Estas son las mujeres que han convertido a Chile en un referente del feminismo para Am¨¦rica Latina
El pa¨ªs se ha puesto a la vanguardia en la lucha por una mayor igualdad de g¨¦nero. El proyecto de Constituci¨®n que se vota el 4 de septiembre ha sido redactado por igual n¨²mero de mujeres que de hombres y su Gobierno incorpora m¨¢s ministras que ministros. Sin embargo, su ley del aborto sigue siendo muy restrictiva.
Chile, que hasta comienzos de este siglo ten¨ªa fama de conservador ¡ªla ley de divorcio reci¨¦n se promulg¨® en 2004, por ejemplo¡ª, se ha transformado en una especie de laboratorio del feminismo. Por un lado, una propuesta de Constituci¨®n redactada por igual cantidad de hombres y de mujeres, como nunca antes ha sucedido en el mundo, con una marcada perspectiva de g¨¦nero que subyace en todas las normas. Por otro, el debut de un Gobierno como el de Gabriel Boric, que se estrena con un Gabinete con mayor n¨²mero de mujeres que de hombres. Adem¨¢s, una generaci¨®n de mujeres j¨®venes que irrumpen ¡ªlas que fueron ni?as cuando la socialista Michelle Bachelet se convirti¨® en la primera mujer presidenta de Chile, en 2006¡ª, que empujan las transformaciones con una velocidad mayor que las luchadoras que las antecedieron. Chilenas de todas las edades y ocupaciones, movimientos sociales y colectivos feministas, como Lastesis, que exportan su himno contra la violencia sexual: ¡°Y la culpa no era m¨ªa, ni d¨®nde estaba, ni c¨®mo vest¨ªa. El violador eres t¨²¡±, que se replic¨® en 2019 en diferentes continentes en un grito com¨²n contra el patriarcado. Un profundo cambio de la arquitectura social que, sin embargo, convive con m¨²ltiples y profundas brechas. En el pa¨ªs, por ejemplo, solo se pueden interrumpir los embarazos en tres causales bien definidas y se sigue abortando mayoritariamente en la clandestinidad.
En una semana, el 4 de septiembre, se celebrar¨¢ el plebiscito sobre una nueva Constituci¨®n y no parece evidente que la ciudadan¨ªa la apruebe. Ser¨¢ un resultado estrecho, seg¨²n las encuestas. En 2020, casi un 80% del electorado estuvo por cambiar la Constituci¨®n actual, redactada en la dictadura de Augusto Pinochet en 1980, aunque reformada en democracia. La convenci¨®n constituyente trabaj¨® un a?o para redactar una propuesta cruzada por las perspectivas de g¨¦nero, entre otros asuntos cruciales, como la declaraci¨®n de un Estado social y democr¨¢tico de derecho. Pero el texto tiene otros aspectos que han despertado la inquietud del electorado, como el sistema pol¨ªtico, la plurinacionalidad o los sistemas de justicia. Las activistas del feminismo temen que, si se rechaza, se trate de una oportunidad perdida para las mujeres: ¡°Es un momento de mucha expectativa. Lo que est¨¢ en juego es muy grande¡±, dice Soledad Rojas, de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, una agrupaci¨®n con tres d¨¦cadas de lucha que solo en 2021 contabiliz¨® 55 feminicidios. Rojas reflexiona en el patio de una vieja casona del municipio de Independencia, en una zona c¨¦ntrica de Santiago de Chile. La organizaci¨®n comparte techo con el Movimiento pro-Emancipaci¨®n de las Mujeres de Chile (Memch), que con casi un siglo de historia dieron batallas como el voto femenino, que se hizo posible en las elecciones presidenciales de 1949. Las pancartas cuelgan sobre las salas de trabajo: ¡°?Cuidado! El machismo mata¡±.
