Renzo Buttazzo, el artista que crea esculturas para Armani, Louis Vuitton y Francis Ford Coppola
En su taller de Lecce y con el mismo material que utilizaban los artistas locales en los siglos XVI y XVII, el italiano convierte el ¨¢ngulo en ondulaci¨®n
En un rinc¨®n tranquilo a las afueras de Lecce, Renzo Buttazzo ha pasado m¨¢s de tres d¨¦cadas cincelando la piedra leccese, convirtiendo un material cargado de historia barroca en esculturas contempor¨¢neas minimalistas. En su taller, este escultor italiano transforma lo pesado en ligero, descifrando el alma de la piedra en su b¨²squeda de la perfecci¨®n imperfecta.
El sol de oto?o, filtrado entre el ca?izo sobre la mesa del jard¨ªn, dibuja haces de luz en una fuente de n¨ªsperos amarillos reci¨¦n cogidos del ¨¢rbol. En este jard¨ªn, rodeado de ¨¢rboles frutales, en San Cesario, a 10 minutos en coche de Lecce, capital de la regi¨®n de Salento, est¨¢ el taller/casa/galer¨ªa del escultor Renzo Buttazzo. Este espacio, construido por el propio Renzo con lo que parecen ser restos de otras casas ¡ªtrozos de mosaicos en el suelo, una puerta de madera antigua y una caldera de le?a¡ª, emite una intensa luz propia desde su interior de techos transl¨²cidos. ¡°Es la piedra leccese¡±, asegura Renzo, ¡°ning¨²n material, ni siquiera el m¨¢rmol, es capaz de relacionarse con la luz de esa manera¡±.
La iluminaci¨®n natural es esencial en un trabajo que se mueve entre las luces y las sombras. El polvo blanquecino que cubre todas las superficies del taller es la piel de la piedra, ara?ada durante a?os de trabajo. La piedra de la que habla es la misma sobre la que se levant¨® su ciudad natal, Lecce, la joya del Barroco de Puglia, que en los siglos XVI y XVII se convirti¨® en el lienzo de artistas, escultores y arquitectos que moldearon este mismo material, d¨¢ndose un fest¨ªn de motivos florales, figuras humanas y animales fant¨¢sticos en las fachadas de las iglesias y los palacios. Renzo, que creci¨® rodeado de los excesos del Barroco, tom¨® el camino opuesto cuando cre¨® su laboratorio de artesan¨ªa en pietra leccese en 1986 y se dedic¨® a buscar la esencia de un material que, en su estado m¨¢s puro, le ofrec¨ªa posibilidades creativas inexploradas hasta ahora. Su vida se convirti¨® en un viaje de experimentaci¨®n y estudio. Y dice: ¡°En busca del alma de la piedra y su impulso primitivo¡±.
Enjuto, fibroso, de cara angulosa y pelo alborotado, cubierto de polvo blanco, como una especie de Franco Battiato asalvajado, Renzo se mueve ligero en sandalias por su estudio, de un lado a otro, trabajando en varias piezas en diferentes estados del proceso creativo. En el jard¨ªn, los bloques de piedra en bruto de m¨¢s de 70 kilos descansan apilados como si fueran un Tetris. Estas piedras, elegidas por ¨¦l mismo, proceden de la cantera Pitardi Cavamonti, a 20 kil¨®metros de Lecce. La selecci¨®n del bloque se basa en la fecha en que fue extra¨ªdo y el sonido que produce al golpearlo con un martillo, dando pistas a Renzo sobre posibles inclusiones y roturas que puedan arruinar luego su trabajo. Esta t¨¦cnica para elegir las piedras es exactamente la misma que usaban los antiguos canteros de Lecce hace m¨¢s de 400 a?os para elegir aquellas con las que construyeron la ciudad. Las t¨¦cnicas de trabajo y las herramientas de este artista son tambi¨¦n las mismas.
En el taller, un tronco de madera sirve como base donde clavar una docena de hachas de distintos tama?os. En el suelo, entre lascas y polvo de piedra, hay mazas, cu?as, cinceles, martillos y limas de metal de distintos calibres. Con ellos, Renzo Buttazzo va eliminando las aristas y la dureza de la piedra en un viaje donde lo pesado se transforma en ligero y lo tosco en sutil, convirtiendo los ¨¢ngulos de la piedra en sensuales formas redondeadas. Los bocetos colgados en la pared son solo una leve gu¨ªa de lo que transita por su cabeza al acometer una nueva pieza. Ninguna de sus obras es similar a otra. La piedra, con sus imperfecciones y sus caprichos, es la que manda.
Henry Moore dec¨ªa que el primer agujero hecho a trav¨¦s de una pieza de piedra era ¡°una revelaci¨®n, porque un agujero puede tener por s¨ª mismo tanto significado de forma como una masa s¨®lida¡±. En la obra de Buttazzo, los orificios tallados en la piedra abren la conversaci¨®n entre luz y sombra. Hay algo hipn¨®tico en verlo trabajar, ¨¢gil y certero con cada golpe de cincel, liberando formas atrapadas dentro de la piedra, imaginadas solo por ¨¦l. M¨¢s tarde, la lima de metal ir¨¢ domando los contornos para ir domesticando el bloque, repasado con ocho tipos de lija cada vez m¨¢s finos, hasta conseguir una superficie tan suave como una mejilla.
Profundamente introspectivo a la hora de crear, para el artista italiano la mente tiene que estar limpia: ¡°Es necesario vaciar la mente, no mirar lo que otros est¨¢n haciendo y buscar dentro de uno mismo. Solo entonces, en el vac¨ªo absoluto, encontrar¨¢s la esencia de la creaci¨®n¡±.
Su trabajo no se limita ¨²nicamente a la obra escult¨®rica, con creaciones que van desde sus piezas decorativas hasta sus l¨¢mparas y mobiliario, expandiendo de manera significativa las posibilidades de uso y expresi¨®n de este material. Suyo es el primer dise?o de una l¨¢mpara italiana realizada en piedra, convertida en todo un icono del dise?o. En la peque?a galer¨ªa junto al taller, entre figuras sinuosas sin rostros y esculturas abstractas, descansa en una esquina una de esas l¨¢mparas. ¡°Es un regalo para Sofia Coppola. Su padre, Francis Ford Coppola, me la encarg¨® para ella por su cumplea?os¡±, comenta, sin darle mayor importancia. Y es que, a pesar de que su obra adorna las casas de celebridades, acompa?a marcas como Armani y Louis Vuitton y se vende en galer¨ªas de Francia y Nueva York, ¨¦l reh¨²ye el mercado del arte y es m¨¢s f¨¢cil encontrarlo en su taller creando o dando clases de canter¨ªa a j¨®venes que en la apertura de una nueva galer¨ªa. Cuando el trabajo se lo permite y se toma un respiro, su forma de recargar bater¨ªas es navegar en su velero por los tres mares que ba?an Puglia y alcanzar la costa de Grecia. ¡°El cielo, el mar, las costas escarpadas y la luz son el sustrato de mi creatividad. Solo en la naturaleza podemos apreciar de verdad la belleza del mundo en el que vivimos¡±. Palabra de Renzo Buttazzo.
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