El l¨ªo en el que estamos
La era digital nos est¨¢ ayudando a encerrarnos en mundos peque?¨ªsimos que creemos que son el mundo entero
El inusitado minirretiro de S¨¢nchez ha sido juzgado bajo un amplio arco de puntos de vista que van desde considerarlo el honesto y necesario punto y aparte ante un acoso vil e insostenible hasta pensar que fue un indigno y sucio truco cesarista, pero de lo que no cabe duda, se mire como se mire, es que ha puesto en primera l¨ªnea de atenci¨®n el tema de la crispaci¨®n y el sectarismo, esta furia venenosa que nos ...
El inusitado minirretiro de S¨¢nchez ha sido juzgado bajo un amplio arco de puntos de vista que van desde considerarlo el honesto y necesario punto y aparte ante un acoso vil e insostenible hasta pensar que fue un indigno y sucio truco cesarista, pero de lo que no cabe duda, se mire como se mire, es que ha puesto en primera l¨ªnea de atenci¨®n el tema de la crispaci¨®n y el sectarismo, esta furia venenosa que nos ciega y que ha convertido la vida pol¨ªtica en un pantano. De hecho, que las opiniones sobre el presidente diverjan de tal modo es una buena prueba del l¨ªo en el que estamos.
Siempre me ha dolido (ya sabemos que Espa?a puede llegar a doler mucho) la tradici¨®n cainita de este pa¨ªs. La inquina con la que nos hemos insultado, acosado e incluso matado los unos a los otros desde hace siglos. Todas esas guerras fraternales, como las carlistas, o la de Independencia, que tambi¨¦n tuvo su cuota de enfrentamiento nacional, o la Guerra Civil que fractur¨® esta sociedad y trajo una dictadura. Qu¨¦ brutos somos, qu¨¦ dogm¨¢ticos, qu¨¦ intolerantes. Ya he citado alguna vez al gran Gerald Brenan, que en su libro El laberinto espa?ol (1943) dec¨ªa que los espa?oles estamos atrapados por el individualismo y atomizados en hordas que se brean las unas a las otras sin que nos quepa en la cabeza el bien com¨²n. No es el ¨²nico observador extranjero que sostiene tal cosa. Nombrar¨¦ uno m¨¢s: el franc¨¦s Bartolom¨¦ Joly, que anduvo por Espa?a entre 1603 y 1604, dijo: ¡°Los espa?oles se devoran entre ellos, prefiriendo cada uno su provincia a la de su compa?ero¡± (sacado del fascinante libro Castilla y Le¨®n seg¨²n la visi¨®n de los viajeros extranjeros, siglos XV-XIX, en el que hay muchos otros testimonios demoledores).
Como se ve, la cosa viene de antiguo. En la Transici¨®n hubo un momento de gracia en el que parec¨ªa que podr¨ªamos superar ese impulso violento y suicida, pero despu¨¦s volvieron a emerger la cerraz¨®n mental y la mala leche, y las nuevas tecnolog¨ªas no han hecho sino empeorar el s¨ªntoma con el efecto amplificador de los insultos, con la difusi¨®n de las mentiras y, sobre todo, con esos algoritmos que terminan ofreciendo a cada individuo solo la informaci¨®n partidista que desea ver. Dec¨ªa Einstein que, para ser buen cient¨ªfico, era necesario pensar al menos 15 minutos al d¨ªa lo contrario de lo que piensan tus amigos, y yo a?adir¨ªa: tambi¨¦n para ser buen ciudadano y buena persona. Pero la era digital nos est¨¢ ayudando a encerrarnos en nuestros prejuicios, en mundos peque?¨ªsimos que creemos que son el mundo entero. Esto est¨¢ sucediendo por todas partes; la crispaci¨®n aumenta en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, estamos viviendo los tiempos del odio, pero por desgracia en Espa?a llueve sobre mojado.
Ahora bien, creo que muchos de nosotros estamos hartos. No soportamos m¨¢s tanta agresividad. ?Que la derecha es m¨¢s manipuladora y m¨¢s feroz? Vale, puede que yo piense as¨ª, pero la izquierda tambi¨¦n tiene lo suyo y desde luego no vamos a salir de este atolladero si nos atrincheramos en el recurso infantil del ¡°pero t¨² m¨¢s¡±. Por otra parte, el sentimiento de desesperaci¨®n ante el griter¨ªo parece ser un fen¨®meno mundial. Unos amigos, ??igo y Sof¨ªa, due?os de Nabia, un precioso hotel rural en Gredos, me han escrito diciendo que han descubierto el Movimiento Internacional de la Gentileza, del cual yo no ten¨ªa ni idea, y que quieren hacer algo semejante. Por lo pronto reparten unas hojas explicativas a sus hu¨¦spedes, pero tienen m¨¢s proyectos; siempre estuvieron interesados en mejorar su entorno. Curiosa, google¨¦ sobre el movimiento. Fue fundado en Italia en 2020 por Daniel Lumera, un personaje singular, antiguo monje benedictino y escritor de best sellers de autoayuda; dice ser una iniciativa aconfesional y apol¨ªtica y ha tenido un ¨¦xito mete¨®rico. En Italia hay 300.000 personas implicadas y 47 municipios adheridos, y han desarrollado m¨¢s de 60 proyectos de todo tipo, desde colaboraciones con hospitales universitarios hasta festivales. En Espa?a hay un libro escrito por Lumera junto a Immaculata De Vivo, epidemi¨®loga de Harvard. Se titula Biolog¨ªa de la gentileza (Planeta) y habla de que ser amable tiene un impacto positivo en la longevidad y la salud (algo que ya se sab¨ªa, pero es que somos borricos). En fin, no conozco el movimiento y no s¨¦ si sirve de algo. Pero la respuesta entusiasta ante la idea de la gentileza infunde optimismo. Ya digo que somos muchos los que queremos un cambio. Hagamos algo.