Balenciaga: c¨®mo una marca centenaria est¨¢ marcando el estilo de una nueva generaci¨®n
Amor por la ropa y una obsesi¨®n por acabar con los prejuicios que rodean la alta costura. Ese es el hilo que une al espa?ol Crist¨®bal Balenciaga con el georgiano Demna, actual director creativo de la ¡®maison¡¯. La modelo Danielle Slavik y la artista Eliza Douglas, musas de uno y otro, presentan la colecci¨®n n¨²mero 51 de Balenciaga Couture.

Danielle Slavik ense?a en su m¨®vil una foto de Grace Kelly llevando un sobrio vestido de terciopelo negro y escote cuadrado durante su 40? cumplea?os, en 1966. ¡°Es sin duda mi favorito de todos los que me puse. Me sent¨ªa especialmente bien con ¨¦l, c¨®moda y elegante¡±. Entre mediados de los cincuenta y finales de los sesenta, la francesa desfil¨® para Chanel, Givenchy o Madame Gr¨¨s, pero su preferido con mucho era Crist¨®bal Balenciaga (1895-1972), con quien trabaj¨® en los ¨²ltimos cinco a?os de carrera del modista, hasta 1968. ¡°Desfilar para ¨¦l no se parec¨ªa a nada. Su universo era completamente distinto al de los dem¨¢s. Era muy perfeccionista y muy discreto, pero ten¨ªa una relaci¨®n muy humana con su entorno, con todos los que trabaj¨¢bamos con ¨¦l¡±. Slavik recuerda emocionada ¡°aquellos desfiles sobrecogedores, en silencio y con muy pocas personas¡±, pero sobre todo, ella, cuyo trabajo consist¨ªa en lucir en primicia las creaciones del dise?ador vasco, rememora su comodidad: ¡°Sol¨ªa dise?ar sobre el cuerpo de las mujeres y se notaba. Te sent¨ªas poderosa porque te sent¨ªas c¨®moda¡±. Hace unos seis meses, Slavik, que lleva retirada alrededor de 30 a?os, recibi¨® una llamada inesperada de la marca: ¡°Quer¨ªan que volviera a desfilar. Me lo pens¨¦ mucho porque ya no tengo la edad ni el cuerpo, pero al final me arriesgu¨¦¡±. Volvi¨® a caminar por los salones de la avenida de George V, esta vez con un vestido negro de seda brillante y guantes de viscosa. ¡°Aunque mi favorito es el de novia¡±, cuenta, refiri¨¦ndose al traje de 250 metros de tul, 70.000 cristales y 250.000 lentejuelas que cerr¨® el desfile, y que estaba inspirado, por supuesto, en los que se almacenan con celo en el archivo de la casa: ¡°Me encanta lo que hace Demna, con ¨¦l se nota la evoluci¨®n, entiende lo que es la belleza hoy¡±, comenta Slavik.

