El PP se ovaciona a s¨ª mismo
Las v¨ªctimas del 14-F, Casado y Arrimadas, huyen del choque frontal con S¨¢nchez y se refugian en los ataques al vicepresidente segundo
La papeleta para Pablo Casado era imposible de antemano: comparecer en la sesi¨®n de control al Gobierno en el Congreso tras ser apaleado en las urnas y cuestionado en su partido. As¨ª que el l¨ªder del PP se refugi¨® este mi¨¦rcoles entre las grandes ovaciones de los suyos ¡ªesa forma de autoplauso¡ª, evit¨® el choque frontal con Pedro S¨¢nchez y busc¨® el m¨¢s socorrido recurso de centrarse en repartir le?a a un Pablo Iglesias feliz con ese protagonismo regalado. Las chanzas al PP de sus rivales se daban por supuestas, y Casado no entr¨® al trapo. S¨¢nchez recurri¨® a un cl¨¢sico cinematogr¨¢fico, El Sirviente, de Joseph Losey, para tratarlo de subalterno de Vox. Menos sutil, Iglesias le llam¨® ¡°pagafantas de la ultraderecha¡±. ¡°Pat¨¦tico¡±, remach¨® el vicepresidente segundo.
Casi tanto como las dotes para la oratoria o el conocimiento de las materias, a un buen diputado se le exige un talento especial para el aplauso. Hay algunos parlamentarios ¡ªsobre todo de los grupos grandes¡ª de los que se recuerdan tan pocas intervenciones en la tribuna como abundantes actuaciones estelares batiendo palmas en el esca?o. Esa relevancia pol¨ªtica del aplauso es algo que aprenden r¨¢pido los reci¨¦n llegados al Congreso. Los de Vox ya se han licenciado en la materia: cada intervenci¨®n de un diputado suyo, a cualquier hora del d¨ªa y sobre cualquier tema, es saludado por una entusiasta ovaci¨®n de todos sus compa?eros puestos en pie. El espectador queda con la sensaci¨®n de que, sin darse cuenta, tal vez haya asistido a algo as¨ª como al discurso de Abraham Lincoln en Gettysburg.
El PP hizo lo propio este mi¨¦rcoles. Las dos intervenciones de Casado fueron aclamadas por los suyos con el estruendo casi de una sesi¨®n de investidura. Esos aplausos ten¨ªan un mensaje pol¨ªtico ¡ªadhesi¨®n al l¨ªder en horas bajas¡ª como lo tuvo, minutos despu¨¦s, la ausencia de ellos en las bancadas del Gobierno. En contra de la costumbre, los socialistas no aplaudieron la intervenci¨®n de Iglesias. La versi¨®n oficial niega que fuese premeditado. Lo que nadie pod¨ªa negar era que el ambiente en el Congreso ¡ªen el hemiciclo y en los pasillos¡ª estaba cargado de reproches entre los socios del Gobierno, despu¨¦s de que la v¨ªspera Unidas Podemos se negase a apoyar la ley Zerolo de los socialistas mientras los socialistas no acepten apoyar la ley trans de Unidas Podemos.
Casado ten¨ªa enfrente a S¨¢nchez para echarle en cara todo lo que ha venido denunciando su partido en los ¨²ltimos d¨ªas como justificaci¨®n a la debacle en las elecciones catalanas, esas maquinaciones para perjudicarles que los populares atribuyen al CIS y a la Fiscal¨ªa. Nada de eso sali¨® este mi¨¦rcoles de la boca del jefe del partido. Casado se ci?¨® a pedir la dimisi¨®n de Iglesias por lo que llam¨® sus ¡°infamias¡±: cuestionar la calidad de la democracia espa?ola y criticar a jueces y medios de comunicaci¨®n.
Por el mismo camino se condujo la otra gran v¨ªctima del 14-F, la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas, quien lleg¨® a responsabilizar a Unidas Podemos por los incidentes en Barcelona tras el encarcelamiento del rapero Pablo Has¨¦l. Por muy tenso que estuviese el ambiente en el Gobierno ¡ªque lo estaba¡ª ni Casado ni Arrimadas lograron abrir el menor resquicio por ah¨ª. M¨¢s bien al contrario: la l¨ªder de Ciudadanos se top¨® con un reconocimiento del presidente del Gobierno al papel de los comunistas en la lucha por la democracia en Espa?a.
Aprovechando el cruce dial¨¦ctico con Casado, el presidente trat¨® de quitarse de encima su controvertido mensaje de hace dos semanas, en la anterior sesi¨®n de control al Gobierno, cuando sostuvo que Vox tiene ¡°incluso m¨¢s sentido de Estado¡± que el PP. Esta vez, S¨¢nchez descalific¨® al partido de Santiago Abascal, al que acus¨® entre otras cosas de incitar al odio a los inmigrantes, e invit¨® a Casado, entre apelaciones a su responsabilidad, a no dejarse ¡°comer¡± por la extrema derecha. Tanto a ¨¦l como a Arrimadas les pidi¨® que rompan todos los pactos con Vox. Minutos m¨¢s tarde, S¨¢nchez pudo o¨ªr a su vicepresidente segundo desmarcarse ¡ªsin que nadie se lo pidiese¡ª de las palabras sobre el ¡°sentido de Estado¡± de Abascal. Durante un debate con la diputada de Vox Macarena Olona, Iglesias le quiso aclarar: ¡°Yo no creo que la suya sea una fuerza pol¨ªtica con ninguna altura de Estado¡±.
Sobre la formaci¨®n de Gobierno en Catalu?a, los socialistas, empezando por el propio S¨¢nchez, lanzaron mensajes a ERC para que rompa con Junts y busque lo que el presidente defini¨® como una ¡°salida de izquierdas¡±. El jefe del Ejecutivo estuvo inusualmente duro con la diputada de Junts M¨ªriam Nogueras, a quien acus¨® de acoger en sus filas corrientes ¡°xen¨®fobas¡±. El mensaje lo reforzar¨ªa despu¨¦s el socialista catal¨¢n Jos¨¦ Zaragoza, quien pidi¨® m¨¢s expl¨ªcitamente a Esquerra que ¡°deje de gobernar con la derecha¡± y equipar¨® a Junts con Vox al afirmar: ¡°Los xen¨®fobos son igual en castellano que en catal¨¢n¡±. Fue durante el debate de una moci¨®n de ERC que ped¨ªa un refer¨¦ndum inmediato y que ser¨¢ rechazada hoy en la C¨¢mara. Tampoco aqu¨ª votar¨¢n lo mismo el PSOE (no) que Unidas Podemos (abstenci¨®n), aunque esta discrepancia s¨ª estaba pactada de antemano.
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