Los Williams: ¡°M¨¢s que racismo, vemos clasismo. Los negros que ganamos dinero estamos mejor vistos¡±
En busca de la fortuna que se les negaba en su pa¨ªs, Ghana, los padres de I?aki y Nico Williams protagonizaron hace 30 a?os un incre¨ªble periplo por ?frica y Espa?a hasta llegar a Navarra antes que sus dos hijos triunfaran en el Athletic de Bilbao e hicieran historia. Ahora relatan su epopeya
Cuando F¨¦lix Williams y Mar¨ªa Comfort Arthuer empacaron sus bultos en Akim Oda, donde viv¨ªan en el oriente de Ghana, nadie les advirti¨® lo duro que ser¨ªa el viaje ni cu¨¢ndo llegar¨ªan a su destino. En realidad, tampoco sab¨ªan hacia d¨®nde se dirig¨ªan. Simplemente quer¨ªan salir de all¨ª, dejar su trabajo de peluquera y electricista y recalar en un pa¨ªs de Europa, a poder ser, cat¨®lico, la religi¨®n que profesaban, como Espa?a o Italia.
No sab¨ªa entonces Mar¨ªa de d¨®nde iba a sacar la fuerza que la ayud¨® a atravesar los 5.200 kil¨®metros que recorri¨® entre Burkina Faso, N¨ªger, Argelia y Marruecos para intentar cruzar la frontera hacia Melilla. Emprendi¨® un viaje que hoy no recomienda a nadie despu¨¦s de tragar polvo con 50 personas subidas a una camioneta en el S¨¢hara como ganado, caminar a pie la mayor¨ªa del trayecto, sentir que tus huesos son astillas de fuego en la arena y no saber, cada d¨ªa, si saldr¨¢s vivo de la traves¨ªa.
Pero lo logr¨®, como cuenta Los Williams, el documental de Ra¨²l de la Fuente reci¨¦n estrenado en cines. Hoy dice que la respuesta la tuvo en su vientre durante todo el trayecto, como relata a El Pa¨ªs Semanal en su casa de Bilbao, donde vive hoy con su marido. La conoci¨® al ser acogida en Melilla despu¨¦s de haber roto sus pasaportes, como les indic¨® un abogado que les aconsej¨® que dieran la siguiente versi¨®n: en vez de Ghana, escapaban de la guerra en Liberia. As¨ª podr¨ªan acogerse al estatuto de refugiados.
All¨ª se enter¨® de que estaba embarazada de tres meses. Poco tiempo despu¨¦s los trasladaron a trav¨¦s de C¨¢ritas a Bilbao, donde los acogi¨® I?aki Mardones, un cura voluntario de la organizaci¨®n en la secci¨®n de migrantes. All¨ª, en el hospital de Basurto, naci¨® su hijo. Lo bautiz¨® con el mismo nombre del sacerdote, quiz¨¢s para dar as¨ª la bienvenida a este vasco engendrado en ?frica que a?os m¨¢s tarde cambiar¨ªa la historia y los esquemas del Athletic Club, junto a su hermano, Nico.
Tiempo despu¨¦s le contaron detalladamente sus padres a I?aki aquel viaje. Qued¨® impactado. ¡°Yo ten¨ªa 18 a?os cuando me enter¨¦. Ellos se jugaron la vida y dejaron todo atr¨¢s por un futuro mejor. Cuando supe esto pens¨¦: mi madre es una guerrera y yo no puedo resultar menos, tengo que hacer cuanto est¨¦ en mi mano para darles un futuro mejor¡±.
Mar¨ªa sospech¨® m¨¢s bien pronto que el chico podr¨ªa ser jugador de f¨²tbol. ¡°Yo fui atleta en mi pa¨ªs, y F¨¦lix, futbolista. Por las patadas que me daba en el vientre cuando estaba embarazada, estaba claro a qui¨¦n sal¨ªa¡±, dice. A su padre, que es discreto y no le gusta el foco, aunque disfruta igual del ¨¦xito de sus hijos. Lo que no sospechaba era que, en vez de uno, con el tiempo ser¨ªan dos los deportistas a los que alumbrar¨ªa: I?aki y Nico Williams, una pareja de s¨ªmbolos del f¨²tbol moderno que desaf¨ªan con su juego, su actitud y el peso heredado de la peripecia de sus progenitores un buen pu?ado de elementos, debates y contradicciones, conceptos que a veces a ellos les resultan confusos tambi¨¦n, como el de la identidad. ¡°Tenemos un poco de cacao en ese sentido¡±, asegura I?aki, el mayor, a sus 30 a?os. ¡°Ghana est¨¢ muy presente en nuestra casa. Por suerte, yo los represento en la selecci¨®n y tengo que viajar a menudo para reunirme con mi familia, abuelos y ancestros¡±, cuenta el futbolista.