Las transformaciones que ocurren en Chile causan inter¨¦s internacionalmente. ?C¨®mo ha sido posible que se hayan producido cambios tan fuertes en un pa¨ªs donde han tenido tanta influencia la Iglesia cat¨®lica y los sectores conservadores, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas han dado duras batallas contra pol¨ªticas p¨²blicas como la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s, que se implement¨® a la fuerza? Rojas habla de las luchas feministas hist¨®ricas y del importante papel de las mujeres en la dictadura, que se organizaron para derrocar la pobreza y al r¨¦gimen de Pinochet.
La acad¨¦mica Alejandra Castillo, fil¨®sofa especialista en feminismo, desmitifica que haya sido un proceso r¨¢pido. En una cafeter¨ªa del centro cultural Gabriela Mistral, en Santiago centro, repasa lo que fue sucediendo en Chile desde, al menos, 2006. ¡°En las escuelas y universidades ¡ªespacios que se supon¨ªan ap¨¢ticos¡ª se genera la interrupci¨®n de la Rep¨²blica masculina del siglo XIX, excluyente. Se comienza a cuestionar el espacio pol¨ªtico desde diferentes corporalidades, distintas a la masculina. Aparecen nuevas formas transgresoras. Empieza a imaginarse una nueva forma de hacer pol¨ªtica, lejos de los movimientos sociales y los partidos que no dan las respuestas. Se empieza a gestar un acumulado feminista¡±, explica la investigadora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educaci¨®n (UMCE).
Es lo que se visibiliza en mayo de 2018, conocido como el mayo feminista. La protesta global del MeToo, que revienta en Estados Unidos por las conductas sexuales del todopoderoso productor Harvey Weinstein, llega a Chile y se siente con fuerza entre las j¨®venes. Es el contexto en el que las universitarias comienzan a movilizarse en reclamo por casos de acoso y abusos, por una educaci¨®n no sexista. Arrancan las estudiantes de la Universidad Austral, en el sur del pa¨ªs, pero el movimiento pronto llega a la capital. Algunas, como Sof¨ªa Brito, de Derecho de la Universidad de Chile ¡ªuna de las facultades de mayor prestigio¡ª, se atreven a denunciar a un profesor emblem¨¢tico. Lo recuerda Macarena Maggi, que era estudiante de cuarto a?o de Ingenier¨ªa de la Universidad Cat¨®lica de Chile, una de las m¨¢s reconocidas y conservadoras: ¡°No se trataba solo de una misma, sino de una, la amiga, de todas. No ocurr¨ªa solamente en mi universidad, sino en todas. Se sent¨ªa la sororidad, porque a todas nos hab¨ªa pasado lo mismo. Fue un despertar y, a diferencia de la generaci¨®n de nuestras madres, no ten¨ªamos miedo¡±, explica la ingeniera que, poco antes de ese mayo feminista, hab¨ªa sido v¨ªctima de abuso en el contexto universitario.
Fue una de las portavoces de las protestas de la Universidad Cat¨®lica que quedaron en la retina chilena por sus s¨ªmbolos. Las estudiantes de esta instituci¨®n tradicional reclamaban con furia y convicci¨®n en plena Alameda ¡ªla avenida m¨¢s importante de la capital chilena¡ª con capuchas rojizas y el torso desnudo. Las fotograf¨ªas las retrataban junto a las esculturas mascu?linas del frontis de la sede central de la instituci¨®n. Como no suced¨ªa hace d¨¦cadas, las j¨®venes ocuparon las oficinas de la rector¨ªa desde el viernes 25 de mayo de 2018. Un cartel anunciaba: ¡°Toma feminista¡±. Como suced¨ªa en la mayor¨ªa de las universidades movilizadas, en las ocupaciones solamente se permit¨ªa el ingreso de mujeres. La fiebre feminista se contagiaba por las facultades y en todas surg¨ªan demandas diferentes. Maggi recuerda que hab¨ªa desde peticiones sobre protocolos de prevenci¨®n y seguimiento de casos de acoso y abuso hasta reclamos muy m¨ªnimos, como que en la escuela de ingenier¨ªa el¨¦ctrica de su universidad se habilitara un ba?o para mujeres. Hasta ese 2018, las estudiantes y profesoras deb¨ªan buscar servicios en otros lugares de la casa de estudios.
