El tren de la esperanza

El Phelophepa, un tren en el que se da atenci¨®n sanitaria p¨²blica, comenz¨® a funcionar en una ¨¦poca de grandes cambios en Sud¨¢frica. En 1994, el pa¨ªs celebraba que finalmente terminaba la opresi¨®n de la minor¨ªa blanca y que Nelson Mandela llegaba al poder prometiendo un mejor futuro para la ¡°naci¨®n del arco¨ªris¡±. Pero ese cambio ha sido dolorosamente lento. Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, la sociedad sudafricana sigue siendo una de las m¨¢s desiguales del planeta, de acuerdo al Banco Mundial. El crimen y la corrupci¨®n abundan, el desempleo est¨¢ en alza y tanto la infraestructura como los servicios b¨¢sicos se encuentran deteriorados. En este contexto de decepci¨®n, el Phelophepa se mantiene como un poderoso s¨ªmbolo de esperanza, llevando atenci¨®n m¨¦dica a millones de sudafricanos en algunas de las comunidades m¨¢s marginadas del pa¨ªs. Vivir a bordo de este tren fue como ver una versi¨®n alternativa de Sud¨¢frica que a¨²n preserva el optimismo de los a?os de Mandela. El equipo del tren viene de todas partes del pa¨ªs (solamente el personal de cocina habla en siete idiomas). Ellos est¨¢n unidos en su compromiso de servir a quienes lo necesitan y de trabajar juntos para lograr una diferencia. ¡°Todos compartimos la misma energ¨ªa¡±, me dijo el gerente del tren, Bheki Mendlula. ¡°Es un privilegio ser parte de esto y saber que dejas tus huellas en toda Sud¨¢frica¡±