Demna Gvasalia (Sujumi, Georgia, 41 a?os), quien, desde que entr¨® en la firma como director art¨ªstico para sustituir a Alexander Wang hace siete a?os, ha sido en este periodo tan cuestionado como adorado. ¡°Si Crist¨®bal levantara la cabeza¡±, claman algunos en sus redes sociales, viendo c¨®mo el georgiano convierte bolsas de basura en bolsos, lanza zapatillas con aspecto desgastado y, en la sacrosanta alta costura (este es su segundo desfile en este exclusivo sector), es capaz de sacar a desfilar pantalones vaqueros reciclados, chaquetas de monta?a, jers¨¦is y camisetas (eso s¨ª, tejidos con finas cadenas de metal, los primeros, o tratadas manualmente con aluminio, las segundas). Como si la moda, su sistema y sus din¨¢micas no hubieran variado en medio siglo. Como si nociones como el lujo, la exclusividad o incluso la belleza fueran inmutables y no evolucionaran cuando cambia la sociedad. ¡°Lo que le hace distinto es que no tiene miedo a arriesgarse, por eso su visi¨®n es tan impresionante para el resto. Demna ha creado un equilibrio o, mejor dicho, una tensi¨®n entre la moda urbana y la alta costura. Hace falta mucho valor para unir esos dos ¨¢mbitos, y tambi¨¦n para cuestionarse, a trav¨¦s de sus colecciones, nuestras convenciones sobre casi cualquier cosa. M¨¢s que un dise?ador, es un activista muy creativo¡±, explica Saba Bakhia, el joven detr¨¢s de @demnagram. ¡°Cre¨¦ la cuenta en 2018, despu¨¦s de haber mantenido una conversaci¨®n con ¨¦l por Facebook en la que me animaba a seguir adelante con mis sue?os de futuro. Era una forma de rendir homenaje a su visi¨®n ¨²nica de la moda. Adem¨¢s, ¨¦l es georgiano, como yo. El d¨ªa en que le nombraron director creativo de Balenciaga aqu¨ª fue casi fiesta nacional¡±. Desde hace un a?o, Saba trabaja en Balenciaga y su cuenta es la fuente de informaci¨®n oficial para todo lo relacionado con la marca y el dise?ador: ¡°Me dan contenido exclusivo, pero me dejan ser libre con la comunicaci¨®n¡±, apunta. El perfil oficial de Balenciaga se borra cada cierto tiempo y solo se actualiza con desfiles. El propio Demna nunca incluye posts en el suyo. Todo pasa por este joven admirador. Una forma de dejar que sean los receptores de su mensaje, y no el emisor, los que los propaguen.

Como a Crist¨®bal, a Demna no le gusta hablar de su trabajo. Prefiere mantener el misterio, y dejar que sean su ropa y esos imponentes escenarios los que hablen por ¨¦l. Hace un a?o se quit¨® el apellido Gvasalia para los medios, a fin de mantener apartada su vida personal de la profesional (vive en una peque?a localidad de Suiza, alejado del ruido). En su ¨²ltimo desfile, celebrado el pasado octubre en una nave industrial cubierta de barro, a los invitados les esperaba una nota: ¡°He decidido dejar de explicar mis colecciones. La moda es un arte visual y todo lo que necesitamos es verla a trav¨¦s de los ojos de alguien. La moda, en su mejor versi¨®n, no necesita un relato para venderse. O te gusta o no¡±, explicaba el rey de la viralidad sobre un desfile que volv¨ªa a ser autobiogr¨¢fico (¨¦l tuvo que huir de su pa¨ªs natal junto a su familia tras la guerra ruso-georgiana de 2008) y en el que inclu¨ªa, entre otros, bolsas de patatas a modo de bolsos de mano o serpientes de peluche como bufandas. Para qu¨¦ narrar algo que quiz¨¢ no pueda verbalizarse. ¡°Despu¨¦s de todo este tiempo, a¨²n no s¨¦ por qu¨¦ fui yo y no otra persona, nunca me lo ha explicado¡±, cuenta la artista Eliza Douglas. A muchos quiz¨¢ no les suene su nombre, pero s¨ª su rostro, que lleva asociado a las campa?as y los desfiles de Balenciaga desde la llegada de Demna. ¡°Estaba hace siete a?os en la escuela de arte en Alemania y un amigo que conoc¨ªa a Lotta [Volkova, la estilista que ha sido durante a?os mano derecha de Demna] me dijo que buscaban una modelo. Me llam¨® y fui a su anterior oficina. Total, era un viaje gratis a Par¨ªs¡±. Le pidi¨® que anduviera como por la calle. ¡°Claro, yo no s¨¦ caminar como una modelo¡±. Antes de salir del edificio estaba contratada. Hasta hoy. ¡°Al principio me lo pens¨¦. Estaba con mi primera exposici¨®n y mis obras se estaban vendiendo, no sab¨ªa si me iba a beneficiar o no. Por suerte decid¨ª hacerlo. A primera vista mi arte no tiene que ver con esto, aunque ambas cosas tienen un punto performativo, pero ahora Balenciaga forma de alg¨²n modo parte de mi identidad¡±.

