Espa?a 2050
Pedro S¨¢nchez presenta el pr¨®ximo jueves la estrategia nacional a largo plazo en la que han colaborado acad¨¦micos de m¨¢s de 30 universidades y firman 100 autores
Como dice mi admirado Sergio del Molino: ¡°Ni somos tan pocos, ni estamos tan aislados ni somos tan fr¨¢giles. La comunidad llamada Espa?a sigue siendo posible¡±. Fue as¨ª como sucedi¨® todo, d¨¢ndole una vuelta m¨¢s al pa¨ªs que nunca fue como tantos otros en el pasado, y forjado bajo la ilusi¨®n de una visi¨®n tan humilde y sencilla como llena de esperanza: la Espa?a que nos merecemos. ¡°Tenemos un proyecto de presente y renovaci¨®n para modernizar Espa?a, pero para lograrlo, el largo plazo lo es todo. Conseguirlo no ser¨¢ f¨¢cil, pero no es imposible¡±. Esas fueron las palabras del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, cuando nos pidi¨® al equipo del Gabinete de la Presidencia del Gobierno dar un impulso estrat¨¦gico a la disciplina de la Prospectiva en Espa?a a lo largo de esta legislatura. El reto se sintetizaba en dos palabras: Espa?a 2050.
El presidente fue muy n¨ªtido y ejecutivo como es ¨¦l: Espa?a no solo no pod¨ªa quedarse atr¨¢s en esta carrera hacia el futuro que otras grandes democracias llevan a?os practicando, sino que deb¨ªamos tomar posiciones y situarnos en primera l¨ªnea de salida, tanto a nivel nacional como internacional. Con las ideas muy claras: abandonando toda tentativa cortoplacista o partidista, donde los horizontes temporales se recortan dr¨¢sticamente y lo urgente tiende siempre a eclipsar lo importante; alej¨¢ndonos de cualquier estrechez de miras que impide prepararnos para aprovechar oportunidades y superar los obst¨¢culos que nos dificultan competir, por ejemplo, con las econom¨ªas asi¨¢ticas, inspiradas m¨¢s que la nuestra en el largo plazo; y elev¨¢ndonos tambi¨¦n para no limitarnos, con el deseo inherente de los espa?oles de avanzar desarrollando todo el potencial real de nuestro pa¨ªs.
Y fue desde estas bases que en enero de 2020 el presidente constituy¨® la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia. Nos sum¨¢bamos as¨ª a una pr¨¢ctica de las naciones m¨¢s avanzadas del mundo. Pero hab¨ªa algo m¨¢s: en realidad, aunque quiz¨¢s no todos lo recuerden, retom¨¢bamos la senda iniciada en el a?o 1976 por el expresidente Adolfo Su¨¢rez. Durante la Transici¨®n se estableci¨®, tambi¨¦n como ahora en el seno de la Presidencia del Gobierno, un Instituto Nacional de Prospectiva con el mandato de estudiar ¡°con un car¨¢cter multidisciplinar los problemas del futuro¡± y asistir al pa¨ªs en aquellos a?os clave.
Espa?a se enfrenta hoy a una d¨¦cada de cambios tan vertiginosa y decisiva como la de entonces, precipitados por los efectos disruptivos de la pandemia y la aceleraci¨®n de grandes desaf¨ªos como el cambio clim¨¢tico, la digitalizaci¨®n, el envejecimiento, el reto demogr¨¢fico, la cohesi¨®n social, la igualdad entre hombres y mujeres o las transformaciones del orden global. Nuestro pa¨ªs, al igual que otras democracias de nuestro entorno, afronta tres grandes fragmentaciones que a la vez son retos para nuestra sociedad: la territorial, la generacional y la ideol¨®gica.
En este contexto de enormes incertidumbres y transformaciones, resulta imprescindible en la gesti¨®n y pr¨¢ctica p¨²blica que Espa?a tenga la capacidad de mirar m¨¢s all¨¢ del presente inmediato, y profundizar sobre los retos y oportunidades que traer¨¢n las pr¨®ximas d¨¦cadas. Espa?a 2050 es una visi¨®n, un ejercicio, una reflexi¨®n, un horizonte, un compromiso, un territorio y un espacio de di¨¢logo para medir, analizar y actuar.
Por fortuna, cada vez m¨¢s pa¨ªses est¨¢n abriendo los ojos a este desaf¨ªo: el de tratar de lidiar con los cambios antes de que sean demasiado grandes; antes de que la brecha entre el presente y el futuro se incremente. As¨ª lo demuestra la creaci¨®n de unidades de prospectiva estrat¨¦gica en Alemania, Canad¨¢, Estados Unidos, Francia, Finlandia, Singapur, Suecia y Reino Unido, entre otros, pero tambi¨¦n organismos internacionales como la OCDE, la OTAN, o la Comisi¨®n Europea.
No se trata de adivinar el futuro. Nadie tiene, ni en la pol¨ªtica ni en la vida, el algoritmo del ¨¦xito. Se trata de entender mejor el futuro mediante el an¨¢lisis riguroso de la evidencia emp¨ªrica, y de articular los di¨¢logos sociales necesarios para construirlo, unidos desde el rigor y la vocaci¨®n de acuerdo que requieren todas las pol¨ªticas de largo plazo en una democracia madura y plena como lo es Espa?a.
