S¨¢nchez piropea a Vox
El presidente reconoce ¡°sentido de Estado¡± a Abascal, antes de que el Congreso estalle en un clamor contra el ¡°discurso del odio¡± de la extrema derecha
En cuatro horas en el Congreso de los Diputados se puede pasar f¨¢cilmente del elogio al apedreamiento. A las nueve de la ma?ana de este mi¨¦rcoles, Santiago Abascal era, seg¨²n dijo el presidente del Gobierno, un l¨ªder con ¡°destellos de sentido de Estado y de responsabilidad¡±, no como Pablo Casado, un dirigente que solo ha tra¨ªdo ¡°mala sombra¡±. A la hora del verm¨², el Congreso estallaba en un clamor tras otra desaforada diatriba de Vox, el partido de Abascal, contra la ¡°invasi¨®n inmigratoria¡±. De la CUP a Ciudadanos, de ??igo Errej¨®n al PNV, algunos con intervenciones enardecidas, deploraron el ¡°discurso del odio¡± de la extrema derecha. Fue entonces cuando los socialistas, que tanto hab¨ªan aplaudido a S¨¢nchez cuatro horas antes, dedicaron una ovaci¨®n a¨²n mayor a su compa?ero Luc Andr¨¦ Diouf, el ¨²nico diputado nacido en ?frica. Diouf, de origen senegal¨¦s, hab¨ªa replicado al partido de Abascal con una contundente intervenci¨®n, en la que lo situ¨® ¡°fuera del Estado de derecho¡±.
Si cuatro horas pueden dar tanto de s¨ª en el Congreso, en tres meses y medio hay tiempo de sobra para dejar el panorama irreconocible. El pasado octubre, era el l¨ªder del PP el que se imbu¨ªa de ¡°sentido de Estado¡± por plantar cara a la moci¨®n de censura de Abascal. Casado, seg¨²n Vox, se erig¨ªa en un nuevo cargo del Gobierno: ¡°Ministro de la oposici¨®n¡±. En el inicio de febrero, es Vox el investido de responsabilidad por haber permitido con su abstenci¨®n que la semana pasada se aprobase el plan de ejecuci¨®n de los fondos europeos, rechazado por el PP. Y ahora le toca alzar la voz a los populares para se?alar al partido de Abascal como ¡°nuevo socio del Gobierno Frankenstein¡±.
Las secuelas de la sorprendente votaci¨®n sobre los fondos europeos se apoderaron este mi¨¦rcoles de la primera sesi¨®n de control al Gobierno del nuevo a?o. Casado acus¨® a Pedro S¨¢nchez de querer usar el dinero de Europa para ¡°comprar voluntades¡± y de ocultar al Parlamento un informe del Consejo de Estado muy cr¨ªtico, seg¨²n los populares, con el modo en que el Ejecutivo pretende gestionarlo. Sobre el auxilio prestado por Vox a S¨¢nchez, el l¨ªder de la oposici¨®n se burl¨®: ¡°Cualquier d¨ªa se le ve disfrazado con cuernos de b¨²falo, junto a los asaltantes del Capitolio¡±.
¡°Empieza usted el a?o con la misma mala sombra que proyecta desde que dirige el PP¡±, se arranc¨® S¨¢nchez en la r¨¦plica. El presidente reproch¨® una vez m¨¢s a Casado su nula colaboraci¨®n con el Gobierno en un momento como este y ah¨ª sac¨® a relucir la reciente actitud de Vox. ¡°Incluso el se?or Abascal tiene m¨¢s responsabilidad y sentido de Estado que usted¡±, le espet¨®. La frase la repiti¨® como reconocimiento al propio Abascal en su duelo posterior con el l¨ªder de Vox, aunque a?adi¨® el matiz de que son ¡°destellos de responsabilidad¡±. S¨¢nchez lo dijo as¨ª en respuesta a una intervenci¨®n del dirigente ultra en la que este hab¨ªa lanzado las m¨¢s atroces advertencias sobre la ¡°invasi¨®n inmigratoria¡±, incluida una de las im¨¢genes ret¨®ricas predilectas de su grupo: ¡°Los inmigrantes ilegales se ba?an en las piscinas de los hoteles, mientras los espa?oles est¨¢n en la cola del paro¡±. Ni esas palabras ni que el propio S¨¢nchez acusase a Vox de usar las redes sociales ¡°para propagar la mentira masiva¡± reprimieron al presidente de reconocer a Abascal su auxilio con los fondos europeos.
