Francia marca distancias con Marruecos en la crisis de Ceuta
La inestabilidad de la frontera en el Mediterr¨¢neo preocupa al gobierno europeo m¨¢s fiel a Mohamed VI y obliga a Macron a modular su alianza
Juan Carlos I llamaba ¡°hermano mayor¡± a Has¨¢n II. Cuando el monarca marroqu¨ª muri¨®, en 1999, el entonces rey de Espa?a le dijo al hijo de aquel, Mohamed VI: ¡°Ahora el hermano mayor soy yo¡±. El expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cuenta la an¨¦cdota en El compromiso del poder. Memorias II (Planeta, 2013), pero a?ade que, en realidad, el verdadero hermano mayor no era Juan Carlos I sino Jacques Chirac. El presidente franc¨¦s conoc¨ªa a Mohamed desde que este era ni?o y ten¨ªa una influencia sobre ¨¦l con la que ning¨²n otro l¨ªder habr¨ªa podido so?ar.
La relaci¨®n entre Marruecos, Francia y Espa?a siempre ha tenido algo de tri¨¢ngulo familiar, un asunto de hermanos y primos en el que, como en muchas familias, se entrelazan el afecto con los complejos, los intereses compartidos con el resentimiento. En este tri¨¢ngulo Par¨ªs ejerc¨ªa un papel preponderante, una potencia tradicionalmente protectora de los intereses de Rabat, aunque fuese en perjuicio de los espa?oles.
Ya no siempre es as¨ª. Hace dos semanas, Marruecos dej¨® de vigilar temporalmente la frontera que separa a ese pa¨ªs de la ciudad aut¨®noma de Ceuta, enclave espa?ol en el norte de ?frica. Cruzaron de golpe unas 9.000 personas. Las im¨¢genes de inmigrantes a punto de ahogarse, incluidos menores, dieron la vuelta al mundo. Unos d¨ªas antes, Espa?a hab¨ªa acogido a Brahim Gali, l¨ªder del Frente Polisario, que defiende la independencia del S¨¢hara Occidental ocupado por Marruecos.
Es posible que, en la ¨¦poca de Chirac, presidente de la Rep¨²blica entre 1995 y 2007, Francia hubiese respaldado a Marruecos, como hizo en 2002 cuando gendarmes marroqu¨ªes ocuparon el islote espa?ol de Perejil. Esta vez, sin embargo, fue distinto: Par¨ªs se aline¨® con los socios europeos. ¡°Ha habido un episodio en el que se ha puesto a Espa?a en dificultad en su relaci¨®n con Marruecos¡±, resumi¨® el lunes, en la cadena BFMTV, el secretario de Estado para Europa, Cl¨¦ment Beaune. Y a?adi¨®: ¡°Apoyamos a Espa?a¡±.
¡°Por una vez, Francia no toma partido por Marruecos¡±, analiza el veterano periodista Jean-Pierre Tuquoi, autor de varios libros sobre Marruecos y el Magreb. Tuquoi cita el editorial del diario Le Monde, publicado hace unos d¨ªas. ¡°La reputaci¨®n internacional de Marruecos queda muy degradada¡±, juzga el editorial. El periodista apostilla: ¡°Es Le Monde, pero refleja en cierta manera la situaci¨®n de la diplomacia francesa respecto a Marruecos¡±. Y a?ade: ¡°Es un cambio incre¨ªble, cuando se piensa en todos los a?os en los que Francia defendi¨® siempre a Marruecos ante la UE, ante Argelia, ante todo el mundo¡±.
El apoyo franc¨¦s a Espa?a se apoya en un dato fundamental: en Ceuta est¨¢ en juego una frontera europea. Y buena parte de las personas que entran en Europa por las costas italianas o espa?olas se dirige a Francia. A un a?o de unas elecciones presidenciales en las que la extrema derecha tiene opciones de ganar, para Emmanuel Macron ser¨ªa una pesadilla que Marruecos abriese las puertas de la UE. ¡°Pienso que Francia no pod¨ªa hacer otra cosa, es lo m¨ªnimo¡±, sostiene Khadija Mohsen-Finan, docente en la Universidad Par¨ªs 1 y especialista en Marruecos y el Magreb. ¡°Quiz¨¢ esta crisis no cambie las cosas, pero ha levantado el velo. Se ha visto que Marruecos es capaz de ir muy lejos: lanzar a sus hijos al mar, instrumentalizar a su juventud, que est¨¢ desesperada¡±.
