Liu Cixin, autor de ¡®El problema de los tres cuerpos¡¯: ¡°Tener ideas originales es cada vez m¨¢s dif¨ªcil¡±
El escritor de ciencia ficci¨®n ha creado mundos dominados por nanomateriales, viajes a la velocidad de la luz, pliegues de dimensiones y batallas en las estrellas, aunque entre l¨ªneas siempre late el ajedrez de la geopol¨ªtica. La adaptaci¨®n de su trilog¨ªa llega ahora en forma de serie a Netflix
El coche avanza, el escritor Liu Cixin, de 60 a?os, va sentado en el asiento de atr¨¢s, fuera se ve el paisaje de una isla tropical en el sur de China adonde ha venido a tratar de desatascar su bloqueo creativo. Va contando que hace a?os, cuando fue invitado a Barcelona para presentar su novela m¨¢s conocida, El problema de los tres cuerpos, le instalaron en un hotel inspirado en ...
El coche avanza, el escritor Liu Cixin, de 60 a?os, va sentado en el asiento de atr¨¢s, fuera se ve el paisaje de una isla tropical en el sur de China adonde ha venido a tratar de desatascar su bloqueo creativo. Va contando que hace a?os, cuando fue invitado a Barcelona para presentar su novela m¨¢s conocida, El problema de los tres cuerpos, le instalaron en un hotel inspirado en 2001: Una odisea en el espacio. Es una de sus pel¨ªculas favoritas. En la reciente Barbie, a?ade por sorpresa, hay una reinterpretaci¨®n de la escena de los primates y el monolito, esa piedra de origen extraterrestre que aparece en los instantes claves de la humanidad y marca un salto evolutivo: a los simios les confiere inteligencia humana, un clan se impone a otro gracias a un hueso ¡ªla primera arma¡ª, y el hom¨ªnido la lanza al aire y esta se funde, millones de a?os despu¨¦s, con una nave espacial que surca el espacio mientras suena el poema sinf¨®nico de Richard Strauss As¨ª habl¨® Zaratustra.
La vida, se podr¨ªa argumentar, se compone de saltos similares, chispazos de innovaci¨®n que aceleran la existencia. En la de Liu Cixin, ese monolito apareci¨® a principios de los a?os ochenta del siglo pasado. Rondar¨ªa los 20 a?os cuando llegaron a China las primeras traducciones de Arthur C. Clarke, entre ellas 2001¡, la novela que inspir¨® la pel¨ªcula de Stanley Kubrick. Durante a?os, la ciencia ficci¨®n hab¨ªa sido perseguida, pero tras la muerte de Mao Zedong comenzaba un periodo de apertura, se dejaban atr¨¢s los desmanes y persecuciones intelectuales de la Revoluci¨®n Cultural y el g¨¦nero aterriz¨® en un gigante que arrancaba su propia odisea. Aquella noche de los ochenta, cuando termin¨® de leer el libro, sali¨® de casa y mir¨® a las estrellas. ¡°Por primera vez en mi vida qued¨¦ asombrado por la magnitud y el misterio de nuestro universo¡±, contar¨ªa Liu en 2018, en el discurso de aceptaci¨®n del prestigioso premio de la Fundaci¨®n Arthur C. Clarke a la imaginaci¨®n al servicio de la sociedad, en Washington.
