El novelista de Lou Reed y de los tr¨ªos con hombres maduros
El periodista musical Rafa Cervera publica la novela ¡®Canci¨®n para hombres grandes¡¯, una historia generacional sobre la liberaci¨®n del deseo y el erotismo sin abdominales.
El valenciano apreciaba los olores de las colonias, los deso?dorantes o las lociones para despu¨¦s del afeitado que desprend¨ªan sus amantes ocasionales. Pero cuando descubri¨® la fragancia natural de unas flores que presid¨ªan la casa de un burgu¨¦s catal¨¢n que compart¨ªa con su compa?ero, supo que quer¨ªa formar parte de esa vida. Y la pareja se convirti¨® en un tr¨ªo bien avenido, formado por hombres de entre 50 y 60 a?os, cumpli¨¦ndose el deseo del protagonista de la novela Canci¨®n para hombres grandes, de Rafa Cervera, editada por Jekyll & Jill.
Cervera (59 a?os) tambi¨¦n es valenciano, pero no es el valenciano de su novela. En sus dos libros anteriores, este periodista musical invocaba a un espectral David Bowie (Lejos de todo) y a un muy real Lou Reed (Porque ya no queda tiempo). Ahora, ha dado un giro y se expone tanto personal como literariamente. ¡°No, no es autoficci¨®n, los personajes son fruto de mi imaginaci¨®n, aunque s¨ª creo que la obra es un salto adelante¡±, apunta el autor de este libro valiente que no est¨¢ escrito contra nadie ¡ª¡±si acaso¡±, dice, ¡°contra la intolerancia y los personajes nefastos que consideran la homosexualidad como una tara¡±¡ª y que explora eso que dec¨ªa Luis Cernuda de que el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.
No aparecen ¡°abdominales impresionantes¡±, sino cuerpos comunes que no disimulan la huella del tiempo. Hay una b¨²squeda de normalidad en el relato, cuya acci¨®n se desencadena cuando la mujer del protagonista rompe el matrimonio de manera inesperada. Empieza entonces una sucesi¨®n de encuentros sexuales, que indaga en la posibilidad de tener una relaci¨®n con alguien a quien no aprecies, al modo en que apuntaba Jaime Gil de Biedma, sugiere el autor. Son encuentros descritos de una forma que a veces podr¨ªa parecer pudorosa. Cervera lo niega: ¡°Creo que hay mucha impudicia, pero no doy detalles descarnados porque creo que la imaginaci¨®n es parte fundamental del sexo y porque quer¨ªa huir del libro gay m¨¢s t¨®pico, contar una historia de amor entre hombres que llegase a todo el mundo¡±.
Lleva 40 a?os escribiendo art¨ªculos musicales y hace 20 que public¨® su libro Alaska y otras historias de la Movida (Plaza & Jan¨¦s), Movida madrile?a que vivi¨® y conoci¨® bien. Solo ahora este profesional de la escritura, refractario al exhibicionismo, se ha sentido preparado para abordar una novela as¨ª. ¡°Es lo que siento. Pertenezco al colectivo LGTBI, pero, como dijo Francisco Brines, ni entro ni salgo de armarios¡±, afirma bajo los enormes pinos de El Saler, donde reside, un espacio id¨ªlico ¡ª¡±y g¨®tico¡±, apostilla¡ª entre el mar y la Albufera de Valencia que ha convertido en el f¨¦rtil territorio de su literatura.
Carga contra el ¡°esnobismo¡± literario. Sostiene que la cr¨ªtica no suele tomarse muy en serio ¡°a los que vienen del mundo de la m¨²sica¡±; a los que consideran un referente literario a Lou Reed, ¡°que dec¨ªa de s¨ª mismo que era un musico adecuado a sus necesidades como escritor¡±; a los que citan a Patti Smith pero no a Proust; a los que carecen de credenciales o no pertenecen a la capilla que toca.
No grita sus influencias literarias, aunque algunas son evidentes, como en el final de su novela, cuando monologa Sarri¨¤, el personaje referencial del tri¨¢ngulo amoroso, esa creaci¨®n que destila el odio a s¨ª mismo por ser homosexual de varias generaciones criadas en el franquismo y del que logra librarse para conquistar su vida. Sobrevuela entonces el recuerdo de Virginia Woolf y una de sus conocidas novelas que empieza as¨ª: ¡°La se?ora Dalloway decidi¨® que ella misma comprar¨ªa las flores¡±.
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