Cuando el r¨ªo Mi?o se convierte en un muro
Alcaldes de la frontera gallega entre Espa?a y Portugal piden a los dos pa¨ªses que coordinen su desescalada
Ante la vista del impresionante r¨ªo Mi?o cubierto de niebla y sin atisbo de final, los romanos cre¨ªan que se acababa el mundo y, que si atravesaban esa espesa bruma, se precipitar¨ªan al vac¨ªo; se trataba del famoso finis terrae que inmortalizaron 200 kil¨®metros m¨¢s arriba, en Fisterra: se dir¨ªa que los romanos no hac¨ªan m¨¢s que ver finales del mundo en Galicia, tierra propicia, sin embargo, a inventarlos.
Si el Mi?o no est¨¢ nublado, lo que ve Carlos cada ma?ana desde Vila Nova de Cerveira (Portugal) es Galicia; vive a un kil¨®metro de Espa?a y a 10 de la empresa en la que trabaja, Viveiros do R¨ªo Tollo, una producci¨®n de plantas ornamentales que acusa, como toda la industria de este tipo de plantas en la comarca pontevedresa de Baixo Mi?o, un golpe extraordinario en plena temporada. Con el estado de alarma, Carlos tiene que recorrer 30 kil¨®metros: 15 hacia Valen?a do Minho, justo en la frontera, por carretera portuguesa, y otros 15 en direcci¨®n contraria por carretera espa?ola para llegar a Tomi?o, ya en Espa?a. Un gasto en tiempo, combustible y peaje que provoca el cierre de seis de los siete puestos fronterizos (A Guarda, O Rosal, Arbo, Crecente, Salvaterra y Tomi?o) que unen los dos pa¨ªses en la provincia de Pontevedra. Solo est¨¢ abierto el principal, el del puente que une Valen?a con Tui.
Desde el establecimiento del control de fronteras hasta el pasado 21 de abril, se dieron un total de 207.486 tr¨¢nsitos entre Espa?a y Portugal, de los que 92.886 fueron en el puente de Tui-Valen?a, lo que supone un 44% del total de viajes entre los dos pa¨ªses. ¡°Las consecuencias del cierre de puentes sobre el Mi?o, dejando solo un paso, tiene el efecto equivalente a partir ciudades o pueblos por la mitad¡±, resume el profesor Xavier Mart¨ªnez Cobas, autor de un informe de urgencia de la Universidade de Vigo sobre el impacto socioecon¨®mico de la covid-19 en esta regi¨®n transfronteriza.
Carlos vive en la raia (raya), la mod¨¦lica frontera espejismo de lo que deber¨ªa ser Europa; un territorio poroso y franco en el que la gente reside y hace su vida de un lado a otro sin m¨¢s percance que la franja horaria (una hora menos en territorio luso). Carlos, como dos compa?eras de trabajo, vive en Portugal y trabaja en Galicia del mismo modo que numerosos gallegos trabajan en los pol¨ªgonos industriales de Vila Nova da Cerveira. Adem¨¢s de eso, el ir y venir por cuestiones laborales, de consumo y de ocio es continuo. Andreia Machado es una de esas compa?eras de Carlos en el vivero. Vive en Ponte da Lima, en Portugal, y hace ahora 30 kil¨®metros m¨¢s para ir a su trabajo a Tomi?o y volver. Al otro lado de la frontera y en otro ¨¢mbito laboral, To?i, m¨¦dica que reside en A Guarda y trabaja en Viana do Castelo, tiene que conducir el doble de kil¨®metros.
Los municipios en los que viven los tres, junto a nueve m¨¢s de ambos lados de la raia, se han constituido, a trav¨¦s de la Diputaci¨®n de Pontevedra y la Comunidade Intermunicipal do Alto Minho, como Agrupaci¨®n de Cooperaci¨®n Territorial del R¨ªo Mi?o Transfronterizo (AECT R¨ªo Mi?o) de la que forman parte 375.755 vecinos. Demandan la puesta en marcha de medidas que profundicen en la relaci¨®n de esta regi¨®n y disuelvan las trabas burocr¨¢ticas de quienes viven a caballo entre Portugal y Espa?a. Con la pandemia y el cierre de fronteras ha emergido de forma m¨¢s dram¨¢tica la realidad: pese a estar separados por unos pocos kil¨®metros, pertenecen a dos pa¨ªses distintos. Y el formidable da?o econ¨®mico provocado por el estado de alarma se agrava en su caso.
¡°Aqu¨ª la sociedad va m¨¢s adelantada que las Administraciones¡±, dice Ux¨ªo Ben¨ªtez, diputado provincial y director de la AECT R¨ªo Mi?o. ¡°La gente pasa la tarde en un lado tomando un par de caf¨¦s y se corta el pelo en el otro. Hay un flujo constante de gente. El cierre de los puestos fronterizos ha hecho que a trabajadores gallegos de los pol¨ªgonos industriales de Vila Nova de Cerveira, con contratos en precario, no les compense directamente ir a trabajar por el gasto que les supone¡±.
Los 12 alcaldes de las localidades que forman parte de este colectivo se han dirigido a los Gobiernos espa?ol y portugu¨¦s para que atiendan a su peculiaridad geogr¨¢fica. Piden la apertura de puestos fronterizos para los trabajadores que tienen que cruzar la raia, la devoluci¨®n de la libre circulaci¨®n cuando se extinga el estado de alarma y que la desescalada en la frontera, la m¨¢s poblada y din¨¢mica entre Espa?a y Portugal, se haga de forma coordinada. ¡°Es muy dif¨ªcil y no nos van a hacer ni caso, pero te pongo un ejemplo. El lunes, Portugal abre el peque?o comercio, su clientela es much¨ªsima gallega del otro lado de la raia, que, por supuesto, est¨¢ confinada. Si no funcionamos al mismo tiempo, habr¨¢ m¨¢s pasos as¨ª en los que se ver¨¢n perjudicados los ciudadanos y las econom¨ªas de los dos pa¨ªses¡±, explica Ben¨ªtez.
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