Gonz¨¢lez Laya: ¡°Espa?a nunca busc¨® esta crisis ni la alimenta¡±
Rabat corta la comunicaci¨®n con Madrid y presiona para que se juzgue al l¨ªder del Polisario hospitalizado en Logro?o
¡±Espa?a nunca busc¨® esta crisis, ni la alimenta. Lo que queremos es dejarla atr¨¢s lo antes posible¡±, reflexiona la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha Gonz¨¢lez Laya, en conversaci¨®n con EL PA?S, al finalizar una semana en la que Espa?a ha vivido su mayor choque con Marruecos desde la toma del islote de Perejil, en 2002. ¡°Somos respetuosos en nuestras relaciones con todos los pa¨ªses, pero tambi¨¦n pedimos que lo sean con nosotros¡±, a?ade. Es consciente de que la crisis est¨¢ lejos de terminar, aunque Espa?a haya decidido no responder a los gestos hostiles que llegan del otro lado del Estrecho y no vaya a llamar a consultas a su embajador en Rabat, como ha hecho Marruecos con su representante en Madrid.
Una marea humana se abati¨® el pasado lunes sobre Ceuta. Primero fueron decenas de personas. Luego cientos. Al cabo de 36 horas, casi 8.000. Ni?os, adolescentes, familias enteras se arrojaban al mar para rodear el espig¨®n que separa Marruecos de la playa del Tarajal, ante la mirada complaciente de su polic¨ªa y la alarma de la espa?ola. Al menos dos hombres se ahogaron.
¡°Se les ha ido de las manos¡±, concluye un diplom¨¢tico buen conocedor de la zona. ¡°Lo que hemos visto estos d¨ªas no son subsaharianos a los que Marruecos estuviera impidiendo llegar a Europa, sino j¨®venes marroqu¨ªes que se juegan la vida para salir de su pa¨ªs, como si huyeran de una guerra o una calamidad¡±. Muchos de los que salieron cuando corri¨® la voz de que el paso estaba abierto, agrega, ¡°eran marroqu¨ªes que, tras el cierre de la frontera con Ceuta debido a la covid hace un a?o, se quedaron sin sustento¡±. Rabat ha intentado contrarrestar el da?o que estas im¨¢genes han hecho a su reputaci¨®n internacional acusando a la polic¨ªa espa?ola de maltratar a los inmigrantes, pero el intento es vano: todo el mundo pudo ver lo que pas¨®.
Poco despu¨¦s de comenzar la avalancha del lunes, las autoridades espa?olas pidieron explicaciones a Rabat, que contest¨® con excusas. El ministro de Exteriores marroqu¨ª, Nasser Burita, apelar¨ªa m¨¢s tarde a la ¡°fatiga¡± de sus guardias tras los tres d¨ªas de fiesta que siguen al final del ayuno del Ramad¨¢n. Contra toda evidencia, el Gobierno espa?ol se resist¨ªa a culpar al pa¨ªs vecino, como si lo que pasaba fuera fruto de un fen¨®meno meteorol¨®gico. Hasta que no le qued¨® otro remedio.
Una semana antes, el 8 de mayo, el Ministerio de Exteriores marroqu¨ª ya hab¨ªa puesto por escrito su amenaza: Espa?a no deb¨ªa ¡°minimizar el impacto grave¡± en las relaciones bilaterales de la decisi¨®n de acoger en un hospital al l¨ªder del Frente Polisario, Brahim Gali. Rabat ¡°tomaba nota¡± de la decisi¨®n ¡°premeditada¡± de Madrid de no informarle de ello y sacar¨ªa ¡°todas las consecuencias¡± de un gesto que consideraba hostil, conclu¨ªa el comunicado.
El presidente de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), que no reconoce Espa?a, aterriz¨® el 18 de abril en la base de Zaragoza en un avi¨®n medicalizado de la Presidencia de Argelia, desde donde fue llevado en ambulancia al hospital San Pedro de Logro?o. Contra lo que sostiene Rabat, Gali entr¨® en Espa?a con un pasaporte diplom¨¢tico argelino a su nombre, aunque se registr¨® en el hospital con identidad falsa por razones de seguridad.
La petici¨®n de hospitalizar a Gali, de 71 a?os, gravemente enfermo de coronavirus (lleg¨® intubado y al borde de la muerte) se la traslad¨® el ministro de Exteriores argelino, Saabri Boukadoum, a su hom¨®loga espa?ola. Tras consultar con La Moncloa, Gonz¨¢lez Laya accedi¨® a la petici¨®n ¡°por razones estrictamente humanitarias¡±, pese a las objeciones del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien advirti¨® de las consecuencias de un enfado de Marruecos para el control de la inmigraci¨®n. La titular de Defensa, Margarita Robles, aconsej¨® avisar antes a Rabat.
