Iglesias se mide en las urnas por primera vez desde que gobierna
La idea de Unidas Podemos de formar tripartitos en Galicia y Euskadi tiene pocas opciones
La estrategia para la primera prueba electoral de Unidas Podemos desde su entrada en el Gobierno estaba clara. Por un lado, hacer bandera de las medidas sociales aprobadas en los seis primeros meses del Ejecutivo central y, por otro, exportar el sistema de coalici¨®n para acabar con dos de los m¨¢s f¨¦rreos poderes auton¨®micos de Espa?a: el PP en Galicia y el PNV en Euskadi. A la espera de lo que pase este domingo en las urnas, la idea de crear dos tripartitos ¡ªPSOE, BNG, Galicia en Com¨²n y PSOE, EH Bildu y Podemos¡ª tiene dif¨ªcil recorrido. El presidente gallego, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, acaricia la mayor¨ªa absoluta, seg¨²n las encuestas, y en el Pa¨ªs Vasco, donde los n¨²meros podr¨ªan dar, el PSOE preferir¨ªa sostener al PNV antes que acercarse a Bildu.
La realidad se impone as¨ª a un dise?o electoral que pasaba por situar a Unidas Podemos como el actor necesario para un poder renovado y de izquierdas en ambas comunidades, pese a lo mediocres que se anticipan sus resultados. Las encuestas no vaticinan que la l¨ªnea descendente que inici¨® Podemos tras los comicios de 2016 vaya a tener una recuperaci¨®n en V por el mayor poder de los de Iglesias en Madrid. Al contrario, en Galicia podr¨ªan pasar en cuatro a?os de segunda a cuarta fuerza y en Euskadi de tercera a cuarta de ser superados por el PSOE. De confirmarse los datos, el poder territorial de Podemos en ambas comunidades quedar¨ªa bajo m¨ªnimos.
Ni siquiera enarbolar la bandera de una de las ministras mejor valoradas del Ejecutivo, la ferrolana Yolanda D¨ªaz, con sus m¨²ltiples visitas a Galicia en los ¨²ltimos d¨ªas, parece funcionar como paliativo frente a una jornada electoral que naci¨® marcada por lo excepcional. La convocatoria durante el estado de alarma y en medio de la pandemia y su celebraci¨®n acechada por los rebrotes marcar¨¢n unas elecciones auton¨®micas at¨ªpicas en las que el vicepresidente Iglesias ha retomado en su discurso p¨²blico una ret¨®rica que hab¨ªa dejado atr¨¢s con la investidura y su entrada en el Gobierno.
Podemos y su l¨ªder recurrieron en sus ¨²ltimas estrategias electorales de 2019 a mantener el dedo acusador sobre las cloacas del Estado y el espionaje al que fue sometido la formaci¨®n, acreditado a trav¨¦s de varios informes atribuidos a la polic¨ªa patri¨®tica que buscaban socavar la credibilidad de la formaci¨®n tras sus primeros ¨¦xitos electorales en 2015 y 2016. Pero esta estrategia no formaba parte del guion de campa?a de un vicepresidente segundo, como le hab¨ªan aconsejado personas de su entorno, que le hab¨ªan pedido abandonar ese tono p¨²blico tan bronco.
El giro judicial que ha dado en las ¨²ltimas semanas el caso Dina, en el que Iglesias constaba como v¨ªctima por el robo del tel¨¦fono m¨®vil a una de sus exasesoras y cuyo contenido personal y sobre el partido acab¨® publicado en varios medios, ha hecho al l¨ªder sacar la estrategia del caj¨®n. Ahora que el juez le ha quitado su condici¨®n de perjudicado para investigar por qu¨¦ no devolvi¨® la tarjeta del m¨®vil a su due?a nada m¨¢s recibirla de la revista Intervi¨², y si intent¨® da?ar el dispositivo, Iglesias ha recuperado parte de su esencia precoalici¨®n, cuando se presentaba en los m¨ªtines azuzando la connivencia del bipartidismo con las cloacas del estado y la polic¨ªa patri¨®tica.
En un acto de campa?a en Bilbao estos d¨ªas, respondi¨® as¨ª a los ataques de la oposici¨®n del PP, Ciudadanos y Vox, que han pedido su comparecencia en el Congreso para explicar qu¨¦ pas¨® con la tarjeta: ¡°Hicieron lo que no est¨¢ escrito para reventarnos y para evitar que pudi¨¦ramos estar en un Gobierno de este pa¨ªs y ahora van a hacer lo que no est¨¢ escrito para intentar sacarnos de ese Gobierno¡±.
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