Un modelo a copiar en Catalu?a y quimera para Espa?a
El objetivo del fracasado intento de Espa?a Suma entre PP y Cs es terminar sus mandatos en las autonom¨ªas y ciudades donde gobiernan sin rupturas traum¨¢ticas
El anhelo de Espa?a Suma que humedeci¨® los ojos de Pablo Casado hace algo m¨¢s de un a?o, tras el desastre para su PP en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, se diluy¨® con el tiempo como l¨¢grimas en la lluvia. Lo rechaz¨® de entrada Vox, se limit¨® mucho para algunos territorios por las distintas ambiciones de los l¨ªderes locales de esos partidos y acab¨® el propio PP por asumir su fracaso y sus l¨ªmites. El modelo, ahora, seg¨²n fuentes de la direcci¨®n nacional del PP, es intentar copiar la candidatura conjunta si se anticipan las elecciones auton¨®micas en Catalu?a pero en ese caso con el candidato de Cs en cabeza. En el resto de Espa?a se contentan ambos partidos con gobernar juntos y sin enfrentarse demasiado en seis autonom¨ªas, para 20 millones de espa?oles, pero no hay calendario previsto para avanzar en aquella so?ada fusi¨®n.
Aquel proyecto de Casado, tras derrumbar en las urnas del 28-A al PP de Mariano Rajoy de los 137 esca?os a 66, perder 3,6 millones de votos y quedarse a apenas 200.000 papeletas y nueve esca?os de ser sobrepasados por el Ciudadanos de Albert Rivera, persegu¨ªa la reconstrucci¨®n final de todo el centro derecha bajo unas mismas siglas. Eso ahora es una quimera. La relaci¨®n personal y pol¨ªtica de Casado con In¨¦s Arrimadas y hasta con Santiago Abascal es buena, dicen que fluida y amistosa, en alg¨²n caso frecuente, con llamadas y videoconferencias durante la pandemia, pero sus partidos parecen cada vez m¨¢s distanciados. Cs ha emprendido un giro de utilidad con pactos por ahora puntuales con el Gobierno de coalici¨®n del PSOE y Unidas Podemos que le ha llevado a otra dimensi¨®n, de perspectivas desconocidas. Vox acusa al PP, por algunos acuerdos espor¨¢dicos en el Congreso para los estados de alarma o el ingreso m¨ªnimo vital, de entregarse a los socialdem¨®cratas. A Cs hace tiempo que los dieron por perdidos en su viaje al centro izquierda.
Casado sigue hablando con Arrimadas, la felicit¨® por su reciente cumplea?os la semana pasada y por su maternidad hace un mes, y lo mismo hacen los otros interlocutores al m¨¢ximo nivel de ambas formaciones, los que llevan el d¨ªa a d¨ªa de su relaci¨®n. Por parte del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, y por Cs, Jos¨¦ Mar¨ªa Espejo y Miguel Cuadrado. Hace apenas un mes organizaron una videoreuni¨®n todos juntos. Pero se centraron en otros problemas m¨¢s urgentes: la coordinaci¨®n de sus gobiernos auton¨®micos y locales, especialmente en Madrid, siempre al borde del abismo.
Para el simb¨®lico acto de este domingo bajo el ¨¢rbol de Gernika, se cruzaron algunas llamadas de coordinaci¨®n de campa?a, pero con la libertad total de mensajes. Luego las ideas se repitieron sobre el escenario: la fusi¨®n constitucionalista se circunscribe al Pa¨ªs Vasco para dar una alternativa a los no nacionalistas. Esa meta no cal¨® de ninguna manera en Galicia, por el rechazo total del PP de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y solo tendr¨¢ alg¨²n recorrido en Catalu?a, admiten en fuentes de ambas formaciones.
Los pron¨®sticos en Euskadi, sin embargo, no son nada halag¨¹e?os. Las encuestas coinciden en hundir los objetivos de ese prototipo de coalici¨®n al ¨²ltimo lugar, con unos seis esca?os, tres por debajo del peor resultado en solitario del PP. Los populares, al ceder dos puestos de salida a Cs, se quedar¨ªan con apenas cuatro actas, casi tan irrelevantes como son ya en Catalu?a. En la c¨²pula popular, en el entorno directo de Casado, aseguran que ese fiasco a corto plazo no preocupa. ¡°Pase lo que pase el 12-J, no cambiar¨¢ nada, necesitamos poner una primera piedra para empezar a construir una alternativa cre¨ªble y para eso hace falta tiempo, asentarse en la oposici¨®n¡±, avanzan. El siguiente paso ser¨¢ trabajar all¨ª juntos en el Parlamento y renacer con cargos j¨®venes y nuevos en los congresos provinciales en Euskadi. Es un plan que el PP lleva repiti¨¦ndose internamente sin demasiada convicci¨®n desde hace lustros.
El reto mayor para el PP y Cs no es ya Espa?a Suma sino acabar de gobernar juntos en las autonom¨ªas y ayuntamientos donde lo hacen, pero durante todo el mandato, sin rupturas o mociones de censura traum¨¢ticas. Cumplir sus programas. Demostrar que pueden ser ¨²tiles unidos. Y repetir la experiencia vasca en Catalu?a con sus peculiaridades, pero ya sin el carisma de Arrimadas en la cabeza del cartel y con el tir¨®n del popular y pol¨¦mico Xavier Garc¨ªa Albiol como uno de los platos fuertes del PP, al gobernar en la cuarta ciudad en poblaci¨®n de ese territorio.
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