Superbacterias: la amenaza invisible que atenaza el mundo
Las resistencias a los antibi¨®ticos siguen al alza y, a falta de nuevos f¨¢rmacos a corto plazo para neutralizarlas, los cient¨ªficos llaman a reforzar la prevenci¨®n y a hacer un uso racional de estos medicamentos
Hay una amenaza invisible que mantiene en vilo al planeta. El mism¨ªsimo Alexander Fleming ya advirti¨® sobre ella antes siquiera de que se hiciera realidad y, ocho d¨¦cadas atr¨¢s, en un prof¨¦tico discurso tras recibir el Nobel de Medicina por descubrir la penicilina, avis¨®: ¡°Puede llegar el momento en que cualquiera pueda comprar penicilina en las tiendas. Luego existe el peligro de que el hombre ignorante pueda f¨¢cilmente tomar una dosis inferior a la suya y, al exponer sus microbios a canti...
Hay una amenaza invisible que mantiene en vilo al planeta. El mism¨ªsimo Alexander Fleming ya advirti¨® sobre ella antes siquiera de que se hiciera realidad y, ocho d¨¦cadas atr¨¢s, en un prof¨¦tico discurso tras recibir el Nobel de Medicina por descubrir la penicilina, avis¨®: ¡°Puede llegar el momento en que cualquiera pueda comprar penicilina en las tiendas. Luego existe el peligro de que el hombre ignorante pueda f¨¢cilmente tomar una dosis inferior a la suya y, al exponer sus microbios a cantidades no letales del f¨¢rmaco, hacerlos resistentes¡±. El presagio de Fleming se cumpli¨® y hoy, una epidemia de resistencias bacterianas avanza a sus anchas por el globo, dejando tras de s¨ª un reguero de fallecidos por infecciones que anta?o eran curables con los antibi¨®ticos.
Las resistencias bacterianas ya matan alrededor de 1,2 millones de personas en el mundo, una cifra que, auguran los expertos, se multiplicar¨¢ por 10 en 2050. ¡°Estamos en una situaci¨®n cr¨ªtica en la que necesitamos la cooperaci¨®n de toda la sociedad para frenar esta pandemia: hay pacientes a los que les damos antibi¨®ticos de ¨²ltima generaci¨®n y se mueren porque esos f¨¢rmacos no les funcionan. Y esto no va a menos¡±, advierte el microbi¨®logo Bruno Gonz¨¢lez- Zorn, director de la Unidad de Resistencias Antimicrobianas de la Universidad Complutense de Madrid y asesor de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en este campo. En Espa?a, una investigaci¨®n en 130 hospitales revel¨® que estas bacterias multirresistentes matan ya 20 veces m¨¢s que los accidentes de coche: en 2023, se reportaron m¨¢s de 23.300 fallecidos a causa de infecciones que no responden a los antibi¨®ticos disponibles.
Esta especie de superbacterias est¨¢n acaparando cada vez m¨¢s la atenci¨®n ¡ªy la preocupaci¨®n¡ª de todas las autoridades sanitarias, pero los expertos urgen un giro de tim¨®n contundente para virar las nefastas proyecciones a corto y medio plazo. ¡°Nos encontramos con una globalizaci¨®n de las bacterias resistentes a los antibi¨®ticos. Antes atacaban a pacientes inmunodeprimidos en los hospitales y ahora han dado ya el salto a la comunidad, con tuberculosis e infecciones de transmisi¨®n sexual resistentes. Las bacterias multirresistentes se han extendido¡±, expone Mar¨ªa del Mar Tom¨¢s, investigadora del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de A Coru?a y portavoz de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica.
El mal uso o abuso de los antibi¨®ticos, tanto a nivel sanitario como veterinario, est¨¢ detr¨¢s de esta crisis sanitaria que crece imparable, al calor de otros factores externos que avivan las resistencias, como la ausencia de nuevas familias de antibi¨®ticos que refuercen el arsenal terap¨¦utico. Tampoco ha ayudado el cambio clim¨¢tico, agrega Tom¨¢s, porque ¡°favorece la persistencia de estas bacterias¡± multirresistentes. Y la pandemia de la covid, pese a ser por un virus, ha provocado tambi¨¦n, colateralmente, un aumento del consumo de antibi¨®ticos en el ¨¢mbito hospitalario para responder a las infecciones bacterianas secundarias que a menudo acompa?aban a los pacientes ingresados debido al coronavirus.
Las bacterias son, en palabras de Gonz¨¢lez-Zorn, ¡°seres vivos preciosos con una capacidad de adaptaci¨®n incre¨ªble¡±. Pero eso significa que tienen los arrestos y las armas para ir mutando su informaci¨®n gen¨¦tica con el fin de sortear las adversidades ¡ªcomo los antibi¨®ticos¡ª y colonizar nuevos ecosistemas: son capaces de multiplicarse con una resistencia, pero tambi¨¦n de pas¨¢rsela a otra bacteria. Nadie est¨¢ a salvo de estos microbios, advierte el cient¨ªfico: ¡°Hay personas que piensan que, como no toman antibi¨®ticos, no van a tener bacterias resistentes. Pero todos estamos en el mismo barco. La bacteria no se queda en esa persona que toma antibi¨®ticos, nos afecta a todos¡±.
