La sorda batalla de la reforma laboral
Dentro del Gobierno y entre sindicatos y patronal se fragua una pugna que estallar¨¢ en septiembre si no se retoca la ley
La semana pasada, Pedro S¨¢nchez logr¨® una imagen so?ada que supuso un gran impulso para el Gobierno en plena negociaci¨®n del fondo europeo y dej¨® al PP muy aislado: patronal y sindicatos en La Moncloa, con la c¨²pula econ¨®mica del Ejecutivo, aplaudi¨¦ndose unos a otros por un gran pacto por el empleo. Todo fueron buenas palabras. El Gobierno logr¨® lanzar as¨ª un mensaje fuera y dentro: pasado lo peor, el Ejecutivo se consolida, la coalici¨®n ha venido para quedarse y la legislatura ser¨¢ larga. Y S¨¢nchez puede negociar en Bruselas con el aval de la patronal, algo muy valorado en los ambientes liberales que dominan los debates europeos.
Empresarios y sindicatos eran muy conscientes de que ese ser¨ªa el mensaje, y pese a algunas discrepancias con el Ejecutivo decidieron contribuir por un bien mayor: la estabilidad pol¨ªtica y sobre todo la necesidad de empezar con buen pie la negociaci¨®n m¨¢s dura, la de la reconstrucci¨®n, en la que el dinero p¨²blico ser¨¢ fundamental para salvar empresas y proteger a los trabajadores.
Sin embargo, por debajo de estas buenas palabras se respira, seg¨²n fuentes pol¨ªticas, sindicales y empresariales, una tensi¨®n importante que puede estallar en las pr¨®ximas semanas si no se encuentra un punto de equilibrio antes del 30 de septiembre, cuando se acaba la pr¨®rroga de los ERTE y empezar¨¢ la crisis de verdad, con decisiones en todas las empresas sobre recortes de plantilla o bajadas salariales muy fuertes.
Todos los caminos conducen ah¨ª a la reforma laboral del PP. Los empresarios y un sector del Gobierno liderado por la vicepresidenta econ¨®mica, Nadia Calvi?o, apuestan por no tocar nada de esa ley ahora. Los sindicatos y los ministros de Unidas Podemos, que en esto coinciden con las posiciones de sectores del PSOE, reclaman algunos cambios en esa reforma cuanto antes precisamente para evitar que las empresas utilicen el gran margen que da el texto del PP, de 2012, para despedir barato y forzar una devaluaci¨®n salarial brutal en este oto?o con descuelgues de los convenios.
De momento la paz social es la norma en la crisis del coronavirus. El Gobierno, con la ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, como principal negociadora con patronal y sindicatos, ha logrado acordar con los agentes sociales todos los pasos. Pero por debajo las cosas no son tan sencillas. Ha habido tensiones muy fuertes en la negociaci¨®n. El l¨ªder de la patronal, Antonio Garamendi, ha estado a punto de romper ese di¨¢logo en varias ocasiones. Y ha dejado claro que la reforma laboral del PP es su l¨ªnea roja.
De hecho, en la elaboraci¨®n del documento del acuerdo por el empleo que se firm¨® la semana pasada los empresarios lograron imponer que no hubiera una sola referencia al cambio de las partes m¨¢s lesivas de la reforma laboral que est¨¢ en el programa de Gobierno. No hab¨ªa ninguna menci¨®n expl¨ªcita a la reforma.
Sin embargo, los sindicatos ya han lanzado un mensaje muy claro al Gobierno: si en septiembre no hay avances en el di¨¢logo social en las cuestiones m¨¢s lesivas de esa reforma y que ya se estaban negociando antes del coronavirus ¡ªnegociaci¨®n colectiva, prevalencia de los convenios de sector, ultraactividad¡ª le van a exigir que legisle sin esperar a los empresarios o se acabar¨¢ la paz social.
En el Gobierno creen que habr¨¢ acuerdo, pero ya se ven los primeros s¨ªntomas de tensi¨®n. Unai Sordo, l¨ªder de CC OO, lanz¨® el jueves un mensaje en Twitter despu¨¦s de una entrevista de S¨¢nchez en Eldiario.es en la que dijo que para retocar la reforma tiene que haber consenso. ¡°Es preocupante que el presidente otorgue derecho de veto a la patronal respecto a la reforma laboral. Es el camino m¨¢s directo para que permanezca intacta. Una reforma pensada para reducir los salarios puede ser letal en oto?o¡±, escribi¨® Sordo.
La posibilidad de movilizaciones de los sindicatos o incluso de una huelga general no est¨¢ ni de lejos encima de la mesa ahora. La negociaci¨®n es la norma. Un escenario de huelga, que ya sufri¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero por la anterior reforma laboral, ser¨ªa muy dif¨ªcil de gestionar para una coalici¨®n de PSOE y Unidas Podemos. Por eso todas las fuentes consultadas creen que se encontrar¨¢ un acuerdo, aunque no parece sencillo.
La patronal se siente m¨¢s fuerte para intentar frenar cualquier ajuste de esa reforma despu¨¦s del fiasco de la negociaci¨®n con Bildu. El PSOE pact¨® por escrito con este partido y con Unidas Podemos una ¡°derogaci¨®n ¨ªntegra¡±. Los empresarios se indignaron, ejercieron su presi¨®n y el Gobierno rectific¨® ese acuerdo en horas. La tensi¨®n dej¨® en evidencia la distancia entre Calvi?o, que logr¨® desautorizar el pacto, y Pablo Iglesias, que lo defendi¨®.
Esa disputa ha debilitado a los que apostaban por presionar a los empresarios para que aceptaran al menos unos primeros retoques para afrontar el oto?o con m¨¢s garant¨ªas para los trabajadores. Fuentes del Ejecutivo se?alan que Calvi?o reforz¨® su posici¨®n en esa batalla. Pero Iglesias y D¨ªaz, apoyados por sectores del PSOE que defienden ajustar al menos esos aspectos de la reforma laboral, mantienen la presi¨®n.
Ahora todo depender¨¢ de la capacidad de influencia que tengan la patronal, los sindicatos y los diversos sectores del Gobierno en el presidente, que toma la decisi¨®n. Y tambi¨¦n de la situaci¨®n econ¨®mica que se encuentren en septiembre. Si la crisis se agudiza y el paro se dispara, la capacidad de negociaci¨®n de los sindicatos ser¨¢ mucho menor.
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