Eligi¨® la selecci¨®n africana porque se lo pidi¨® su abuelo paterno, George, pastor del movimiento pentecostal, y no quiso defraudarlo. Lleg¨® a verlo jugar con la camiseta de su pa¨ªs. En Ghana tambi¨¦n se siente algo diferente I?aki. La extra?eza ante los entornos le ha acompa?ado toda la vida, pero tambi¨¦n una capacidad proverbial de adaptaci¨®n al medio. ¡°Al principio tambi¨¦n me sent¨ªa diferente en Bilbao. A eso me acostumbr¨¦ porque durante a?os era el ¨²nico negro en el Athletic. Ahora somos cuatro. Pero el cacao persiste: me siento de Ghana, de Bilbao, del Pa¨ªs Vasco, pamplonica, por supuesto, llevo la multiculturalidad muy asumida: soy, sin duda, ciudadano del mundo¡±.
En ese resumen apresurado anda la lucha de sus padres, como en casi todo lo que les mueve con los valores que Nico destaca: ¡°Nos transmitieron siempre humildad, ese es el pilar de nuestra familia, somos as¨ª en todo y afrontamos las cosas desde esa manera de ver el mundo con valent¨ªa y mucho trabajo¡±. Con esas virtudes y mucho agradecimiento aceptaron sus padres la ropa, los muebles, los biberones y hasta la cuna que les dieron al llegar.
Tambi¨¦n los trabajos: primero en Sesma (Navarra), dentro de un matadero de pollos para F¨¦lix. Despu¨¦s decidieron que ¨¦l se fuera al Reino Unido a seguir labrando futuro ¡ªy donde trabaj¨® hasta que la familia entera se mud¨® a Bilbao¡ª y que ella se quedara en Pamplona para criar a I?aki en la ciudad, con el colegio de los Escolapios a mano. ¡°Tambi¨¦n trabajando duro en todo: en el aeropuerto, en un supermercado y una cadena de pizzas¡¡±.
Vivian en el barrio de Buztintxuri, toda una colonia inmigrante. El mayor crec¨ªa con pautas marcadas y mucha escasez. Cuando naci¨® su hermano, ocho a?os m¨¢s tarde, se ocup¨® de ¨¦l a todas horas: ¡°I?aki siempre me ha ayudado a tope. Es muy responsable, con ocho a?os de diferencia cuid¨® a Nico, lo tra¨ªa y llevaba al colegio, lo esperaba a la salida y despu¨¦s se iba a entrenar. Ha hecho mucho por la familia, ha soportado una carga muy fuerte desde ni?o. Por eso es un l¨ªder. Tiene buen coraz¨®n, no se pele¨® nunca con nadie. Es una maravilla, un ¨¢ngel para m¨ª¡±, asegura su madre.
Lo asumi¨® con sentido del deber y naturalidad, sacando de dentro una fuerza y un poder de convencimiento enormes que ayudaban a consolar a su madre cuando a veces no pod¨ªan pagar la luz, la calefacci¨®n o el agua. ?l le dec¨ªa que alg¨²n d¨ªa aquella miseria se acabar¨ªa. Sab¨ªa que llegar¨ªa a ser futbolista. No ten¨ªa la certeza de a qu¨¦ nivel, pero s¨ª de poder intentarlo. ¡°Eran sue?os de ni?o, que se cumplen o no, pero cuando llevas eso tan dentro de tu coraz¨®n, puedes con todo¡±, dice su madre.
Las estrecheces, la necesidad son, a menudo, el mayor motor. ¡°Cre¨ªa en m¨ª, mi familia tambi¨¦n, hab¨ªamos pasado penurias, pero siempre tuve fe, ve¨ªa mis condiciones y ten¨ªa esperanza en poder lograrlo. Primero fueron sue?os, cierto, pero al entrar en el Athletic supe que, si llegaba al primer equipo, no pod¨ªa fallarles. Gracias a Dios, a mi esfuerzo y a rodearme de gente buena lo cumpl¨ª y pude dar a mi entorno una vida mejor¡±, dice I?aki.