La globalizaci¨®n, por otra parte, ayuda tambi¨¦n a esparcir las resistencias. Por ejemplo: un tercio de los espa?oles que viajan a la India, donde las superbacterias est¨¢n disparadas, suelen traer de vuelta consigo, como portadores, cepas multirresistentes. ¡°No tienen efectos, pero si sufren una infecci¨®n, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil de tratar. Y pueden transmitir esa bacteria a su entorno¡±, expone Jordi Vila, microbi¨®logo y director de la Iniciativa de Resistencias Antimicrobianas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundaci¨®n La Caixa. Gonz¨¢lez-Zorn conviene, en cualquier caso, que la clave de que esas bacterias multirresistentes se implanten en un pa¨ªs depender¨¢ siempre del consumo local de antibi¨®ticos: ¡°Una bacteria resistente a un antibi¨®tico tiene una enorme ventaja cuando hay ese f¨¢rmaco en el medio. Cuando ese antibi¨®tico no est¨¢ en el medio, se multiplican tambi¨¦n las bacterias sensibles¡±.
La OMS tiene bajo estricta vigilancia a un pu?ado de estos enemigos microsc¨®picos, los m¨¢s peligrosos y para los que se requiere urgentemente nuevos antibi¨®ticos. ¡°El l¨ªder sigue siendo el Acinetobacter baumannii. Es el problema prioritario y se han encontrado cepas panresistentes¡±, explica Vila. Hay bacterias con capacidad de sortear a todos los antibi¨®ticos disponibles.
Y no son casos aislados, lamenta Gonz¨¢lez-Zorn: ¡°Cada vez nos enfrentamos m¨¢s a que no podemos recurrir a antibi¨®ticos para curar a los pacientes¡±. En la pr¨¢ctica, eso implica quedarse sin alternativas terap¨¦uticas para esos enfermos. ¡°Cuando la infecci¨®n afecta a un miembro del cuerpo, estamos recurriendo a la amputaci¨®n para deshacernos de la infecci¨®n. Suena primitivo, pero es lo que se hace. En otros casos, se da apoyo m¨¦dico al paciente para intentar potenciar su sistema inmune lo m¨¢s posible para que luche contra la infecci¨®n¡±, relata.
Ante un escenario tan aciago, autoridades y cient¨ªficos se han conjurado en la llamada estrategia One Health, que consiste en atacar el problema por varias v¨ªas. ¡°Nos hemos dado cuenta de que las bacterias resistentes salen del hospital y nos las hemos encontrado en animales de compa?¨ªa o aguas residuales, por ejemplo. As¨ª que tenemos que luchar contra ellas desde dentro y fuera del hospital¡±, explica Gonz¨¢lez-Zorn. Los pa¨ªses han empezado a reducir el consumo de antibi¨®ticos en entornos veterinarios y racionalizar su uso sanitario para evitar nuevas superbacterias e intentar, si es posible, revocar las resistencias existentes ¡ªalgunas bacterias vuelven a hacerse sensibles cuando desaparece por un tiempo el antibi¨®tico del entorno¡ª. Pero queda mucho camino por andar. ¡°Quiz¨¢s veremos una disminuci¨®n de la pendiente de incremento de las resistencias, aunque resistencias cero no podremos lograr nunca. Seguir¨¢ aumentando progresivamente, quiz¨¢s a niveles m¨¢s bajos, pero necesitamos nuevos antibi¨®ticos¡±, insiste Vila.
No se esperan nuevos antibi¨®ticos pronto. Los expertos admiten que el desarrollo de estos f¨¢rmacos no es, a ojos de la industria farmac¨¦utica, un mercado rentable y proponen incorporar incentivos econ¨®micos para volver a potenciar su inter¨¦s. Tambi¨¦n mantienen, en todo caso, otras v¨ªas de investigaci¨®n para encontrar nuevas herramientas terap¨¦uticas. Por ejemplo, la fagoterapia, que son virus capaces de aniquilar a las bacterias y que ya se han probado para algunas infecciones. ¡°Hay bancos de fagos naturales con los que se podr¨ªan tratar las infecciones en combinaci¨®n con los antibi¨®ticos. Y si no encontramos fagos naturales, se podr¨ªan dise?ar gen¨¦ticamente o crear fagos sint¨¦ticos¡±, apunta Tom¨¢s, que investiga con estos c¨®cteles de microbios.
La prevenci¨®n, con todo, sigue siendo la clave y Gonz¨¢lez-Zorn asegura que aqu¨ª todav¨ªa queda margen de mejora: ¡°Nos automedicamos m¨¢s que el resto de Europa, un 5% de las farmacias da antibi¨®ticos sin recetas y hay que prescribir acorde a 2024, no solo para curar al paciente, sino para preservar los antibi¨®ticos m¨¢s modernos para cuando realmente los necesitemos. Necesitamos m¨¢s implicaci¨®n y concienciaci¨®n¡±. De mejorar todo eso globalmente depender¨¢, en buena medida, la evoluci¨®n de esta crisis sanitaria, pero todo est¨¢ en el aire, admite el microbi¨®logo: ¡°Puede ocurrir que una bacteria panresistente se disemine f¨¢cil y tenga m¨¢s mortalidad, pero no creo que eso pase. Creo que esto seguir¨¢ siendo una pandemia silenciosa que seguir¨¢ avanzando poco a poco¡±.