La Guardia Civil, una instituci¨®n con reglas propias
La c¨²pula del instituto armado defiende celosamente su autonom¨ªa frente a los cambios realizados por Interior
Para entender lo que est¨¢ sucediendo estos d¨ªas en la Guardia Civil es necesario recordar las particularidades de una instituci¨®n con 176 a?os de historia, que lleva por lema ¡°El honor es su divisa¡±, el cumplimiento del deber y el m¨¦rito. Un organismo acuartelado, de car¨¢cter militar, semiaislado, con su propia atenci¨®n sanitaria y su propio clero, una suerte de Estado dentro de un Estado, con un estamento muy fuerte de 34 generales, guardianes de las esencias. ¡°La c¨²pula representa a la instituci¨®n, y si desprecias a la c¨²pula, se siente despreciado hasta el ¨²ltimo guardia. Somos as¨ª de raros¡±, asegura uno de ellos.
La decisi¨®n del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de cesar al coronel Diego P¨¦rez de los Cobos ha desencadenado una secuencia de dimisiones y ceses y detonado la actual e in¨¦dita crisis de la instituci¨®n con el Gobierno. Y ha desatado la ira de la oposici¨®n. Pero, sobre todo, ha sido entendida por un poderoso sector del cuerpo como ¡°una injerencia¡± en un terreno veladamente vetado a los pol¨ªticos. ¡°Cuando llega un director o directora general le ceden el papel protagonista, le dejan que vaya a los desfiles, que d¨¦ los discursos, que inaugure instalaciones, todo lo que se vea de puertas para afuera. Pero al mismo tiempo le ponen muy claro que all¨ª no manda¡±, describen fuentes del cuerpo la actitud de su c¨²pula.
El cese de P¨¦rez de los Cobos ¡ªsin sustituto a¨²n¡ª se produjo el domingo por la noche por tel¨¦fono tras conocerse un informe elaborado por una unidad de la Polic¨ªa Judicial de la Comandancia de Madrid, que ¨¦l dirig¨ªa, y que achacaba, con m¨²ltiples elucubraciones e inexactitudes, a la manifestaci¨®n del 8-M un papel decisivo en la propagaci¨®n del coronavirus. La juez Carmen Rodr¨ªguez-Medel, que encarg¨® la investigaci¨®n, hab¨ªa citado a declarar al delegado del Gobierno en Madrid, Jos¨¦ Manuel Franco, por un presunto delito de prevaricaci¨®n al no haber prohibido la marcha feminista. Tras un informe contrario de la Abogac¨ªa del Estado, la magistrada suspendi¨® este jueves la citaci¨®n.
¡°Es indecente que todos esos ceses [al de P¨¦rez de los Cobos le sucedi¨® la dimisi¨®n del n¨²mero dos del cuerpo, el director adjunto operativo, Laurentino Ce?a, y tras este, fue apartado el mando de operaciones Fernando Santaf¨¦] los decida siempre el ministro, sin hablarlo y despacharlo con los mandos de los afectados, a quienes desprecia¡±, reprocha un alto cargo del cuerpo. ¡°No se puede ser tan soberbio y gestionar la Guardia Civil como si fuera tu cortijo¡±, remacha.
Fuentes del Ministerio del Interior insisten en que la sucesi¨®n de ceses y dimisiones se ha precipitado tras la destituci¨®n del coronel por ¡°perdida de confianza¡±, pero aseguran que formaba parte de un plan previo que iba a ser ejecutado el pr¨®ximo 2 de junio, cuando se habr¨ªa producido la salida natural del director adjunto operativo por su jubilaci¨®n. La carta de dimisi¨®n de Ce?a, presentada una semana antes de tener que irse, evidencia el gran enfado que existe en la c¨²pula, encabezada por cuatro generales de los que ya han ca¨ªdo dos. Y no se descartan m¨¢s relevos.
El ministro Marlaska ha justificado sus decisiones como un cambio ¡°normal¡± en ¡°la constituci¨®n de un nuevo equipo¡± para dar ¡°un nuevo impulso¡± a la instituci¨®n, aunque no ha explicado ni en qu¨¦ consiste ese plan ni su objetivo. ¡°Se ha elegido a personas muy competentes y con recorrido de tiempo para poder llevar a cabo cosas¡±, deslizan desde la direcci¨®n general del cuerpo.
¡°En el Consejo Superior de la Guardia Civil, ¨®rgano asesor al que solo van los generales¡±, relata otra fuente del instituto armado, ¡°eligen al m¨¢s moderno para hablar y el resto calla y deja que hable el director o directora. Luego ellos deciden por detr¨¢s sus cosas, como los ascensos¡±, asegura. ¡°Por ejemplo, hasta hace poco el jefe de gabinete del director era una persona civil, y cambiaron la norma para que a la fuerza fuese un general, en la actualidad Manuel Llamas. Lo quieren tener todo controlado¡±, insiste.