El f¨ªsico tambi¨¦n empujaba. De eso se dio cuenta primero quien lo vio jugar en la calle con sus amigos y llam¨® al timbre de su casa. Era un entrenador del equipo de f¨²tbol del Club Nataci¨®n de Pamplona. A trav¨¦s de una vecina que lo conoc¨ªa, convencieron a Mar¨ªa para que le dejara apuntarse all¨ª. Despu¨¦s pas¨® al Pamplona y, de nuevo, un agente se interes¨® por ¨¦l. A F¨¦lix Tainta, todav¨ªa hoy a la vera de los dos hermanos, le sorprendi¨® lo que ¡ªestaba convencido de sobra¡ª iba a marcar en el futuro la diferencia de aquel chaval en el mundo del f¨²tbol: ¡°Su velocidad¡±, asegura. ¡°Era un portento f¨ªsico, ten¨ªa carencias, pero sobresal¨ªa en algo que iba a distinguirlo totalmente de los dem¨¢s: c¨®mo corr¨ªa¡±. No se equivoc¨®. I?aki Williams tiene hoy el r¨¦cord de velocidad en la liga. Lo marc¨® por una carrera en que alcanz¨® un pico de 35,7 kil¨®metros por hora el 9 de mayo de 2015 ante el Deportivo de La Coru?a.
Tainta le entreg¨® aquel d¨ªa una tarjeta y le dijo que quer¨ªa hablar con su madre. ¡°Me cost¨® algo convencerla, pero soy muy perseverante y a la tercera conversaci¨®n consegu¨ª que confiara en m¨ª¡±. Mar¨ªa lo recuerda, pero no sabe exactamente qu¨¦ le cautiv¨® de Tainta para trabajar con ¨¦l. ¡°Fue mi instinto, por su manera de hablar supe que pod¨ªa fiarme de lo que dec¨ªa y as¨ª ha sido hasta hoy. Ni ¨¦l nos iba a enga?ar ni yo, despu¨¦s de lo que ha hecho por nosotros, iba a cambiarlo por nadie. Ahora somos familia¡±.
Mar¨ªa confi¨® a Tainta los dos diamantes que hab¨ªa labrado y formado. Despu¨¦s de convencer a la madre, ¨¦l quiso saber qu¨¦ pod¨ªa esperar de I?aki: ¡°Tuvimos una conversaci¨®n importante. Me impresion¨® aquella seriedad y atenci¨®n en un chaval de 14 a?os. No parpadeaba, escuchaba con mucha concentraci¨®n, me impresion¨® su madurez¡±. Hablaron claro. I?aki se comprometi¨® a trabajar a fondo para cumplir su sue?o con los pasos que aquel nuevo c¨®mplice en su vida le marcara y el agente prometi¨® lanzarlo hacia arriba. Y as¨ª lo hizo: ¡°Del Pamplona pas¨® al Athletic con un contrato normalito en 2012. El dinero no nos parec¨ªa la prioridad. Lo fundamental para m¨ª era que se formara como futbolista en Lezama, la escuela del Athletic¡±, asegura Tainta.
No mucho m¨¢s tarde, I?aki empez¨® a acumular r¨¦cords en categor¨ªas juveniles. De goles y de estad¨ªsticas. Su escalada result¨® mete¨®rica. ¡°Yo les dec¨ªa que marcar¨ªa ¨¦poca¡±, recuerda hoy su representante. Algunos desconfiaban. Pero hoy nadie le quita la raz¨®n. No solo en registros deportivos, tambi¨¦n en cuanto a razones simb¨®licas. Para un club cuyo mercado est¨¢ delimitado y reducido al admitir solo a futbolistas nacidos en el Pa¨ªs Vasco o Navarra o de ascendencia vasca o navarra, antes de que I?aki llegara sus dirigentes no hab¨ªan pensado que, dentro de esa condici¨®n, alg¨²n d¨ªa se encontrar¨ªan con personas de origen africano. ¡°Eso los llev¨® a replantearse l¨ªmites. Hoy juegan cuatro futbolistas de esa procedencia en el primer equipo [los otros dos son ?lvaro Djal¨® y Adama Boiro]¡±.