La denuncia del PP de que el Gobierno oculta un informe del Consejo de Estado sobre la gesti¨®n de las ayudas de la UE provoc¨® cierto revuelo. Sobre todo, porque el Gobierno no dio m¨¢s respuesta que el silencio. Ni S¨¢nchez ni los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias se refirieron siquiera al asunto, pese a que Casado y sus segundos se lo preguntaron directa y reiteradamente. Pocos minutos despu¨¦s, Calvo se dej¨® caer por el patio del Congreso, donde le esperaba la prensa, y ah¨ª s¨ª explic¨® lo que no hab¨ªa querido decir en el hemiciclo: el informe se pidi¨® para uso del Gobierno y, seg¨²n ella, este no tiene ninguna obligaci¨®n legal de mandarlo al Parlamento. El PP va a pedir a Mesa de la C¨¢mara que reclame al Ejecutivo la entrega del documento.
Los elogios del presidente a Abascal se desvanecieron en cuanto se inici¨® el debate de una incendiaria moci¨®n de Vox sobre inmigraci¨®n. De lanzar las llamaradas sobre el hemiciclo se encarg¨® la diputada Roc¨ªo de Meer, fustigadora habitual en las redes sociales de los ¡°estercoleros multiculturales¡± en que se han convertido, seg¨²n ella, algunos barrios espa?oles y que en el Congreso suele acabar sus intervenciones con la proclama: ¡°O patria o globalismo¡±. De Meer nunca defrauda: pint¨® un pa¨ªs sometido a una ¡°invasi¨®n¡±, amenazado en su ¡°integridad territorial¡±, azotado por la delincuencia y las ¡°mafias de las ONG¡±, y acobardado ante todo eso por la ¡°religi¨®n buenista¡± imperante. ¡°No vamos a tolerar la islamizaci¨®n de Espa?a¡±, declar¨® con tono de advertencia.
La reacci¨®n general de los grupos fue una mezcla de indignaci¨®n, estupor y cierta desolaci¨®n. Las palabras casi pod¨ªan intercambiarse entre los portavoces: ¡°Est¨¢n echando gasolina al fuego¡±, ¡°agitan las m¨¢s bajas pasiones¡±, ¡°esparcen mentiras e infundios¡±. Ese tipo de expresiones se escucharon no solo en boca de Mireia Veh¨ª, de la CUP, o de Isabel Franco, de Unidas Podemos, sino de Miguel Guti¨¦rrez, de Ciudadanos, y hasta de Mikel Legarda, del PNV, que ser¨ªa uno de los favoritos en un premio al parlamentario m¨¢s templado de la C¨¢mara. En ese ambiente, las viejas rencillas se disiparon por un instante y diputados de Unidas Podemos, junto a otros socialistas, aplaudieron a rabiar a Errej¨®n cuando parafrase¨® a la propia De Meer para espetarle: ¡°Son ustedes un estercolero moral¡±. Isabel Pozueta, de EH Bildu, renunci¨® a debatir y lo resumi¨® todo en ¡°son ustedes unos fascistas¡±. Muy molesto, el portavoz de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, protest¨® por una expresi¨®n que ¡°ofende el decoro de la C¨¢mara¡±. Con m¨¢s sutileza y un tono sentido, Luc Andr¨¦ Diouf lo expuso as¨ª: ¡°Hay que marcar distancias entre los que defienden la democracia y los que se acercan al fascismo¡±. De ese modo acab¨® la ma?ana que hab¨ªa comenzado entre piropos a Vox.
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