En los ascensos se computan un mont¨®n de aspectos: ¡°Destinos, cursos, puesto en promoci¨®n, evaluaciones anuales, idiomas, estudios de posgrado, condecoraciones...¡±, confirman no obstante en la direcci¨®n general. ¡°En los ascensos a general hac¨ªa m¨¢s de 15 a?os que nadie se saltaba ese orden de clasificaci¨®n por puntos¡±, asegura otro alto mando, en alusi¨®n a los recientes nombramientos, aunque reconoce que s¨ª ha habido saltos en otros niveles.
Una lista y tres vacantes
Con el cese del coronel P¨¦rez de los Cobos ¡°llov¨ªa sobre mojado¡±, apunta un alto cargo, porque la semana pasada se cubrieron tres vacantes para ascender a general y solo uno hab¨ªa salido clasificado en posiciones de ascenso. ¡°Los otros dos fueron sorpresa¡±, ironiza. ¡°Y lo peor, nadie inform¨® tampoco a la c¨²pula de por qu¨¦ esos s¨ª y aquellos que hab¨ªan sido clasificados por delante de ellos, no¡±.
La direcci¨®n general alega que todos los nombrados estaban en la lista propuesta por los generales, pero que no hay por qu¨¦ seguir el orden num¨¦rico. ¡°El ascenso a general se produce por elecci¨®n, mientras que hasta coronel es por selecci¨®n¡±, se?ala un portavoz. ¡°Los criterios para hacer la lista son objetivos y subjetivos y cambian¡±.
No es la primera vez que el Ministerio del Interior intenta remodelar una instituci¨®n de 77.000 agentes bien parapetada por su reglamento, protocolos, baremos de puntuaci¨®n, y leyes escritas y no escritas tras los muros de sus acuartelamientos.
En su etapa de ministro, Juan Ignacio Zoido, del PP, ensay¨® otra estrategia para destituir al entonces director adjunto operativo, Pablo Mart¨ªn Alonso. Acept¨® primero el nombramiento porque era el que tocaba (seg¨²n el consejo de generales) tras a?os calentando el banquillo, y le destituy¨® a los pocos meses. Pero esper¨® al verano e hizo toda una reestructuraci¨®n de la Guardia Civil y la Polic¨ªa para suprimir la figura del director adjunto operativo en ambos cuerpos y crear cuatro jefaturas centrales. Menos de un a?o despu¨¦s Marlaska decidi¨® volver a recuperar la figura suprimida por Zoido.
¡°Cuando algo lleva tanto tiempo funcionando, es de locos querer cambiarlo de esta manera¡±, critica un general. ¡°Somos disciplinados y aceptamos las ¨®rdenes, pero hay cosas que se deben explicar y no se ha hecho¡±, se?ala. ¡°Si las reglas del juego que existen, prolijas, publicadas y asentadas en la cultura institucional, no son las adecuadas, que se cambien¡±, afirma otro alto mando. ¡°Pero no podemos mantenerlas y que despu¨¦s de que cada uno ha ido eligiendo durante d¨¦cadas sus destinos, sus estudios, sus idiomas... con arreglo a ellas, en el ¨²ltimo momento todo eso no vale y lo que importa es tener un buen contacto con alguien pr¨®ximo al ministro¡±
Un antiguo ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, siempre recordaba que en una reuni¨®n de mandos se dijo: ¡°En Espa?a hay 18 comunidades, 17 y la Guardia Civil¡±. El pulso sigue.
¡°?Quieren que nos parezcamos a la Polic¨ªa?¡±
Detr¨¢s del gran enfado y las resistencias de la Guardia Civil por las ¨²ltimas destituciones, dimisiones, ceses y ascensos decididos por el ministro Fernando Grande-Marlaska, hay un temor latente: ¡°La pregunta es si es que quieren que nos parezcamos cada vez m¨¢s a la Polic¨ªa¡±.
La lanza uno de los 34 generales de la c¨²pula y pone el dedo en la llaga. Porque una buena parte del instituto armado interpreta ¡°las decisiones y las formas¡± del ministro como un ataque a su identidad y a su dignidad. ¡°Si hay algo que hist¨®ricamente nos caracteriza es que, a diferencia de la Polic¨ªa Nacional, nuestra estructura jerarquizada era m¨¢s o menos respetada¡±, se?ala un alto mando.
¡°En la Guardia Civil rigen desde hace 176 a?os unos c¨®digos que la han llevado a ser la instituci¨®n m¨¢s valorada por los espa?oles¡±, recuerda otro destacado jefe del cuerpo. ¡°Y quiz¨¢s ah¨ª encontremos el porqu¨¦ de los 176 a?os con el mismo nombre y estructura¡±, apunta un general. Esa mentalidad conservadora teme que detr¨¢s de estas decisiones no comunicadas y de ¡°un plan de impulso desconocido¡±, est¨¦ ¡°la voluntad de unificar los cuerpos [de seguridad] del ala m¨¢s radical del PSOE y de Podemos¡±. Y advierten en la c¨²pula: ¡°Nos estamos jugando muchos a?os de historia y eficacia¡±.
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