Adem¨¢s, Tainta sab¨ªa que lo que realmente acabar¨ªa deslumbrando a los responsables de la entidad era la personalidad del chico: ¡°Yo lo ten¨ªa claro. Adem¨¢s de su figura deportiva, lo que les cautivar¨ªa ser¨ªa su car¨¢cter¡±. Hoy, I?aki luce uno de los cuatro brazaletes de capit¨¢n rojiblanco, reservados estrictamente y por tradici¨®n a quienes m¨¢s tiempo llevan en el equipo: en su caso, 10 a?os justos desde que debutara en diciembre de 2014 por orden de Ernesto Valverde, el entrenador, ante el C¨®rdoba. En pocas cosas ha cambiado. ¡°Aparte de romper registros, era una esponja. Esa manera de aprender, esas condiciones f¨ªsicas auguraban un 100% de ¨¦xito. Pero, adem¨¢s, en lo que le insist¨ª fue en dejar claro lo que a m¨ª m¨¢s me impresionaba: su forma de ser¡±, asegura el representante.
Hoy, tal como cuenta el escritor Galder Reguera, responsable de actividades en la Fundaci¨®n Athletic Club, ¡°I?aki es un ascendente en el vestuario. Lo que m¨¢s valora nuestra afici¨®n es el esfuerzo. El talento se supone en todos los que llegan, pero la capacidad de sacrificio es lo que para los seguidores del equipo marca la diferencia porque es contagiosa. La habilidad natural es personal; el esfuerzo, si se transmite en el campo, deriva en algo colectivo. Y eso, I?aki, lo demuestra siempre¡±.
Se trata de una actitud que conecta con su experiencia dura y la conciencia clara, labrada en la dificultad, como confiesa I?aki Williams: ¡°Lo que nos ha tocado vivir y lo que somos representa el ejemplo de miles de inmigrantes cuyos padres llegan a Espa?a despu¨¦s de pasar penurias. Pero nosotros hemos tenido la mayor de las suertes. Poder disfrutar de lo que nos gusta desde peque?os. Por tanto, tenemos una gran responsabilidad frente a todos esos ni?os que sue?an con poder ser algo, convertirse en futbolistas o cualquier cosa a la que aspiren. Ante eso debemos representar un ejemplo de actitud, lucha y entrega. Nuestros padres nos dieron la oportunidad de tener una educaci¨®n, una casa, una manutenci¨®n que ellos no pudieron disfrutar y la hemos aprovechado¡±.
Nico Williams lo escucha y asiente mientras a?ade: ¡°Nuestro caso representa bien lo que supone ese viaje de la inmigraci¨®n. Lo que conlleva de adaptaci¨®n y aceptaci¨®n. Podemos ser una voz que abra puertas al futuro¡±. Sobre el suyo, pocos dudan de que crecer¨¢ a¨²n m¨¢s. Despu¨¦s de su explosi¨®n tras ganar la Copa del Rey y, sobre todo, en la Eurocopa con la selecci¨®n espa?ola, todo el continente anda detr¨¢s de ¨¦l. Adem¨¢s de la del Barcelona, ha rechazado ofertas del Chelsea, el Arsenal y el Paris Saint-Germain¡
Ante el fen¨®meno, el Athletic renov¨® su contrato con una cl¨¢usula de 58 millones de euros y un sueldo cercano a los cinco. Quien lo quiera, tendr¨¢ que pagar el total de esa cifra. Muchos clubes doblaban y hasta triplicaban la suma de su sueldo, pero ha decidido quedarse un a?o m¨¢s: ¡°Pasar¨¢ lo que ¨¦l quiera que pase¡±, dice su agente. ¡°Este verano revent¨® y todo le vino en muy poco tiempo. Necesitaba cabeza fr¨ªa para pensar, prepararse psicol¨®gicamente para lo que le espere lejos de su entorno y su familia¡±, asegura F¨¦lix Tainta.
El representante y su hermano le han sabido guiar en este momento crucial que atraviesa su carrera. ¡°Hay que saber lo que uno quiere, yo estoy muy feliz aqu¨ª¡±, dice Nico. ¡°Creo que mi familia tambi¨¦n. No ha sido una decisi¨®n f¨¢cil, al final tienes que saber distinguir entre el precio y el valor de las cosas. Poner en una balanza lo que te importa de verdad. Esta vez escog¨ª quedarme m¨¢s tiempo con mi familia, con mis amigos, en Bilbao, en mi casa¡±.
I?aki solo le advirti¨® una cosa: ¡°Es mi hermano y le ayudar¨¦ en lo que me pida. De lo que le ocurre a ¨¦l me alegro tanto como si me pasara a m¨ª. Este verano solo le dije: decidas lo que decidas, no te vayas a arrepentir al poco tiempo, no quer¨ªa que se quedara con la duda del y si¡, que no se dejara guiar por el ruido externo que pudiera hacerle creer que si no tomas la decisi¨®n correcta en ese momento te equivocas inexorablemente¡±.