¡°Uno puede cambiar de vida, pero no de oficio¡±, declar¨® Crist¨®bal Balenciaga en 1968, tras cerrar su casa de costura, en la primera entrevista que concedi¨® en su carrera, a la revista Paris Match (la segunda y ¨²ltima fue a Time en 1971). La llegada del pr¨ºt-¨¤-porter, al que no quiso ceder, hab¨ªa hecho que decayera el negocio del hecho a mano. Demna apelaba al oficio cuando, 53 a?os despu¨¦s, volv¨ªa a abrir los salones del n¨²mero 10 de la avenida de George V para retomar la labor del maestro y presentar la colecci¨®n de costura n¨²mero 50 de Balenciaga. ¡°Me he dado cuenta de que a m¨ª lo que me interesa no es la moda, es la ropa, y c¨®mo est¨¢ hecha. El oficio, como dir¨ªa Crist¨®bal¡±, comentaba el georgiano tras un show que, en honor al maestro, se produjo en silencio frente a un muy reducido grupo de invitados. Un a?o m¨¢s tarde, el pasado julio, volv¨ªa a hacer alta costura en los mismos salones, esta vez con una voz generada por ordenador (y realizada por su pareja, el artista conocido como Bfrnd) que sal¨ªa de unos bolsos-altavoz creados en colaboraci¨®n con Bang & Olufsen. El desfile comenzaba con modelos llevando monos de neopreno y m¨¢scaras negras y terminaba con Nicole Kidman, Kim Kardashian o Dua Lipa luciendo vestidos de c¨®ctel inspirados en el archivo. La dial¨¦ctica anonimato-celebridad siempre ha preocupado a Demna. Ahora, adem¨¢s le obsesiona mirar al pasado desde el futuro, no desde el presente. ¡°Este a?o quer¨ªa que hubiera m¨¢s de m¨ª, tratar los tiempos de un modo distinto. Por eso he empezado con un neopreno casi futurista, que es mi modo de interpretar el gazar de Crist¨®bal en 2022 y luego ir hacia el pasado, hacia los vestidos-infanta, para darles un nuevo significado¡±, comentaba el georgiano tras el desfile a un grupo reducido de medios, entre ellos este peri¨®dico. Este nuevo significado del que habla se siente en los procesos: los tejidos nobles y exquisitos de los que presume son ahora materiales experimentales (la rigidez se consigue, por ejemplo, mezclando algod¨®n y aluminio) y hasta reciclados. ¡°Coger tejidos y prendas que ya existen y rehacerlos para crear algo nuevo y exclusivo es un sistema que se aproxima al hecho a mano¡±, explica. Pero, sobre todo, se siente en la finalidad misma de la alta costura, que con Demna ya no es solo ese oficio elitista rodeado de secretismo y clientes an¨®nimos. El mismo d¨ªa del show abri¨® una tienda de costura, aunque parezca un ox¨ªmoron, en la planta baja de los salones: ¡°Porque nos hemos dado cuenta, tras la primera colecci¨®n, de que la gente, sobre todo los j¨®venes, no sab¨ªa c¨®mo comprarlo. Aqu¨ª puedes pedir cita para hacerte prendas, pero tambi¨¦n hay prendas que no necesitan estar hechas a medida, por su volumen y su silueta. Son ediciones limitadas, claro, pero aqu¨ª la costura se siente en el proceso y en los materiales, no en las unidades¡±.

¡°Puede que la gente no lleve Balenciaga, pero lleva prendas inspiradas en lo que hace Demna, ¨¦l est¨¢ marcando el estilo de una generaci¨®n¡±, comenta Saba. Y desafiando las leyes no escritas de un sistema, la alta costura, que llevaba demasiado tiempo sin cambiar. Por eso Balenciaga necesitaba a Demna tanto como Demna necesitaba a Balenciaga. El dise?ador tiene en la firma el altavoz desde el que se escucha c¨®mo remueve las convenciones de la marca m¨¢s respetada del mundo. Con su modo de ver las cosas, el sucesor revolucionario rinde homenaje a un legado pionero. Porque si Crist¨®bal revolucion¨® la moda creando vestidos cuyo patr¨®n trascend¨ªa el cuerpo de la mujer, Demna la revoluciona plant¨¢ndole cara a las convenciones sobre el lujo y el dise?o. Como comenta Danielle Slavik: ¡°El neopreno es la nueva seda¡±.

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