En Francia se ha procurado distinguir la inhibici¨®n marroqu¨ª en el control de la frontera ceut¨ª del choque entre Madrid y Rabat por la hospitalizaci¨®n de Brahim Gali en Logro?o, detonante de la crisis. En el primer caso, se ha expresado solidaridad con Espa?a; en el segundo, no. ¡°La cuesti¨®n de la acogida de una personalidad del Polisario ata?e a la relaci¨®n hispano-marroqu¨ª¡±, explica Christian Cambon, presidente de la comisi¨®n de Exteriores y Defensa del Senado franc¨¦s, donde dirige el grupo de amistad Francia-Marruecos. ¡°En lo que respecta a los flujos migratorios, existe una responsabilidad europea que nos afecta a todos¡±. Cambon, miembro del partido de derechas Los Republicanos, a?ade: ¡°No estamos m¨¢s a favor de Espa?a que de Marruecos, ni menos de Espa?a que de Marruecos. Son dos amigos, dos aliados, pa¨ªses que sin duda deben trabajar juntos¡±.
No todos en el Gobierno han sido tan rotundos como el secretario de Estado Beaune. El ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, dijo que Espa?a e Italia ¡°controlan mal¡± sus fronteras. El jefe de la diplomacia, Jean-Yves Le Drian, habl¨® de ¡°una relaci¨®n bastante complicada entre Espa?a y Marruecos¡±, y dese¨® que ¡°se restablezca de la mejor manera posible¡±, como si fuese un contencioso bilateral. Ante la Asamblea Nacional, Le Drian describi¨® a Marruecos como un ¡°socio esencial de Francia¡± y ¡°crucial¡± de la UE.
En la relaci¨®n entre Francia y Marruecos hay un componente hist¨®rico: el protectorado que, junto a la dinast¨ªa alau¨ª, moderniz¨® el pa¨ªs, y una descolonizaci¨®n sin el trauma de la vecina Argelia. Hay un componente emocional: unos dos millones de marroqu¨ªes o franco-marroqu¨ªes que residen en Francia y el apego de una parte de las ¨¦lites francesas al pa¨ªs norteafricano.
La ¡®realpolitik¡¯
Y hay un tercer componente, el de la realpolitik, los intereses. Estos son econ¨®micos. Y geopol¨ªticos: Marruecos es un polo de estabilidad en una zona convulsa y un aliado en la lucha contra el terrorismo. Esto fue motivo de un encontronazo en 2014, cuando Fran?ois Hollande presid¨ªa Francia. Un juez franc¨¦s convoc¨® al poderoso jefe de la seguridad marroqu¨ª, Abdelatif Hamuchi, para que respondiera frente a varias denuncias de torturas. Marruecos replic¨® suspendiendo durante un a?o la cooperaci¨®n judicial.
¡°Cuando Marruecos no est¨¢ contento con su socio, no duda en golpear donde m¨¢s duele¡±, dice un antiguo diplom¨¢tico franc¨¦s, que pide mantenerse en el anonimato. En el caso de Francia, era la lucha antiterrorista a unos meses de la ola de atentados en los que, finalmente, result¨® decisiva la ayuda marroqu¨ª para localizar a los terroristas. En el caso de Espa?a, es la frontera de las ciudades aut¨®nomas de Ceuta y Melilla: la integridad territorial.
La qu¨ªmica entre presidentes como Chirac y los monarcas alau¨ªes se ha perdido. Hoy a Macron le preocupa m¨¢s Argelia, en su intento por cerrar las heridas de la guerra de independencia. Nunca fue asiduo de los palacios marroqu¨ªes: no se considera hermano, ni peque?o ni mayor. ¡°Hay una toma de distancia¡±, dice el historiador Pierre Vermeren, autor de Le Marroc. Un royaume de paradoxes en 100 questions (Marruecos. Un reino de paradojas en 100 preguntas).
La inc¨®gnita es si se trata de una posici¨®n puntual por el episodio de Ceuta o refleja un cambio de fondo. ¡°Soy esc¨¦ptica. Francia necesita un aliado en el Magreb¡±, argumenta Mohsen-Finan. ¡°Hay que plantear qui¨¦nes son nuestros aliados, y no estoy segura de que Francia vaya a hacerlo: dir¨¢ que es una crisis que ha pasado¡±.
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