No parece que haya sido as¨ª vi¨¦ndole jugar a piedra, papel y tijera con su hermano y sonriendo junto a ¨¦l y su madre mientras se toman las fotograf¨ªas. Tampoco al posar el pasado septiembre por las alfombras rojas del festival de San Sebasti¨¢n, donde se estren¨® Los Williams, y despu¨¦s en la sala del BBK de Bilbao, en un pase al que acudieron casi todos sus compa?eros de equipo. ¡°Impresiona esto del cine, eh¡±, cuenta I?aki.
All¨ª estaba tambi¨¦n el director de la pel¨ªcula, Ra¨²l de la Fuente, y las productoras Rosaura Romero y Marias Recarte, de la productora Cero Coma, y Amaia Rem¨ªrez, de Kanaki Films. De la Fuente lleva a?os inmerso en documentales que tratan la migraci¨®n y relacionados con una de sus obsesiones: ?frica. En la historia de la familia Williams ve¨ªa un fil¨®n que contar y, tambi¨¦n, una din¨¢mica y una est¨¦tica muy potentes. ¡°Me fascina lo que ambos provocan en ese aspecto, me parecen dos espadas atravesando el campo rival¡±. Tambi¨¦n entendi¨® que resultaban fundamentales para tender un puente entre el continente africano y el Pa¨ªs Vasco: ¡°Son referentes legendarios para la gente que quiere buscarse la vida aqu¨ª, con una historia genuina, ins¨®lita, nada normal¡±.
Se trata de un documental que, como advierte Amaia Rem¨ªrez, ¡°confronta profundamente las brechas de desigualdad¡±. Y asegura: ¡°Es algo para lo que a¨²n, incluso despu¨¦s de haberlo terminado, no tengo respuesta¡±. La pel¨ªcula constata un buen pu?ado de luchas y desfallecimientos, rebosa dignidad y concluye con ¨¦xito. Efectivamente, nada normal. Una historia entre millones. Algo que sirva de inspiraci¨®n con la advertencia de que, a tanto, solo llegan muy pocos elegidos. ¡°?Qu¨¦ hubiera sido de ellos si sus padres no emprenden ese viaje?¡±, se pregunta De la Fuente.
Se habr¨ªan quedado all¨ª y quiz¨¢s vivir¨ªan de la pesca, como muchos ni?os en Ghana, conscientes de que, muchas veces, en el fondo del lago Volta y por los r¨ªos de aquel pa¨ªs, habita el diablo. Por Europa, ahora, anda en plena calle y a menudo en los campos de f¨²tbol, encarnado en bestias racistas. Por eso tambi¨¦n, la pel¨ªcula resulta ideal a la hora de utilizar el f¨²tbol como pantalla para plantear retos calientes de la sociedad actual.
El racismo les ha tocado a ambos de cerca. Pero ven su situaci¨®n como un espacio privilegiado para debilitarlo. ¡°El f¨²tbol es la mejor arma para combatirlo¡±, cree Nico Williams. ¡°Se trata de un fen¨®meno mundial, lo sigue mucha gente y desde ah¨ª se puede batallar en su contra. En la selecci¨®n, tanto yo como Lamine Yamal, que somos de procedencias distintas, afrontamos nuestra situaci¨®n y presumimos de color de piel con mucho orgullo, sabemos que podemos intentar frenarlo de alguna manera. El caso es luchar contra un mal que no deber¨ªa ocurrir en esta ¨¦poca y queremos hacerlo de la mejor manera posible para evitar que nadie lo sufra. A m¨ª no me afecta tanto por ser Nico Williams, pero s¨ª a otra gente m¨¢s vulnerable. Ante ellos tenemos la responsabilidad de que se sientan m¨¢s protegidos, mejor cuidados¡±, a?ade.
I?aki Williams incide en una ambivalencia del fen¨®meno: ¡°Representa una l¨ªnea fina para m¨ª. M¨¢s que racismo, creo que es, sobre todo, clasismo. Los negros que ganamos dinero estamos mejor vistos que los que venden en la calle. Todo va unido. El f¨²tbol en ese sentido es un altavoz muy poderoso, los ni?os con referentes como nosotros no se fijan en nuestro color, simplemente les gusta c¨®mo jugamos y se ponen nuestra camiseta o la de Lamine¡ Podemos lograr as¨ª que muchas visiones cambien¡±, asegura.
