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Un extra?o destino
El lodo invadi¨® durante las horas m¨¢s dram¨¢ticas de la dana cuartos de estar, dormitorios, cocinas, ba?os¡, y cuando el nivel del agua volvi¨® a bajar, dej¨® marcado en las paredes de las casas la altura m¨¢xima que hab¨ªa alcanzado. ¡°Hasta aqu¨ª lleg¨® el agua¡±, era la frase m¨¢s repetida. Estas im¨¢genes fueron tomadas los d¨ªas posteriores en Paiporta
¡°Hasta aqu¨ª lleg¨® el agua¡±, dec¨ªan las v¨ªctimas de la dana a las c¨¢maras de la tele al tiempo de se?alar con el dedo ¨ªndice el l¨ªmite entre lo normal y lo ins¨®lito. El agua les hab¨ªa llegado al cuello, a la nariz, a los ojos¡ Lo dec¨ªan como comparando su altura con la estatura del desastre, lo repet¨ªan con la extra?eza del que no acaba de cre¨¦rselo, como si relataran un sue?o que se hubiera introducido obstinadamente en la vigilia con la brutalidad con la que el lodo hab¨ªa irrumpido por sorpresa en sus cuartos de estar, en sus dormitorios, en sus cocinas, en sus ba?os¡
¡ªHasta aqu¨ª lleg¨® el agua.
Lleg¨® hasta el calendario y hasta los relojes deteniendo el tiempo en un instante que todav¨ªa dura, que quiz¨¢ no deje de durar el resto de sus vidas. All¨¢ donde la pintura o el papel de las paredes se levant¨® por efecto de la humedad, quedaron abundantes escaras, es decir, porciones de tejido necrosado que evocaban las heridas de la piel. Dol¨ªan tanto, de hecho, como si las llagas, en vez de en las paredes, se abrieran en sus cuerpos. Sobre los azulejos, protegidos por la capa de vidrio que los caracteriza, el lodo hab¨ªa dejado escaras de fe¨ªsimo aspecto, tan feo que podr¨ªan confundirse asimismo con el producto de un an¨®malo proceso digestivo. Nos sorprendi¨® el gusto de la calamidad por la abstracci¨®n, pues acab¨® con todo lo figurativo, incluidas las existencias de las gentes que habitaban aquellas habitaciones profundamente realistas, incluso decididamente costumbristas. Cuesta alcanzar el significado ¨²ltimo de tantas sombras dejadas por doquier, como al dictado de un extra?o destino.
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Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, adem¨¢s del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.