¡°Corinna Larsen quiso usar el Palacio Real para una conferencia de lujo¡±
Exministros del PP y del PSOE explican por qu¨¦ la relaci¨®n de don Juan Carlos se convirti¨® en un ¡°asunto de Estado¡±


¡°En 2006, Corinna Larsen intent¨® que se celebrara, ni m¨¢s ni menos que en el Palacio Real, una conferencia internacional contra la falsificaci¨®n de art¨ªculos de lujo¡±. Un exministro socialista pone este ejemplo para ilustrar c¨®mo la relaci¨®n entre don Juan Carlos y Corinna Larsen se convirti¨® en ¡°asunto de Estado¡±. ¡°Quer¨ªa aprovechar la imagen del Rey. Dec¨ªa que necesitaba apoyo oficial, pero el Gobierno no se dej¨® convencer. Ah¨ª ya empez¨¢bamos a saber algo de Corinna. El Palacio Real se puede prestar a una conferencia de paz de Oriente Medio, pero no para que una mujer gane dinero. Cuando vio que aqu¨ª no ten¨ªa futuro desde el punto de vista de gesti¨®n de influencias con el Gobierno, y ah¨ª incluyo a los de Zapatero y los de Rajoy, enfoc¨® sus negocios al extranjero¡±, a?ade.
Don Juan Carlos instal¨® a su amante en un chal¨¦ reformado durante sus a?os de relaci¨®n en la finca conocida como La Angorrilla, pr¨®xima a La Zarzuela. ¡°Le gustaba invitar a ministros casados en segundas nupcias para que cenaran all¨ª con ellos¡±, recuerda un exministro de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo, titular de Exteriores entre 2011 y 2016, se reuni¨® all¨ª dos veces con Corinna y don Juan Carlos. ¡°El Rey me dijo: ¡®Creo que tendr¨ªas que conocerla. Vente a comer¡±, recuerda. ¡°La conoc¨ª como la conocieron otras muchas personas. Yo quer¨ªa saber d¨®nde nos est¨¢bamos moviendo. Siendo mon¨¢rquico y miembro del Gobierno no puedes decir ¡®no quiero enterarme de lo que est¨¢ pasando¡¯. Mi preocupaci¨®n era el propio Rey, que nadie se aprovechase de ¨¦l¡±, relata.
Hablaron en ingl¨¦s durante cerca de una hora. ¡°Me dio unos papeles que oje¨¦ luego en el coche, unos informes que hab¨ªa hecho ella, muy gen¨¦ricos, sobre Oriente Medio, Europa¡ En las reuniones no hablamos de nada muy concreto. A m¨ª no me parec¨ªa prudente profundizar en ning¨²n tema pol¨ªtico y ninguno lo hizo. En aquel momento, no ten¨ªa elementos de juicio para pensar que era una comisionista. Se ve¨ªa que ten¨ªa mucho conocimiento del mundo social. De hecho, luego fue asesora del Principado de M¨®naco. No intercambiamos tel¨¦fonos, aunque recuerdo que en Navidad me mand¨® unos huevos de Pascua. Luego habl¨¦ con Rajoy. Le dije: ¡®He conocido a Corinna. Me pareci¨® una mujer culta y muy atractiva¡¯. Pero a ra¨ªz de esas reuniones no se hizo ninguna gesti¨®n. El Estado no necesitaba nada de Corinna¡±, zanja Margallo.
M¨¢s adelante, en una rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros, los periodistas preguntaron a la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa si el Gobierno hab¨ªa hecho alguna gesti¨®n con o para Larsen. ¡°Con gran sorpresa¡±, relata Margallo, ¡°Soraya me pas¨® la pregunta y yo dije que el Ministerio de Asuntos Exteriores no le hab¨ªa encomendado nada y que si alg¨²n otro departamento lo hab¨ªa hecho, yo no estaba en condiciones de saberlo. A Soraya no le gust¨® nada la respuesta, ?pero qu¨¦ iba a decir? Yo, de lo que s¨ª era consciente, y por lo que estaba preocupado, era por la reina Sof¨ªa, por la que tengo un gran afecto. La familia real tiene que ser ejemplar, es su valor, y un divorcio hubiese sido muy mal entendido. El tema mercantil ni lo sospechaba, pero eso s¨ª nos preocupaba mucho, aunque nunca le dije al Rey ¡®no te divorcies¡¯. Cualquiera que lo conozca sabe que si le dices eso, sales por la ventana¡±.
Todos los ministros consultados, tanto del PP como del PSOE, admiten que esa relaci¨®n, ¡°a diferencia de otras anteriores¡±, alarm¨® al Ejecutivo. ¡°Corinna no era la primera. El Rey ha tenido varias parejas, mujeres muy discretas y conscientes de que su conducta pod¨ªa perjudicar a la instituci¨®n. Corinna rompi¨® ese esquema. Empieza a hacer negocios utiliz¨¢ndole a ¨¦l y eso enciende las alarmas del Gobierno¡±, rememora otro ministro de Rajoy. ¡°Lo que pens¨¢bamos es que ella le utilizaba, no que el Rey se estuviera beneficiando econ¨®micamente¡±.
En este contexto, el director del CNI, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, se desplaz¨® a Londres en 2012 para pedirle a Corinna que dejara de ver al Rey. Los ministros consultados coinciden en que la operaci¨®n fue una chapuza. ¡°Si de m¨ª hubiese dependido, a la reuni¨®n con Corinna no hubiese asistido ning¨²n alto cargo¡±, afirma Jos¨¦ Bono. ¡°Pero a¨²n en el caso de que hubiesen considerado necesario ese contacto ?por qu¨¦ mandar al jefe de los servicios secretos?¡±, se pregunta. El episodio lleg¨® a juicio el pasado enero. Sanz Rold¨¢n denunci¨® por injurias al comisario jubilado Jos¨¦ Manuel Villarejo, quien asegur¨® que el jefe del CNI hab¨ªa amenazado a la examante del Rey. La querella provoc¨® que el juez citara a declarar por videoconferencia a Larsen, quien asegur¨® haberse sentido ¡°aterrorizada¡± por la visita de Sanz Rold¨¢n. Villarejo fue finalmente absuelto.
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