La vieja normalidad valenciana
Solo cont¨¢bamos con el alivio de creer que cumpl¨ªamos con todos los par¨¢metros hospitalarios e indicadores epidemiol¨®gicos hasta que nos dimos de bruces
En trance de superar el l¨¦xico medieval al que nos hab¨ªamos acostumbrado y asumido con naturalidad -confinamiento, cuarentena¡- irrumpen en escena los neologismos que deber¨¢n ayudarnos a digerir una realidad cuyo alcance, comprensi¨®n y aceptaci¨®n est¨¢n por evaluar.
Repetida los ¨²ltimos d¨ªas hasta el empacho, la expresi¨®n ¡°nueva normalidad¡± -pedazo de ox¨ªmoron- ha escalado puestos en el hit parade de la terminolog¨ªa pand¨¦mica, tras ser acu?ada por el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, cuando compareci¨® para anunciar la buena nueva del ¡°desconfinamiento asim¨¦trico¡±.
De asimetr¨ªas sabemos mucho en la Comunidad Valenciana. Estamos doctorados con nota en la materia porque las venimos sufriendo -para mal- desde hace lustros, como consecuencia de la acci¨®n/inacci¨®n de ejecutivos centrales y auton¨®micos de todo signo y color pol¨ªtico. Qu¨¦ bueno ser¨ªa gozar de las mismas asimetr¨ªas que saborean desde el arranque de la democracia los ciudadanos vascos y navarros.
Me ahorro y les ahorro la retah¨ªla de ultrajes, y los resumo en un solo dato: la Comunidad Valenciana recibi¨® en 2019 del Estado una financiaci¨®n per c¨¢pita de 2.111 euros, 343 menos que la media espa?ola, situada en 2.454 euros, y a una distancia de casi mil euros por ciudadano respecto de las regiones que m¨¢s recogen. La financiaci¨®n de servicios p¨²blicos esenciales como la sanidad y la educaci¨®n dependen de esos ingresos.
La pandemia que nos asola ha exigido un esfuerzo sociosanitario notable que, obviamente, estaban en superiores condiciones de afrontar aquellas autonom¨ªas mejor financiadas. Otra historia es si los responsables pol¨ªticos de cada territorio han priorizado el gasto en el capitulo sociosanitario o han dedicado los esfuerzos econ¨®micos a otras aventuras.
La Comunidad Valenciana est¨¢ saliendo airosa del brete epid¨¦mico, en tanto se ha evitado el colapso hospitalario y se mantiene contenida la curva de contagios -10.436- y muertes - 1.264-. No restamos importancia a ninguna de estas dos cifras, ambas tr¨¢gicas porque amparan miles de dramas familiares, a los que se suma el infortunio de quienes han visto afectadas sus econom¨ªas dom¨¦sticas y observan el futuro con incertidumbre y miedo. Y no olvidamos el desconcierto en las residencias de la tercera edad, los fallecimientos all¨ª registrados y la desolaci¨®n de los familiares por no poder acompa?ar a sus parientes en sus postreros momentos.
Anunci¨® Pedro S¨¢nchez la pasada semana la creaci¨®n de un fondo auton¨®mico, dotado con 16.000 millones de euros no reembolsables, para auxiliar a las comunidades aut¨®nomas que han visto crecer sus gastos y disminuir sus ingresos a cuenta de la Covid-19. Sonaba muy bien la letra entonada por el presidente del Consell y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, al defender como criterio prioritario de reparto el poblacional. Su postura cont¨® con la complicidad del resto de fuerzas pol¨ªticas valencianas y el apoyo un¨¢nime de los agentes sociales. Era un criterio sensato y prudente que, por no variar, el gobierno central desestim¨®. De momento, 10.000 de esos 16.000 millones de euros beneficiar¨¢n a Madrid y Catalu?a, las dos autonom¨ªas donde el virus ha causado mayores estragos, s¨ª, pero tambi¨¦n los dos territorios que, sin sufrir infrafinanciaci¨®n, menos dinero han venido dedicando a sus sistemas sanitarios. Curiosa esta pol¨ªtica de gratificar a quien no se ha hecho acreedor de tal distinci¨®n.
La narrativa de medios oficiales valencianos trata de restar importancia al asunto; es la misma vieja narrativa que contemporiza desde hace a?os con las actuaciones lesivas de c¨ªclicos ejecutivos centrales, para las que siempre hay una disculpa, un ¡°s¨ª, pero¡±, o el anuncio de una promesa cuya satisfacci¨®n nunca llega. Esta vez esa narrativa oficial presenta una grieta destacada: Comprom¨ªs, socio preferencial del PSPV-PSOE en el Gobierno del Bot¨¢nico, ha calificado de ¡°nefasto¡± el criterio de reparto. Para saber si la grieta avanzar¨¢ hasta convertirse en socav¨®n o no, quedamos a la espera.
El profesor de Harvard, reconocido ensayista y te¨®rico del ¡°soft power¡± o ¡°poder blando¡±, Joseph S. Nye, defiende que el poder inteligente resulta de combinar el poder duro con el blando, y que la prudencia es una virtud moral excelsa. Por aqu¨ª andamos hastiados de tanto poder blando y tanta prudencia. Tambi¨¦n de esa vieja normalidad valenciana que nos sit¨²a siempre a la cola. Restan pendientes de reparto otros 6.000 millones de euros para cubrir los costes sociales de la pandemia y la ca¨ªda de ingresos por los tributos que gestiona cada autonom¨ªa. Pendientes estaremos de analizar qu¨¦ criterios rigen su distribuci¨®n. En materia de costes sociales, por desgracia, la Comunidad Valenciana no va a la cola, con una econom¨ªa altamente dependiente de un sector, el tur¨ªstico, que ha visto esfumarse las previsiones de dos temporadas fuertes como son la Semana Santa y el verano. En materia de destrucci¨®n de empleo no solo no somos los ¨²ltimos de la lista, sino que la encabezamos con 32.100 puestos de trabajo perdidos.
Solo cont¨¢bamos con el alivio de creer que cumpl¨ªamos con todos los par¨¢metros hospitalarios e indicadores epidemiol¨®gicos para ir superando con solvencia las fases de desconfinamiento dise?adas por el mando ¨²nico que lidera Pedro S¨¢nchez. Hasta que el viernes por la tarde nos dimos de bruces con la realidad, pese a la propaganda oficial previa, de que solo diez de las veinticuatro ¨¢reas de salud valencianas cumpl¨ªan con los requisitos exigidos para pasar a la Fase 1. Otro varapalo pol¨ªtico para Ximo Puig. La reuni¨®n telem¨¢tica que la ejecutiva federal del PSOE tiene previsto celebrar ma?ana, lunes, apunta maneras de marejada.
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