La noche de los 40 terremotos en Granada: ¡°?bamos buscando espacios sin ¨¢rboles ni edificios¡±
Peque?os da?os en la Alhambra, colegios cerrados y un temor extendido entre la poblaci¨®n son las secuelas de los se¨ªsmos en la ciudad andaluza
Los t¨¦cnicos insisten en transmitir un mensaje de tranquilidad y de calma, pero a la poblaci¨®n de Granada le est¨¢ costando asumir ese mensaje. El ¨²ltimo terremoto de una larga serie, de magnitud 3, ha sacudido la zona pasada la una del mediod¨ªa de este mi¨¦rcoles. Es el nuevo cap¨ªtulo, hasta el momento, de la sucesi¨®n de temblores que comenz¨® con un crac a las 22.36 de este martes y que sobresalt¨® a los habitantes, en torno al medio mill¨®n, de la ciudad andaluza y de su ¨¢rea metropolitana. Pero fue solo el principio de una noche inacabable: ese crujido fue el inicio de un terremoto largo de magnitud 4,2 que se repiti¨® ocho minutos despu¨¦s con la misma fuerza y que diez minutos trajo otro a¨²n mayor, de 4,5, que definitivamente empuj¨® a la gente a la calle. Los se¨ªsmos han dejado un balance de peque?os desperfectos en la Alhambra, el cierre de algunos centros escolares y, sobre todo, una sensaci¨®n extendida de temor.
Hasta 40 terremotos, unos m¨¢s perceptibles que otros, han acompa?ado el sue?o, o m¨¢s bien el duermevela, de los granadinos. Muchos de quienes salieron a la calle volvieron a su casa pasada la medianoche. Algunos han pasado la noche en sus coches o en la calle. Belinda es una de ellas. Trabaja en un almac¨¦n de productos ecol¨®gicos y vive en Santa Fe, a diez minutos de la capital y epicentro de la secuencia de terremotos. Se refugi¨® en su coche, aparcado en un terreno de olivos de su familia. All¨ª ha hecho noche. ¡°Ten¨ªamos mucho miedo. Por el d¨ªa, todav¨ªa, pero con la oscuridad y el silencio de la noche... uf, eso lo llevamos muy mal y decidimos irnos al campo, donde no tuvi¨¦ramos peligro¡°. Al olivar se fue con su madre y su hermano, en un coche. Dos primos en otro coche y dos t¨ªos en un tercer veh¨ªculo los acompa?aron. Asegura Belinda que conoce a m¨¢s gente que ha hecho igual que ellos y no est¨¢ segura de no volver a hacerlo esta pr¨®xima noche. La pasada, dice, no durmi¨® ni un solo minuto.
Peor suerte ha tenido Mar, de 35 a?os, propietaria del almac¨¦n donde trabaja Belinda. ¡°El falso techo de una de las oficinas se nos ha ca¨ªdo y hemos tenido que clausurarla¡±. Afortunadamente, no ha habido da?os personales. Iba camino de la calle, tras el segundo terremoto, cuando ocurri¨® el tercero, el m¨¢s fuerte. ¡°No volvimos a casa hasta la una de la madrugada¡±, se?ala. Como a tantos particulares que han sufrido da?os, la tendr¨¢ que indemnizar el Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros, una entidad p¨²blica a cargo de la cobertura de los riesgos extraordinarios como terremotos. ¡°Esto no lo indemniza el seguro de cada uno¡±, explica Mar, que va a documentar con fotos los destrozos y los reparar¨¢. El consorcio ver¨¢ las fotos cuando llegue su turno y le dar¨¢ una valoraci¨®n, asegura, independientemente de lo que le haya costado el arreglo. A mediod¨ªa del mi¨¦rcoles, ninguna instituci¨®n hab¨ªa hecho una valoraci¨®n econ¨®mica global de da?os.
En Granada capital vive la artista Bel¨¦n Mazuecos, de algo m¨¢s de 40 a?os. Su piso es un s¨¦ptimo en un edificio en la zona residencial de Parque Almunia. Tras el segundo terremoto decidi¨® bajar a la calle, por si acaso, pero su peor sensaci¨®n a¨²n no hab¨ªa llegado: ¡°El tercer terremoto, y eso que est¨¢bamos ya en la calle, fue un momento de p¨¢nico muy grande: La tierra se movi¨® como si fuera a abrirse y la estructura del edificio de al lado cruji¨® haciendo un ruido horrible¡±, asegura. En ese momento, ¡°Pedro [su marido] y yo nos preocupamos bastante porque pensamos que la siguiente podr¨ªa ir a m¨¢s y que pasar¨ªa una tragedia¡±. Por eso, la pareja se alej¨® de los edificios: ¡°Nos alejamos de la gente porque ¨ªbamos buscando espacios sin ¨¢rboles ni edificios y evitando la multitud por si entraba en p¨¢nico y sal¨ªa corriendo en alguna r¨¦plica¡±. Su ejemplo lo siguieron numerosas personas. La explanada del Palacio de Congresos de la ciudad, un espacio amplio sin edificaciones altas, se llen¨® de gente hasta bien entrada la noche. Como sensaci¨®n peculiar recuerda la de los p¨¢jaros: ¡°En esta zona hay muchos y cuando bajamos, pasadas las once menos cuarto de la noche, hab¨ªa un revuelo y un alboroto impresionante, casi como si fuera de d¨ªa¡±.