I?aki destaca c¨®mo las autoridades del f¨²tbol afrontan los altercados en campos: ¡°Ya se han tomado actuaciones en contra de acciones racistas con multas o la prohibici¨®n de entrar en los estadios. Es una buena soluci¨®n, aplicar castigos ante ese comportamiento. Si el mundo mirase hacia otro lado, volver¨ªamos a dar pasos atr¨¢s en ese sentido. La liga lo est¨¢ haciendo muy bien, dispuesta a curar la herida que aqu¨ª se manifiesta como reflejo de la sociedad¡±.
El mayor de los Williams contempla tambi¨¦n preocupado el ascenso de la ultraderecha en Europa. ¡°Es una realidad y da que pensar. En gran parte se debe a la ignorancia, creo. La gente se queda con que la inmigraci¨®n representa un problema, cuando no lo es en absoluto. Y mucho menos el n¨²mero uno entre la ciudadan¨ªa. No sabr¨ªa c¨®mo atajar esa sensaci¨®n que muchos tienen, pero creo que el impulso sumado de las acciones de la buena gente y de quienes podamos combatirlo como altavoz deber¨ªa ayudar a dar pasos adelante en ese sentido, no atr¨¢s. Denunciar, ser activos contra los discursos de la extrema derecha y el odio al diferente¡±.
No todo el mundo en ese ¨¢mbito anda dispuesto a comprometerse. La ley implacable de los juicios en las redes sociales abruma y coarta. Nico Williams lo sufri¨® hace tiempo, a ra¨ªz de alg¨²n fallo en el campo, y decidi¨® salirse. Ahora se ha reconectado, despu¨¦s de aprender a relativizar lo que all¨ª se vierte. ¡°Yo entiendo a quien quiera hablar y tambi¨¦n a quienes callan porque te pueden caer muchos palos¡±, asegura el hermano menor. ¡°Lo dej¨¦ y he vuelto. Ya no me afecta, pero lo hizo. Entonces era muy joven, no sab¨ªa c¨®mo actuar ante semejante avalancha. Ahora no me hace da?o lo que diga gente que no me interesa. Sobre todo, si te juzgan por ignorancia o por hacerte da?o. No debemos darles bombo. S¨ª, en cambio, a la opini¨®n de quienes te importan, es m¨¢s, esforzarnos por estar a la altura para ellos. No podemos gustar a todo el mundo, muchas veces los futbolistas sufrimos esa presi¨®n. Si pierdes un partido van a machacarte. Todos cometemos fallos, pero hay una l¨ªnea entre la cr¨ªtica constructiva y el insulto¡±.
Eso anda lejos de la alegr¨ªa y el sentido positivo de las cosas que ambos intentan transmitir. En el caso de Nico, como una marca muy evidente: ¡°No soy consciente de que contagie tanta alegr¨ªa, pero me gusta que sea as¨ª, soy feliz y lo notan, es normal¡±. Causa furor. ¡°M¨¢s con los churros esos que lleva en la cabeza y lo que llaman la atenci¨®n¡±, se?ala su hermano.
As¨ª como I?aki se cruz¨® en el camino de F¨¦lix Tainta, a Nico, el agente pr¨¢cticamente le ayud¨® a criarse. Lo conoci¨® junto a su hermano mayor y r¨¢pidamente se dio cuenta de sus posibilidades: ¡°Es otro tipo de jugador, muy diferente a todo desde que empez¨® a deslumbrar en las categor¨ªas inferiores del Pamplona, el club en el que tambi¨¦n milit¨® su hermano, y en Osasuna, despu¨¦s. Su paso al Athletic estaba cantado, fue de lo m¨¢s natural una vez sab¨ªan lo que significaba tener a un Williams en el equipo. Lo quisieron r¨¢pido¡±.
Agradecidos est¨¢n en el club, adem¨¢s, por su decisi¨®n de quedarse un a?o m¨¢s. As¨ª lo admite Galder Reguera. Tambi¨¦n que la llegada de los Williams a la instituci¨®n ha supuesto en esta ¨¦poca un revulsivo para la ciudad. Y un elemento social integrador: ¡°Se vio en la celebraci¨®n de la Copa del Rey con las banderas que ondearon aquel d¨ªa por la calle y acompa?ando la gabarra por la r¨ªa. Las hab¨ªa de varios pa¨ªses del Magreb y de toda ?frica. Era la primera vez que el colectivo inmigrante hac¨ªa tambi¨¦n suya una victoria del Athletic¡±.
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