Nuestro pa¨ªs es muy dado a reflexionar sobre su pasado. Esto es determinante, porque en el pasado encontramos las claves para entender de d¨®nde venimos y lo que somos; all¨ª habitan nuestros monstruos y, por supuesto, nuestros mejores sue?os. Sin embargo, tanto la generaci¨®n de la democracia como la de la Transici¨®n sabemos que ni el pasado ni el presente pueden cambiarse: solo el futuro puede ser modificado. Es en el futuro donde viviremos el resto de nuestras vidas, donde crecer¨¢n nuestras hijas e hijos, donde seremos abuelas y abuelos y prosperar¨¢n nuestros pueblos y ciudades. Parece, por tanto, sensato dedicarle un espacio al futuro. Una parte de nuestros desvelos, esfuerzos y objetivos.
Vienen d¨¦cadas de cambios profundos y acelerados. Si sabemos aprovecharlos, Espa?a podr¨ªa resolver viejos problemas enquistados y alcanzar unas cotas de desarrollo econ¨®mico y bienestar social que hoy apenas llegamos a vislumbrar. Pero para lograrlo como generaci¨®n, se necesitar¨¢ un plan concreto, y tiempo. El tiempo lo es todo en pol¨ªtica: tiempo para deliberar y construir acuerdos; tiempo para dise?ar, testear e implementar las pol¨ªticas adecuadas.
Vivimos, adem¨¢s, tiempos no l¨ªquidos. Nuestra realidad, aunque as¨ª lo creyera Zygmunt Bauman, ya no nos cabe en un vaso de agua. Nuestros tiempos son gaseosos. En el ritmo fren¨¦tico de nuestra actividad pol¨ªtica, econ¨®mica, social o cultural, no siempre podemos dedicar ni el tiempo que quisi¨¦ramos ni los recursos necesarios para planificar el futuro. Internet y la globalizaci¨®n han convertido la esfera p¨²blica, al igual que las redes sociales, en un torbellino dominado por la inmediatez, en el que ¡°la actualidad¡± apenas dura unas horas, cuando no segundos, y los acontecimientos se suceden unos tras otros a una velocidad vertiginosa. Cada noticia reemplaza a la anterior sin que apenas haya tiempo para analizarlas con el sosiego y la profundidad necesarios.
Espa?a 2050 s¨ª lo hace. Es un documento vivo, y el primer paso para un gran di¨¢logo nacional a trav¨¦s de un ejercicio sobre nuestro futuro in¨¦dito hasta ahora, realizado mano a mano entre la Administraci¨®n p¨²blica y la sociedad civil. Sin escatimar en tiempo ni en consenso. Mirando unidos al porvenir.
A las 11.30 del pr¨®ximo jueves 20 de mayo, en el Auditorio Reina Sof¨ªa de Madrid y bajo el t¨ªtulo Fundamentos para una Estrategia Nacional de Largo Plazo, el presidente del Gobierno, junto al vicepresidente de Relaciones Institucionales y Prospectiva de la Comisi¨®n Europea, Maros Sefcovic, presentar¨¢ el ejercicio en el que llevamos trabajando, con discreci¨®n, desde hace m¨¢s de un a?o en Espa?a.
Se trata de un ejercicio de Estado protagonizado por diferentes expertos e instituciones, y por encima de ideolog¨ªas y de partidos. Los principios para la Estrategia se construyen sobre m¨¢s de 1.600 referencias bibliogr¨¢ficas, modelizaciones matem¨¢ticas y 350 gr¨¢ficos basados en 500 series de datos. Hemos estudiado los principales modelos anticipatorios del mundo. Hemos colaborado con acad¨¦micos de m¨¢s de 30 universidades, y con organismos como el Banco de Espa?a, la Comisi¨®n Europea, la OCDE o la AIReF. Y el resultado final, el informe Espa?a 2050, lo firman exactamente 100 autores, a quienes queremos agradecer su participaci¨®n.
La Oficina est¨¢ compuesta por un equipo multidisciplinar liderado por Diego Rubio, con j¨®venes investigadores, licenciados y/o doctorados en econom¨ªa, historia, sociolog¨ªa, ciencias pol¨ªticas, derecho y ciencias ambientales con una media de edad de 35 a?os. Para el presidente siempre ha sido fundamental incorporar a los proyectos en marcha a la generaci¨®n de la democracia, porque es el principal motor de nuestro pa¨ªs. Desde su constituci¨®n, la Oficina est¨¢ en contacto permanente con sus hom¨®logas en todo el mundo. Ya se ha unido a la European Government Foresight Network, y los primeros resultados est¨¢n llegando: la Comisi¨®n Europea nos comunic¨® hace unos d¨ªas que los trabajos de Espa?a, que presentamos esta semana, han sido seleccionados junto al Informe de las oficinas de Francia y Finlandia (con d¨¦cadas de historia en la disciplina del Foresight) como tres buenos ejemplos en Europa para inspirar a las oficinas de los pa¨ªses de los dem¨¢s Estados miembros.
La comunidad llamada Espa?a sigue siendo posible. El nuestro es uno de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo. Y quienes tenemos el privilegio de habitar en ¨¦l, lo sabemos. Nace algo nuevo. Hay se?al frente al ruido. Ni somos tan pocos, ni estamos tan aislados ni somos tan fr¨¢giles. Lleg¨® nuestro momento.
Iv¨¢n Redondo es director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de Espa?a.
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