El dilema entre covid y terremoto
El profesor universitario Alberto Casta?eda vive en Cijuela, un pueblo peque?o no muy lejos de Santa Fe. Casado y con tres hijos, todos se fueron a la calle, ¡°como muchos en el pueblo¡±, tras los terremotos. ¡°Decidimos sacar los coches a la calle para tener libertad de movimientos en caso de que pasara algo pero, finalmente, a la una volvimos¡±. El dilema de Alberto horas despu¨¦s del terremoto es serio. Su padre vive solo en Santa Fe y tiene miedo. ¡°Es persona de riesgo y vive solo. He estado todos estos meses vi¨¦ndolo respetando la distancia de seguridad y con mascarilla¡±, asegura. ¡°?Qu¨¦ hacemos ahora? Yo lo traer¨ªa conmigo, pero los ni?os van a clase, entran y salen¡±. Su dilema se lo plantean muchas familias: se debaten entre la pandemia y los se¨ªsmos, en quebrar o no los mecanismos de seguridad que se han mantenido durante mucho tiempo para no dejar solos a quienes temen ¨Cmuchos de los consultados¨C que lleguen nuevos se¨ªsmos.
Ana Garc¨ªa, de 50 a?os, vive en un tercero en el centro de Granada. Tras los tres primeros terremotos, decidi¨® bajarse a la calle con dos de sus hijos. ¡°La sensaci¨®n de inseguridad en la casa se me hac¨ªa insoportable y me parec¨ªa, probablemente incorrectamente, menor en la calle¡±. Sobre las 00.30 se volvi¨® a casa, ¡°una vez que hab¨ªa pasado un tiempo prudencial... y porque hac¨ªa mucho fr¨ªo. Pero no se me hab¨ªa quitado el miedo¡±. Este martes ha sentido el terremoto en casa, mientras hac¨ªa una videoconferencia y al otro lado ten¨ªa a un mexicano. ¡°Para nosotros eso son cosquillas¡±, ha comentado este desde el otro lado de la pantalla.
Da?os en la Alhambra
Por otro lado, pasada la noche, la ma?ana del mi¨¦rcoles ha sido el momento de inspeccionar edificios e instalaciones. La Alhambra, uno de los espacios que m¨¢s terremotos ha sufrido en Granada por sus ocho siglos de historia, ha sido en esta ocasi¨®n uno de los perjudicados, aunque con da?os menores. La direcci¨®n del monumento ha informado de dos anomal¨ªas concretas, una en la Torre de las Gallinas, fuera de los espacios visitables, cuyas almenas pueden haber sufrido da?os estructurales, y otra en la cuesta de los Chinos, uno de los accesos peatonales al monumento, en la que han aparecido oquedades y fisuras paralelas al suelo que han obligado a cerrar la v¨ªa. Trabajadores del complejo monumental han informado de que algunos ciudadanos acudieron al bosque de la Alhambra huyendo de los se¨ªsmos nocturnos, pero fueron advertidos de que esa zona no era especialmente segura por la posibilidad de que se cayeran ramas.
En Santa Fe, el alcalde Manuel Gil decidi¨® tras los terremotos cerrar los centros escolares de la localidad y dejar a los estudiantes en casa este mi¨¦rcoles hasta que pudieran llevarse a cabo las tareas de inspecci¨®n t¨¦cnica necesarias para garantizar la seguridad de los j¨®venes. El cierre ha afectado a nueve centros de la localidad de todos los niveles educativos. Es la ¨²nica ciudad que ha tomado esta medida.
En la capital, el teniente de alcalde, C¨¦sar D¨ªaz, ha explicado que los da?os en las viviendas hasta ahora han sido ¡°m¨¢s est¨¦ticos que estructurales¡± y ha contado que la ciudad activ¨® el s¨¢bado su plan s¨ªsmico, que se pone en marcha a partir de terremotos de intensidad 4 en la ciudad o en su ¨¢rea circundante. Seg¨²n D¨ªaz, la ciudad ¡°est¨¢ preparada¡± y tiene los medios operativos de bomberos, salvamento y protecci¨®n civil para estos casos ¡°y para que tengamos tranquilidad¡±. Su recomendaci¨®n es la de quedarse donde se est¨¢ en el momento del temblor, sea en la calle o en la casa y protegerse bien, ha explicado el responsable del servicio de bomberos de la ciudad.
A pesar del ruido y de lo aparatoso de la situaci¨®n, de una serie de temblores que se remonta realmente a diciembre aunque hasta ahora no han sido tan claramente percibidos, tanto los t¨¦cnicos en prevenci¨®n y seguridad como los cient¨ªficos insisten, con cautela, en que no deber¨ªa ir a m¨¢s, que no va a darse un gran terremoto. Como ha explicado a este diario Jes¨²s Galindo Zald¨ªvar, catedr¨¢tico de Geodin¨¢mica en la Universidad de Granada y vicedirector del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, ¡°es mejor sufrir de cuando en cuando una serie de peque?os se¨ªsmos que tener un gran periodo en el que no se rompe nada y la energ¨ªa se acumule en el interior de la Tierra, porque luego saltar¨¢ de golpe¡±. Galindo achaca esta serie o enjambre s¨ªsmico al constante acercamiento de las placas euroasi¨¢tica y africana que libera energ¨ªa y provoca movimiento en bajo la cuenca de Granada. Los estudios m¨¢s relevantes en este momento, seg¨²n Galindo Zald¨ªvar, hacen prever movimientos menores a 6 de magnitud, lo que no es comparable, seg¨²n los investigadores, a los grandes terremotos que sacuden Chile o Jap¨®n cada cierto tiempo.
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