Para entonces, su fama era ya global. Gracias a la traducci¨®n al ingl¨¦s de El problema de los tres cuerpos, primer volumen de la trilog¨ªa Recuerdo del pasado de la Tierra, se convirti¨® en 2015 en el primer asi¨¢tico en ganar el Premio Hugo, considerado el Nobel de la ciencia ficci¨®n. Hab¨ªa comenzado a publicarla por entregas en 2006. A Estados Unidos lleg¨® en 2014 y entre sus admiradores hab¨ªa personas de la talla de Barack Obama ¡ª¡±Salvajemente imaginativo¡±, dijo el expresidente a The New York Times¡ª. En 2018, se desat¨® una dura batalla por adquirir los derechos de la adaptaci¨®n de su obra, de los que Liu se hab¨ªa desprendido en 2010 por una peque?a suma. La pugna ha sido de tal calibre que incluye el presunto asesinato por envenenamiento en Shangh¨¢i del magnate chino que se hizo hace a?os con la propiedad intelectual. Financial Times asegur¨® que Amazon estaba dispuesta a pagar unos 1.000 millones de d¨®lares por convertir su trilog¨ªa en una serie. Fue Netflix la que logr¨® cerrar un acuerdo por una cantidad que no ha sido revelada. Este pasado 21 de marzo, la plataforma estren¨® la serie El problema de los tres cuerpos, cuya versi¨®n corre a cargo de los creadores de Juego de tronos y es uno de los probables fen¨®menos de ficci¨®n globales de los pr¨®ximos a?os, lo que proyectar¨¢ a¨²n m¨¢s al autor de una obra que ha vendido m¨¢s de 11 millones de copias en el mundo (7 millones en China) y ha sido traducida a m¨¢s de 30 lenguas.
Y, sin embargo, lo que a Liu le angustia es esta sequ¨ªa creativa que lo atenaza desde hace a?os. No ha publicado nada nuevo desde que termin¨® en 2011 la tercera parte de Los tres cuerpos, cuenta ya sentado en una terraza al aire libre, envuelta en olor a pescado y marisco a la brasa. Desde la mesa se ve una hilera de palmeras a contraluz y el atardecer dorado espejea sobre las aguas. Es mi¨¦rcoles, 31 de enero en Sanya, una ciudad tur¨ªstica en la isla de Hainan. Se acerca el A?o Nuevo chino, son d¨ªas de vacaciones, reina un animado guirigay. Llegan platos humeantes a la mesa, que insistir¨¢ en pagar. Ya de noche, alguien encender¨¢ una bengala junto a la orilla, mientras una mujer anima la velada con canciones populares chinas.
¡ª?No est¨¢ escribiendo nada ahora mismo?
¡ª?ltimamente, escribir me resulta incre¨ªblemente dif¨ªcil. Varios libros que he empezado han acabado abandonados a mitad de camino. Para m¨ª la originalidad es crucial. Es una de las alegr¨ªas m¨¢s significativas de mi proceso de escritura: crear ideas nuevas e inesperadas. Pero, en esta ¨¦poca, tener ideas originales es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Con la r¨¢pida difusi¨®n a trav¨¦s de internet, un concepto brillante puede darse a conocer r¨¢pidamente. Esto hace que escribir novelas de ciencia ficci¨®n como las m¨ªas sea todo un reto.
Liu concibe la escritura como esa gran idea ¨²nica en torno a la cual se va articulando una historia. A menudo, la g¨¦nesis parte de conceptos abstractos o teor¨ªas cient¨ªficas. Estudi¨® en el Departamento de Ingenier¨ªa Hidroel¨¦ctrica de la Universidad de Recursos H¨ªdricos y Energ¨ªa El¨¦ctrica del Norte de China y trabaj¨® hasta 2010 como ingeniero inform¨¢tico en una central el¨¦ctrica en Yangquan, en la provincia minera de Shanxi. Muchos de sus relatos, que comenz¨® a publicar a finales de los a?os noventa, fueron concebidos mientras trabajaba; los ordenaba mentalmente y luego los escrib¨ªa al acabar la jornada. El problema de los tres cuerpos nace de un enigma sin soluci¨®n de la f¨ªsica: ?c¨®mo determinar la posici¨®n de tres cuerpos sometidos a atracci¨®n gravitacional mutua? ?l se plante¨® qu¨¦ ocurrir¨ªa si estos tres objetos fueran tres soles: dar¨ªa lugar a una civilizaci¨®n inestable y necesitada de constantes saltos tecnol¨®gicos para sobrevivir. Esta es la otra pata clave que sustenta sus relatos: la pulsi¨®n de supervivencia.