Esa era la intenci¨®n de la jefa de la diplomacia espa?ola, seg¨²n fuentes gubernamentales, pero el aviso se demor¨® porque Espa?a estaba pugnando entonces para que la UE no incluyera a Marruecos en su lista gris de para¨ªsos fiscales, al trasponer la reciente decisi¨®n del Grupo de Acci¨®n Financiera Internacional (GAFI) sobre pa¨ªses con deficiencias en la lucha contra el lavado de dinero y la financiaci¨®n del terrorismo ¡ªlo que implicaba trabas en el acceso a los organismos de cr¨¦dito¡ª, y no quiso mezclar ambos asuntos.
Las autoridades marroqu¨ªes consideraron una ¡°deslealtad¡± que Espa?a no les avisara de que hab¨ªa decidido dar acogida a su mayor enemigo ¡ªRabat y el Frente Polisario retomaron las hostilidades el pasado noviembre tras 30 a?os de tregua¡ª y dieron por rota la confianza entre ambas partes, lo que ser¨¢ muy dif¨ªcil recomponer. Madrid alega que tampoco Marruecos avis¨® de decisiones que afectaban a Espa?a, como el cierre de la aduana comercial con Melilla, el 31 de julio de 2018. ¡°No se puede exigir aquello que t¨² no das¡±.
El pasado 22 de abril, a los cuatro d¨ªas de su llegada, el semanario Jeune Afrique revelaba la hospitalizaci¨®n del l¨ªder del Polisario en Espa?a. Para el espionaje marroqu¨ª, que tiene en Espa?a y Argelia sus principales objetivos, no fue dif¨ªcil enterarse. El servicio secreto espa?ol, el CNI, ni siquiera particip¨® en la operaci¨®n y fue informado cuando la decisi¨®n estaba tomada.
Marruecos convoc¨® dos d¨ªas despu¨¦s al embajador de Espa?a en Rabat, Ricardo D¨ªez-Hochleitner, para mostrarle su malestar y pedirle unas explicaciones que Espa?a ofreci¨® con tanta profusi¨®n como escaso ¨¦xito. Durante tres semanas, Rabat medit¨® cu¨¢ndo y d¨®nde dar su respuesta: tras el Ramad¨¢n en Ceuta, uno de los ¡°presidios¡±, como llama Rabat a las dos ciudades aut¨®nomas.
El primer ministro marroqu¨ª, Saadeddine El Othmani, lo dijo en diciembre pasado: ¡°Llegar¨¢ el d¨ªa en que habr¨¢ que abrir el dosier de Ceuta y Melilla con Espa?a¡±, pero ¡°primero hay que arreglar definitivamente el asunto del S¨¢hara, que es nuestra prioridad absoluta¡±, puntualiz¨®. Mohamed VI no ha renunciado nunca a la anexi¨®n de las dos plazas espa?olas del norte de ?frica, pero considera que esa tarea no le corresponde a su generaci¨®n sino a la de su hijo. Su empe?o es completar la obra de su padre, que gan¨® la guerra del S¨¢hara Occidental y ocup¨® la mayor parte del territorio, pero no logr¨® el reconocimiento internacional a su conquista. Ese es el legado con el que el actual rey pretende pasar a la historia.
El sue?o de Mohamed VI pareci¨® al alcance de la mano el pasado 10 de diciembre, cuando un Donald Trump de salida de la Casa Blanca reconoci¨® la marroquinidad del S¨¢hara. Como moneda de cambio, el establecimiento de relaciones con Israel. Casi un anatema para quien es no solo jefe pol¨ªtico sino tambi¨¦n religioso de Marruecos.
Los acontecimientos se precipitaron. El 10 de enero ¡ª10 d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n de Biden¡ª el embajador de Estados Unidos en Rabat, David Fischer, visitaba Dajla, la antigua Villa Cisneros, para lo que se anunci¨® como apertura del primer consulado estadounidense en el S¨¢hara y se qued¨® en una visita protocolaria. Quienes s¨ª han abierto consulados en la antigua colonia espa?ola, desde enero de 2020, son una veintena de pa¨ªses ¨¢rabes y africanos (adem¨¢s del paup¨¦rrimo Hait¨ª), la mayor parte de los cuales carecen de nacionales en el territorio y, por tanto, de clientes para sus servicios consulares. Seg¨²n la prensa argelina, varios de ellos han recibido a cambio compromisos de cuantiosas inversiones marroqu¨ªes en su territorio.
El ¨²ltimo gran objetivo en la carrera por afianzar el reconocimiento internacional de la anexi¨®n del S¨¢hara era la UE. Y el sospechoso de actuar como caballo de Troya de Marruecos, Francia. El 13 de abril, el secretario de Estado franc¨¦s de Asuntos Europeos, Cl¨¦ment Beaune, tuvo que salir al paso de la apertura en Dajla de una antena de En Marcha, el partido del presidente Macron. ¡°Se trata de una iniciativa local que lamento y que no cambia en nada la posici¨®n de Francia sobre un asunto muy sensible¡±, se excus¨®.
