El misterio del secuestro en el caser¨ªo abandonado
La Ertzaintza detiene a un hombre por retener a una mujer en Villabona (Gipuzkoa) pero lo libera porque ella no presenta denuncia
El lugar invita a la sospecha. Un inmenso caser¨ªo de piedra se alza con sus tres pisos entre un amplio terreno descuidado y cercado por una valla verde a las afueras de Villabona (Gipuzkoa). El acceso, por un camino de tierra, est¨¢ encharcado y solo se escucha el trinar de los p¨¢jaros y las aguas de un riachuelo alimentado por las lluvias de la tarde. Una luz se atisba tras una de las ventanas abiertas de aquellos antiguos estudios discogr¨¢ficos hoy abandonados. La Ertzaintza detuvo este lunes a un hombre por haber retenido a una mujer durante semanas en ese caser¨®n que okupa con su hijo peque?o.
Las pesquisas comenzaron cuando la secuestrada consigui¨® hacerse con su tel¨¦fono m¨®vil y avisar a su familia de que un hombre la encerraba contra su voluntad. Una vecina, que pide anonimato, la define como una chica ¡°joven y guapa¡±. Los polic¨ªas informaron de que el hombre, de 41 a?os y que seg¨²n los locales no era de Villabona, donde ¡°nos conocemos todos¡±, la atrajo tras contactar con ella el a?o pasado bajo la promesa de trabajar cuidando de su hijo para obtener as¨ª documentaci¨®n e ingresos. La mujer lleg¨® en marzo y desde entonces supuestamente la hab¨ªa raptado bajo amenazas de muerte si alertaba de la situaci¨®n o llamaba a la Polic¨ªa. Solo cuando el captor se despist¨® pudo avisar a su familia y destaparlo todo. Sin embargo, apenas han transcurrido unos d¨ªas y el arrestado ha quedado libre porque, seg¨²n fuentes policiales, la secuestrada no ha presentado denuncia sobre lo acontecido. Fuentes del departamento de Seguridad del Gobierno vasco confirman que ha quedado en libertad con cargos. Los vecinos han notificado al Ayuntamiento que esta persona, este s¨¢bado por la ma?ana, iba ¡°murmurando de que se han dicho cosas de ¨¦l¡± y que merecen ¡°un escopetazo¡±.
Un agente asegura que al var¨®n, de mediana estatura, fibroso y de pelo corto y canoso, ya lo tienen ¡°fichado¡± por delitos menores en Villabona (casi 6.000 habitantes). Un hombre que camina por esas calles semivac¨ªas bajo la lluvia explica que tambi¨¦n ha cometido alg¨²n hurto sobre ancianos. La noticia ha sorprendido a los villabonatarras que acostumbraban a verlo tomando caf¨¦s por la zona de Arroa y con ¡°malas compa?¨ªas¡± de la localidad. Una mujer que juega con sus dos hijas junto al Ayuntamiento relata que era ¡°un t¨ªo un poco raro¡± porque manten¨ªa ¡°conversaciones subidas de tono¡± siempre junto al ni?o, de unos ocho a?os, y escolarizado en la localidad. La plataforma feminista del lugar pidi¨® que los aplausos de este viernes por la tarde se acompa?aran de una cacerolada y se colocaran prendas moradas en los balcones, para reivindicar la lucha contra las agresiones machistas. El Consistorio ha condenado el caso y la Diputaci¨®n gipuzkoana ha ofrecido ¡°todo su apoyo a la v¨ªctima de este caso de violencia machista¡±.
La imprecisi¨®n de la pista, apenas un mensaje por tel¨¦fono m¨®vil, dificult¨® que la Ertzaintza concluyera que la joven permanec¨ªa retenida en ese edificio, conocido como caser¨ªo Extezarreta. La brigada de Investigaci¨®n Criminal Central la ubic¨® en Villabona y comenzaron la b¨²squeda con el apoyo de recursos de Hernani. Los agentes, por fin, identificaron al sospechoso en esos caminos de Amasa y comenzaron a vigilar el caser¨ªo hasta que el pasado lunes vieron c¨®mo el individuo sal¨ªa de la finca en coche. Lo detuvieron en cuanto puso un pie en el suelo del centro del municipio y descubrieron que la mujer tambi¨¦n se encontraba en el veh¨ªculo.
El inmueble, al que se llega por una estrecha carretera que deja al lado de un hotel de perros enclavado entre la naturaleza, perteneci¨® a la discogr¨¢fica IZ y permit¨ªa que los m¨²sicos pudieran retirarse varios d¨ªas sin que nadie los molestara. Un hombre que lo construy¨®, que pasea por la zona, lo define como un lugar amplio y ¡°fenomenal¡± que desde su abandono ha quedado destartalado.
Una mujer que reside en las proximidades, que evita decir su nombre, explica que el detenido ¡°es una persona agradable¡± y que se saludaban y se ofrec¨ªan aquello que pudiera necesitar. Ahora bien, matiza, en ese caser¨®n no solo viv¨ªan padre e hijo: recib¨ªa habituales visitas y se ve¨ªa a varias personas o coches. Los agentes, prosigue, hab¨ªan multiplicado su presencia en la zona en las ¨²ltimas fechas hasta que finalmente fue detenido. Ella misma, conf¨ªa, vio a la secuestrada tanto en el coche del var¨®n como caminando por la zona, eso s¨ª, siempre junto a ¨¦l. ¡°Me extra?a que no aprovechara esos momentos para pedir socorro o gritar¡±, admite, aunque todo se supedita a las amenazas que ha mencionado la Ertzaintza. Ah¨ª est¨¢ el misterio. La hab¨ªan visto ¡°tres o cuatro veces¡± paseando junto al arrestado por ese pueblo a¨²n sorprendido por aquella detenci¨®n frente al supermercado y la posterior liberaci¨®n de alguien acusado de retener a otra persona en un caser¨®n abandonado donde nadie sabe lo que pasa.
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