El pakistan¨ª que cruz¨® medio mundo para ser pastor en Euskadi
Ya pocos en la Monta?a Alavesa quieren ser lo que anhela Nazar Mudasir: un ganadero con su propia granja. Lleg¨® en 2004, lo intent¨® una vez, fracas¨® y sigue empe?ado. Cuida un reba?o de otros mientras espera su momento.
Dani habla suave, despacio, casi contando las s¨ªlabas; deja a cada palabra su tiempo, marca los puntos, pero luego no para quieto. Acabar¨¢ la jornada de noche en un mar de lana y bajo focos tenues, las botas de goma puestas entre balidos graves y agudos, moviendo manojos de paja, metiendo la mano en la boca de un corderillo para sentir si ha mamado, arrastrando a una oveja entre cientos de ellas por si en la madrugada se pone de parto.
Antes ha ido a Vitoria al notario. Trae barba cuidada, gorra negra y ojos sonrientes, por mucho que ser pastor sea arduo. M¨¢s a¨²n en los bosques de ?lava. Y si tu idioma es el urdu, sobrar¨ªan motivos para haberlo dejado hace rato.
Este ganadero se llama Nazar Mudasir, aunque responda por Dani. ¡°Yo quiero hacer nombre como buen pastor. Ser un buen ejemplo y conseguirlo con estas ovejas. Y me est¨¢ costando, pero cuando amas una cosa, lo consigues, y estoy en el camino¡±, dice.
Nazar Mudasir es un paquistan¨ª de 43 a?os que trabaja en Euskadi como pastor asalariado y que anhela tener su propia granja. En su pa¨ªs, su familia ten¨ªa b¨²falas y cabras. ?l fue a la Universidad y se titul¨® como maestro de ingl¨¦s. Pronto emigr¨®. En 2002 lleg¨® a Grecia, y dos a?os m¨¢s tarde, a Vitoria. Fue alba?il varios a?os. Cuando tuvo ahorros se meti¨® en una escuela de pastores de ovejas, donde complet¨® lo que hab¨ªa aprendido en Pakist¨¢n con los animales de su casa.
¡ªAprend¨ª a hacer queso Idiazabal, a esquilar, de todo.
Luego compr¨® cabras y ovejas, hasta 700. Pero encontrar¨ªa problemas para acceder a pastos. Quiso empadronarse en un municipio para poder usar las tierras comunales y el ganadero inmigrante choc¨® con un muro burocr¨¢tico, seg¨²n cuenta Txema Cendoya, un asesor ganadero que le ayuda: ¡°Es as¨ª de triste. Su presencia se malentend¨ªa como competencia y ese malentendido hizo fracasar su proyecto¡±.
Adem¨¢s, explica el consultor, los planes de Nazar ten¨ªan fallos y poca base econ¨®mica, y encima ¨¦l estaba ¡°tan encerrado¡± que vio muy dif¨ªcil que prosperase. Vendi¨® los reba?os y perdi¨® mucho dinero, pero el pastor valora aquella experiencia. ¡°Todos los d¨ªas aprendes. Si se cae una oveja, tienes que curarla. Igual nunca lo has hecho, y si lo consigues, ya lo tienes aprendido. En un libro aprendes, pero en la pr¨¢ctica m¨¢s¡±, reflexiona.
Nazar es musulm¨¢n y practica una hospitalidad que entre los suyos suele ser h¨¢bito. Para el profeta, dice, pobre es quien no tiene amigos. Y ahora los tiene en ?lava. ¡°Para m¨ª, Txema es como mi padre, y tengo ayuda de Ra¨²l. Con estas dos personas, creo que voy palante¡±.
Para salir de su atolladero, Cendoya lo contact¨® hace tres a?os con una pareja, Ra¨²l Rituerto y Nerea Ruiz de Az¨²a, que se hab¨ªa vuelto de Vitoria al pueblo de Azazeta para levantar la explotaci¨®n familiar de Rituerto. Buscaban pastor. Hab¨ªan probado con una decena de chavales locales y ninguno se hab¨ªa terminado quedando. Nazar Mudasir fue a Azazeta y se qued¨®. Por los claros de bosque de la zona, de ancestral uso comunal, anda entre la niebla el tenaz pastor paquistan¨ª con su vara de avellano.
Rituerto explica que, entre la protecci¨®n ambiental de la mayor parte de la Monta?a Alavesa y los precios, la ganader¨ªa no cuenta con impulso. El 85% de la carne consumida en Euskadi llega de fuera. ?l dice que sigue por vocaci¨®n, y que se gana un jornal, pero en Vitoria tambi¨¦n y sin tantos problemas. Con sus caballos y sus vacas, Rituerto y Ruiz de Az¨²a no daban abasto. Entonces lleg¨® Nazar con su conocimiento y su compromiso: ¡°A ¨¦l le gusta. Lo vive¡±, dice Ruiz de Az¨²a, compar¨¢ndolo con otros que intentaron antes hacer su trabajo.
Nazar se levanta a las 6.20 a diario. Sube al monte, donde duerme el reba?o, lo saca y, con dos perros, lo sigue hasta el anochecer. Se encarga de controlar a las cr¨ªas, de curar pezu?as, de preparar el redil para que no entre el raposo¡ Cuando viaja a Pakist¨¢n le da el relevo un primo suyo que vive en Vitoria. Recientemente fue a su pa¨ªs. Est¨¢ divorciado y all¨ª vive su hija, una chica que quiz¨¢ se le una en Euskadi cuando sea mayor de edad. Esta vez compr¨® el vuelo de vuelta ¡°a tiempo¡± para estar para los partos de los animales. ¡°Puede suceder cuando est¨¢s comiendo, cenando o de noche. Me gusta estar cuando una oveja necesita tu ayuda¡±.
A¨²n no hab¨ªa embarcado y el pastor tranquilo que no para quieto ya estaba deseando volver.
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