La piedra con la que tropez¨® Marruecos fue Alemania. El 22 de diciembre pasado, el embajador germano ante la ONU, Christoph Heusgen convoc¨® una reuni¨®n del Consejo de Seguridad (del que formaba parte en el bienio 2019-20) y afe¨® ¡°a los amigos americanos¡± que hubieran incumplido su obligaci¨®n de abordar el conflicto del S¨¢hara ¡°en el marco de la legalidad internacional¡±. Esgrimiendo confusos agravios, Marruecos cort¨® en marzo pasado la colaboraci¨®n con la Embajada germana en Rabat y en mayo llam¨® a consultas a su embajador en Berl¨ªn.
Espa?a se mantuvo al margen del conflicto hasta que la llegada de Gali la meti¨® de hoz y coz. El argumento de que la acogida humanitaria es pr¨¢ctica aceptada por la comunidad internacional (el dictador Mobutu del Congo muri¨® de c¨¢ncer en Marruecos) no convenci¨® a Rabat, que busc¨® separar a los pa¨ªses europeos supuestamente hostiles de los dem¨¢s y de las instituciones de la UE.
Desde que estall¨® la crisis no ha habido ninguna comunicaci¨®n de alto nivel entre Espa?a y Marruecos, reconocen fuentes diplom¨¢ticas, m¨¢s all¨¢ de la entrevista que Gonz¨¢lez Laya mantuvo el martes con la embajadora Karima Benyaich antes de que abandonara Espa?a. En cambio, Rabat mantiene las l¨ªneas abiertas con la UE y tanto el comisario de Vecindad y Ampliaci¨®n, Oliv¨¦r V¨¢rhelyi, como el alto representante de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, hablaron a partir del mi¨¦rcoles con Burita. Ambos le transmitieron, seg¨²n las fuentes consultadas, ¡°un mensaje contundente¡± de respaldo a Espa?a y le dejaron claro que el control de la inmigraci¨®n es un asunto de ¡°m¨¢xima sensibilidad y prioridad¡± para la UE.
Tras poner fin a lo que pretend¨ªa ser una exhibici¨®n de fuerza en Ceuta, Marruecos ha cambiado de t¨¢ctica y ahora su objetivo es condicionar el futuro de Gali, citado el 1 de junio por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz para declarar como imputado por sendas querellas en las que se le acusa de detenci¨®n ilegal, torturas o genocidio contra disidentes saharauis.
La embajadora marroqu¨ª ley¨® el viernes ante la prensa un comunicado en el que asegur¨® que la comparecencia del l¨ªder del Polisario ante Pedraz ser¨¢ ¡°un test para la independencia de la justicia espa?ola¡±, en la que dijo confiar plenamente, y una prueba para saber si Espa?a ¡°opta por reforzar relaciones con Marruecos o prefiere colaborar con sus enemigos¡±. La diplom¨¢tica no dej¨® claro si lo que pretende Rabat es solo que Gali acuda a declarar o que el juez tome medidas contra ¨¦l.
¡°No quisi¨¦remos pensar que Rabat condiciona la normalizaci¨®n de las relaciones a algo que no est¨¢ en la mano del Gobierno¡±, alegan fuentes diplom¨¢ticas, recordando que en Espa?a rige la separaci¨®n de poderes.
Cuando autoriz¨® su traslado, el Gobierno espa?ol advirti¨® a Argelia de la existencia de denuncias contra Gali y de que este no gozar¨ªa de ning¨²n tipo de inmunidad ante la justicia. Pedraz se ha negado hasta ahora a dictar medidas cautelares contra ¨¦l, pero podr¨ªa hacerlo cuando le tome declaraci¨®n. Por el contrario, si Gali se marchara de Espa?a sin declarar ante el juez, este podr¨ªa dictar una orden de detenci¨®n a trav¨¦s de Interpol que pesar¨ªa como una espada de Damocles sobre su cabeza en los pr¨®ximos a?os. ¡°No nos corresponde decidir sobre eso¡±, alegan fuentes gubernamentales, ¡°nuestro compromiso era curarlo. Los temas que tenga con la justicia los debe resolver ¨¦l¡±.
Un alto cargo marroqu¨ª de Exteriores asegur¨® el s¨¢bado que ¡°cuatro generales de un pa¨ªs magreb¨ª¡± (Argelia) habr¨ªan sido c¨®mplices del traslado de Gali a Espa?a y anunci¨® que los servicios secretos de Rabat, ¡°entre los m¨¢s eficaces¡± del mundo, desvelar¨¢n ¡°m¨¢s detalles en el momento oportuno¡±. En realidad, el l¨ªder del Polisario lleg¨® en un avi¨®n oficial, no con el apoyo de cuatro generales, sino del propio Estado argelino. Y eso no hace falta que lo descubra el espionaje marroqu¨ª, porque lo ha reconocido el Gobierno espa?ol.
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