Maneras de vengarse

Si no puedes ocupar el palacio de la Moncloa aut¨¦ntico, busca uno que se le parezca. Feij¨®o y los suyos, a los que les resulta ins¨®lita la idea de no gobernar, act¨²an como si lo hicieran y de ese modo van pasando el trago. El caso es que el 6 de septiembre se reunieron para algo, ahora no caigo para qu¨¦, aunque lo m¨¢s probable es que se reunieran para reunirse, como la mayor¨ªa de la gente. Bueno, se inau?guraba tambi¨¦n el curso escolar y el pol¨ªtico y la venta de fasc¨ªculos: todo eso que nos proporciona el sentimiento de comenzar y de lo que conviene dejar alguna se?al informativa. No eres nadie si no apareces en el telediario marcando territorio con alg¨²n tipo de deyecci¨®n.

El PP decidi¨® hacerlo sac¨¢ndose una foto que evocara aquella que, tras los comicios, sucede a la formaci¨®n de los nuevos gobiernos, y, por si no bastara, en un escenario muy parecido a aquel en el que se dejan inmortalizar los ministros reci¨¦n nombrados con su presidente en el centro. De alguien tuvo que ser la idea, claro, ignoramos de qui¨¦n, aunque cabe preguntarse si alguno de los presentes, al observar el panorama, y aunque no se atreviera a decir nada, sinti¨® al menos un poco de extra?eza ante la imitaci¨®n entre c¨®mica y tr¨¢gica de una imagen inaugural arquet¨ªpica. No hay verg¨¹enza, en fin. Se va a por todas. Me vienen a la memoria por lo tanto los versos de Jos¨¦ Hierro sobre el individuo que no habiendo tenido de peque?o un caballito de cart¨®n, se venga de los a?os compr¨¢ndose uno verdadero.

Lo curioso es que el ¡°caballito¡± de la fotograf¨ªa, pese a la edad de los participantes, era de cart¨®n.