (como ya hizo en la pr¨¢ctica con la anterior). Y estaremos donde est¨¢bamos.
Se dice que las heridas de una guerra civil tardan cien a?os en curarse. El problema es que nuestra guerra no acab¨® en 1939, sino en 1978, porque el franquismo no fue la paz, sino la guerra por otros medios. Como sea, yo espero que, con todos sus defectos e insuficiencias, esta ley sirva para que, dentro de 14 a?os, cuando haya pasado un siglo del principio de todo, las heridas duelan menos.
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