Ese c¨®ctel genera una trama que supera las 1.600 p¨¢ginas en la traducci¨®n al espa?ol (publicado por la editorial Nova) y abarca una l¨ªnea temporal de millones de a?os. Liu coloca a la humanidad bajo la amenaza de una invasi¨®n alien¨ªgena y plantea el cl¨¢sico choque entre civilizaciones. La extraterrestre, llamada Trisolaris, busca huir de un planeta inhabitable y conquistar el nuestro. Pero su viaje hasta la Tierra es largo, les llevar¨¢ unos 450 a?os, lo que le da a la civilizaci¨®n terr¨ªcola, que conoce sus planes, una oportunidad de prepararse. En el centro est¨¢ la carrera cient¨ªfica de nuestra especie para desarrollar a tiempo un arma capaz de disuadir al agresor, tan superior tecnol¨®gicamente como puede serlo un humano respecto de una hormiga. Mientras, Trisolaris tratar¨¢ de contener los avances cient¨ªficos mediante el env¨ªo a la Tierra de supercomputadores de tama?o microsc¨®pico.
En las novelas hay nanomateriales, viajes a la velocidad de la luz, pliegues de dimensiones y batallas en las estrellas, pero siempre late entre l¨ªneas un ajedrez geoestrat¨¦gico inspirado en la teor¨ªa de la destrucci¨®n mutua asegurada que rigi¨® el planeta en tiempos de la Guerra Fr¨ªa. Su lectura tambi¨¦n despierta paralelismos con la gran pugna geopol¨ªtica de nuestra era, la de China y Estados Unidos. A veces, asombra el parecido del contexto de la novela con este mundo en fase de desglobalizaci¨®n, en el que Pek¨ªn trata de colocarse a la altura de Estados Unidos, mientras Washington impone restricciones al acceso de China a tecnolog¨ªa y herramientas cr¨ªticas para la fabricaci¨®n de semiconductores de ¨²ltima generaci¨®n para evitar su uso en sistemas de armamento avanzados¡
Liu asegura que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Se considera un autor ¡°puro¡± de ciencia ficci¨®n, interesado en ¡°crear un mundo imaginado que nadie m¨¢s haya inventado¡±. No busca trazar alegor¨ªas ni criticar la realidad. C¨®mo se interpreten sus escritos es algo que no puede controlar, dice. La serie aterriza en cualquier caso en un 2024 marcado por las tensiones globales. Liu desliza que ha visto algunos episodios; la adaptaci¨®n es ¡°muy interesante¡±; los efectos especiales, ¡°impresionantes¡±. Pero est¨¢ convencido de que no gustar¨¢ en China. Por el camino, se ha ca¨ªdo la ¡°fuerte atm¨®sfera cultural china¡± de sus libros, la acci¨®n se ha trasladado al Reino Unido, y los protagonistas tampoco son chinos. Netflix ha ideado el producto para una audiencia mundial, pero sin contar con la Rep¨²blica Popular, donde no tiene negocio. En este pa¨ªs no se ver¨¢ la serie, salvo que uno se salte la gran muralla de internet mediante herramientas tecnol¨®gicas ilegales. Los espectadores del pa¨ªs se tendr¨¢n que conformar con la versi¨®n china de la serie, estrenada en 2023.
El autor tampoco tiene previsto viajar a Estados Unidos a ning¨²n evento de promoci¨®n y le cuesta aceptar entrevistas con medios occidentales porque, dice, es un tema ¡°sensible¡±. En 2020, un grupo de senadores estadounidenses reclam¨® a Netflix que cancelara la producci¨®n por las opiniones que el autor hab¨ªa expresado, en una entrevista, sobre Xinjiang, una regi¨®n de China donde la ONU considera que Pek¨ªn podr¨ªa estar cometiendo cr¨ªmenes de lesa humanidad contra la minor¨ªa uigur. Liu justificaba la postura de Pek¨ªn y defend¨ªa el estado actual en t¨¦rminos de libertades: ¡°Si se aflojara un poco el pa¨ªs, las consecuencias ser¨ªan aterradoras¡±, dijo en The New Yorker. A?ade en la terraza: ¡°Si China no tuviera la actual organizaci¨®n gubernamental, estar¨ªa en una situaci¨®n m¨¢s ca¨®tica¡±. Y cree que ¡°en t¨¦rminos de civilizaci¨®n democr¨¢tica, China ha progresado mucho¡±, comparado con su juventud, cuando ¡°una sola palabra pod¨ªa poner en peligro la vida¡±.