Algo cambi¨® en Chile a partir de ese mayo feminista. ¡°Comenz¨® a observarse una mayor conciencia de las mujeres acerca de la violencia que marca nuestras vidas. Hoy existe m¨¢s conciencia social, pero no suficiente¡±, dice Soledad Rojas, de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. Menciona el estudio de la Fundaci¨®n Instituto de la Mujer que mostr¨® en 2019 que la mitad de los encuestados, entre 14 y 29 a?os, piensa que los celos son una muestra de cari?o, entre otros datos que dejan en evidencia que las nuevas generaciones est¨¢n lejos de superar los estereotipos en el marco de las relaciones de pareja.
En Chile existe un amplio consenso de que las protestas feministas de mayo de 2018 fueron la punta de lanza de lo que sucedi¨® el 18 de octubre de 2019: un estallido social que puso contra las cuerdas al orden institucional. Protestas multitudinarias que explotaron por el alza del precio del billete del metro. Un reclamo por mejores bienes p¨²blicos y mayores niveles de igualdad ¡ªse trata de un diagn¨®stico que todav¨ªa no tiene conclusiones acabadas¡ª que dej¨® en evidencia una profunda fractura social. Hubo jornadas de tanta violencia ¡ªuna buena parte de la red del metro que transporta a las clases obreras y medias fue quemada¡ª que incluso estuvo en entredicho la democracia, recuperada en 1990 tras los 17 a?os de la cruel dictadura de Pinochet.
La clase pol¨ªtica comenz¨® a buscar contra reloj una salida a la crisis, desatada en el Gobierno de derecha de Sebasti¨¢n Pi?era. Pr¨¢cticamente todas las fuerzas pol¨ªticas con representaci¨®n en el Parlamento firmaron el 15 de noviembre de 2019 un acuerdo por la paz y una nueva Constituci¨®n, para dar inicio a un proceso constituyente. El oficialismo y la oposici¨®n formaron un grupo de 14 especialistas para fijar las reglas del proceso. Uno de los debates centrales fue la paridad en la composici¨®n del ¨®rgano que tendr¨ªa en sus manos la redacci¨®n de la nueva Carta Fundamental. Lo recuerda Pamela Figueroa, polit¨®loga de centroizquierda que particip¨® en las negociaciones y, luego, fue una importante articuladora en conseguir los votos en el Parlamento para respaldar la f¨®rmula de paridad. En un peque?o restaurante de Providencia, a un lado de un edificio de la Universidad de Santiago, donde trabaja, explica las razones que lo hicieron posible: ¡°Hubo una confluencia entre la larga tradici¨®n de los movimientos sociales de mujeres ¡ªfeministas y promujer¡ª con las que llegaron a la pol¨ªtica y que comenzaron a tener conciencia de reformas para empujar la mayor presencia de las mujeres¡±, asegura Figueroa.
Poco antes se hab¨ªa producido un hecho crucial: la ley de cuotas de 2015 impulsada por la presidenta Bachelet, que obligaba a los partidos a tener al menos un 40% de candidaturas de mujeres al Parlamento. Si antes de esta ley hab¨ªa un 16% de congresistas, luego se lleg¨® a un 23%. Era un avance, pero no suficiente. Pol¨ªticas de todos los sectores ¡ªde la derecha y de la izquierda¡ª comenzaron a empujar la paridad. Solo cuando medio pa¨ªs estaba en llamas en 2019, con protestas y niveles de violencia in¨¦ditos en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Chile, la clase pol¨ªtica acept¨® que la convenci¨®n que redactar¨ªa la nueva Constituci¨®n estar¨ªa conformada por igual n¨²mero de hombres que de mujeres. La paridad se hab¨ªa logrado y se har¨ªa realidad con una f¨®rmula electoral in¨¦dita en el mundo, que en estos meses ha sido explicada globalmente por expertas como Figueroa. La propuesta que redact¨® la convenci¨®n y que fue entregada a la ciudadan¨ªa el pasado 4 de julio ¡°tiene una visi¨®n transversal de los temas de g¨¦nero¡±, dice la experta que integra la Red de Polit¨®logas.