Tal y como lo ve: ¡°Tras la pandemia, la situaci¨®n mundial se ha vuelto m¨¢s dividida y confrontacional entre los pa¨ªses y entre Oriente y Occidente, a diferencia de la era anterior de la globalizaci¨®n. Este entorno ha hecho que varios aspectos se vuelvan m¨¢s sensibles. Los j¨®venes me preguntan a menudo si el mundo est¨¢ retrocediendo. En realidad, creo que ha vuelto a un estado normal. La mayor parte de mi vida, desde la infancia hasta la edad adulta, ha transcurrido en este estado normal. En cambio, siento que los ¨²ltimos 30 a?os fueron anormales. Era anormal que las cosas fueran en una direcci¨®n positiva. Ahora, realmente siento que hemos vuelto al tipo de estado que experiment¨¦ hasta mis 20 o 30 a?os¡±.
Liu suele hablar de aquellos tiempos duros. A la Guerra Fr¨ªa, las tensiones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la amenaza nuclear, se le un¨ªa el hambre y la persecuci¨®n intelectual. A sus padres los mandaron a trabajar a una mina en una regi¨®n atravesada por las luchas entre facciones de la Revoluci¨®n Cultural; a ¨¦l lo enviaron a la aldea familiar en una zona rural, donde no lleg¨® la luz el¨¦ctrica hasta 1980. Vivi¨® episodios que lo marcaron, como el lanzamiento al espacio del primer sat¨¦lite chino en 1970 o las inundaciones de 1975, que dejaron al menos 150.000 muertos. Comenz¨® a escribir ciencia ficci¨®n en bachillerato, sigui¨® haci¨¦ndolo en la facultad y luego en el trabajo, sin lograr publicar nada en casi dos d¨¦cadas. Pero eso cambi¨® a finales de los noventa, cuando recibi¨® la llamada de la revista El mundo de la ciencia ficci¨®n, interesada en sus relatos.
El g¨¦nero viv¨ªa una ¡°atm¨®sfera vibrante¡± en ese final del milenio, y esto ¡°impuls¨®¡± al autor ¡°a reanudar la escritura¡±, recuerda Yao Haijun, director de aquella publicaci¨®n, nacida en 1978 y hoy un referente del g¨¦nero en China. Yao conoci¨® a Liu en el a?o 2000. Rememora su timidez y sus vastos conocimientos. ¡°Su mente estaba llena de innumerables ideas intrigantes¡±. La revista ya hab¨ªa publicado dos de sus relatos. Leerlos, recuerda Yao, ¡°fue una experiencia sobrecogedora¡±. ¡°Me impresionaron los mundos grandiosos y peculiares que imaginaba¡±. ¡°Su obra ten¨ªa una cualidad distintiva y deslumbrante que lo diferenciaba de otros autores¡±. Se convirti¨® en su editor, y lo sigue siendo hoy, muchos a?os despu¨¦s.
Sus relatos comenzaron a ganar premios. Public¨® sus primeras novelas a medida que el gigante asi¨¢tico registraba cifras de crecimiento mete¨®rico. En 2006, arranc¨® la edici¨®n por entregas de El problema de los tres cuerpos en la citada revista. El auge del g¨¦nero y de China discurr¨ªan en paralelo. Seg¨²n Liu, no es casual: ¡°La literatura de ciencia ficci¨®n solo puede producir obras influyentes en pa¨ªses de r¨¢pido desarrollo¡±, asegura. ¡°El g¨¦nero naci¨® en Gran Breta?a, hace unos 200 a?os; cuando el Imperio Brit¨¢nico declin¨® y Estados Unidos ascendi¨®, se traslad¨® a este pa¨ªs. Del mismo modo, la atenci¨®n que suscita hoy la ciencia ficci¨®n china est¨¢ relacionada con el r¨¢pido proceso de modernizaci¨®n social¡±.