Figueroa piensa que, aunque la propuesta se rechace, la agenda de g¨¦nero quedar¨¢ en el debate p¨²blico. ¡°Est¨¢ instalada y se va a expresar en la pol¨ªtica y en la sociedad¡±, reflexiona. No todas est¨¢n seguras. Camila Vallejo es la ministra portavoz del Gobierno feminista de Boric, el primero que se declara como tal en Chile. Forma parte de un Gabinete con 14 de las 24 carteras lideradas por mujeres, donde por primera vez llega una pol¨ªtica al Ministerio del Interior. Para Vallejo ¡ªmilitante comunista, l¨ªder estudiantil de las protestas de 2011 y luego diputada¡ª, ¡°los derechos hay que conquistarlos y defenderlos porque, de otra forma, se corre el riesgo de perderlos¡±. La ministra sabe de inequidades de g¨¦nero en la pol¨ªtica y en la sociedad. Cuando se transform¨® en la segunda mujer en liderar la Federaci¨®n de Estudiantes de la Universidad de Chile en 2011, sus mismos compa?eros atribu¨ªan el triunfo a un ¡°voto hormonal¡±. Cuenta que, ya en el Congreso, iniciativas de ley propias eran repetidas por diputados hombres y que la opini¨®n p¨²blica se las atribu¨ªa siempre a sus colegas. ¡°Es una pelea permanente¡±.
En un paisaje lleno de contradicciones para las chilenas ¡ªavances y grandes pendientes, como la valoraci¨®n de los cuidados y el trabajo dom¨¦stico¡ª, las transformaciones han representado un impulso importante para generaciones diferentes de mujeres. La reconocida acad¨¦mica Rosa Dev¨¦s, bioqu¨ªmica, se convirti¨® este a?o en la primera mujer en llegar a la rector¨ªa de la principal instituci¨®n de educaci¨®n del pa¨ªs, la Universidad de Chile, en sus 179 a?os de historia. Luego de una larga trayectoria, se anim¨® a postular al cargo en buena parte por el compromiso con el movimiento feminista liderado por las estudiantes. ¡°Me gusta la imagen de abrir puertas, m¨¢s que de quebrar ciertos techos de cristal. No es un logro propio, sino colectivo, y debe ser pensado as¨ª: si llego ac¨¢ es para que otras mujeres accedan a estos lugares¡±, cuenta Dev¨¦s.
Las puertas se abren en Chile y llevan a las j¨®venes a so?ar. Julieta Mart¨ªnez ten¨ªa 13 a?os cuando, v¨ªctima de acoso escolar en un colegio privado y cat¨®lico de la capital chilena, quiso conocer a ni?as con ganas de trabajar por la innovaci¨®n y desarrollar proyectos con impacto social. Poco antes de la pandemia fund¨® Tremendas, plataforma que conecta a ni?as, adolescentes y j¨®venes de entre 12 y 25 a?os para empujar en conjunto proyectos colectivos en ¨¢reas como el feminismo y la acci¨®n clim¨¢tica, temas que se enlazan y complementan. Reci¨¦n salida del colegio, con 19 a?os, gracias a las redes sociales y las nuevas tecnolog¨ªas, hoy lidera esta red que comenz¨® con 14 chicas y que ya conecta a cerca de 3.000 voluntarias en 18 pa¨ªses del mundo, sobre todo de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Tiene sue?os muy concretos: ¡°Que en las escuelas chilenas se cuente la historia de las mujeres y no solo de los hombres y que, en el futuro, mi hermana peque?a no tenga la necesidad de convertirse en activista¡±.
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