Los grados de censura tambi¨¦n han ido variando. Si antes en China se persegu¨ªa la ciencia ficci¨®n por ser una fuente de ¡°contaminaci¨®n espiritual¡±, hoy el Partido Comunista la considera una herramienta alineada con sus intereses. La pel¨ªcula La tierra errante (2019), basada en un relato de Liu, ha sido una de las m¨¢s taquilleras de la historia del pa¨ªs. Una vez, un alto funcionario le confes¨® al escritor por qu¨¦ el Gobierno apoyaba el g¨¦nero: ¡°La ciencia ficci¨®n tiene un fuerte car¨¢cter innovador y es ¨²til para que China se consolide como un pa¨ªs innovador¡±.
Aun as¨ª, las novelas de Liu contienen conceptos pol¨ªticos y morales cuya lectura cobra una especial fuerza en su pa¨ªs. El punto de partida de Los tres cuerpos transcurre en la Revoluci¨®n Cultural y narra episodios de una violencia inusitada (en la edici¨®n china, estos pasajes fueron colocados en el centro para sortear la censura). A veces, da la sensaci¨®n de que el autor expresa ideas cr¨ªticas mediante ficciones. En el segundo tomo de la trilog¨ªa, durante un vuelo interestelar, los militares debaten el tipo de sistema con el que han de gobernarse. Unos optan por una dictadura. Otro replica: ¡°Los hechos hist¨®ricos [¡] demuestran que un sistema totalitario es la mayor barrera para el progreso humano¡±. Parecen mensajes encriptados, que por supuesto ¨¦l niega, igual que hace uno de los protagonistas cuando llega el momento: se trata de un humano que ha sido enviado a convivir con los alien¨ªgenas. Se ganar¨¢ su aprobaci¨®n gracias a que se convierte en un fabuloso cuentacuentos. Publica en aquel planeta decenas de historias que hacen las delicias de los extraterrestres. Parecen fantas¨ªas inocuas. Pero estas esconden met¨¢foras de ¡°doble capa¡± que escapan a la censura alien¨ªgena, y sirven para alertar a los humanos de peligros inminentes.
Liu medita mucho sobre lo que escribe. Lee, investiga, traza sus planes. El acto de juntar palabras es lo de menos. ?ltimamente, cuenta, estudia la relaci¨®n entre religi¨®n y tecnolog¨ªa. Por ah¨ª, confiesa, van los tiros de la novela con la que espera acabar con a?os de sequ¨ªa. ¡°?Qu¨¦ forma adoptar¨¢ la religi¨®n del futuro, sobre todo cuando la inteligencia artificial se haya desarrollado hasta cierto punto? Es una pregunta interesante¡±.
El escritor cree que la IA supondr¨¢ un cambio mucho m¨¢s profundo que la Revoluci¨®n Industrial. ¡°Est¨¢ sustituyendo las capacidades m¨¢s b¨¢sicas y fundamentales de los humanos¡±. Se cebar¨¢ con empleos de alta y baja cualificaci¨®n; al trabajo de escritor le quedan ¡°unos cinco a?os¡±. Exigir¨¢ una adaptaci¨®n social y la reforma del sistema de distribuci¨®n; el trabajo podr¨ªa dejar de ser el medio necesario para obtener recursos vitales y podr¨ªa producirse un malestar social mayor que el movimiento ludita contra las m¨¢quinas del siglo XVIII. Luego describe, mediante una alegor¨ªa, el escenario de una IA superior a la humana: solo quedan en el mundo una docena de adultos, y estos son gobernados por un n¨²mero mucho mayor de ni?os de tres a?os. ¡°?Pueden los peque?os gobernar y controlar a esos pocos adultos?¡±. Los ni?os somos nosotros. Y ¨¦l cree que la respuesta es no.