Detenidos cuatro trabajadores de la c¨¢rcel de Valdemoro acusados de introducir droga durante la pandemia
La Guardia Civil registra con ayuda de perros las taquillas de los sospechosos y dos celdas del penal madrile?o


La Guardia Civil ha detenido este lunes a cuatro trabajadores del Centro Penitenciario de Madrid III, en la localidad de Valdemoro, acusados de introducir droga durante la pandemia, cuando las c¨¢rceles espa?olas fueron aisladas del exterior. Tras los arrestos, los agentes han registrado, con la ayuda de perros adiestrados en la detecci¨®n de estupefaciente, las taquillas que los detenidos, tres hombres y una mujer, utilizaban en los vestuarios para el personal del penal, as¨ª como de dos celdas del m¨®dulo 7 de la c¨¢rcel, uno de los que alberga a presos conflictivos, seg¨²n han informado a EL PA?S fuentes cercanas a las pesquisas y han confirmado compa?eros de los afectados. En una de las celdas se localiz¨®, al menos, un tel¨¦fono m¨®vil, objeto cuya tenencia y uso est¨¢n prohibidos a los reclusos. Fuentes del instituto armado y de Instituciones Penitenciarias han declinado confirmar los detalles de la operaci¨®n al haber decretado el secreto de las actuaciones el titular del Juzgado de Instrucci¨®n 4 de Valdemoro, a cargo del caso.
La investigaci¨®n, que ha desembocado en las detenciones de este lunes, se inici¨® en la primavera del a?o pasado, tras detectarse que en la prisi¨®n madrile?a segu¨ªa circulando la droga pese a que el Ministerio del Interior hab¨ªa suprimido, tras decretarse el estado de alarma por el coronavirus, tanto las visitas a los presos de familiares y amigos (incluidos los encuentros con contacto f¨ªsico o vis a vis) como los permisos de salida de los internos, consideradas las principales v¨ªas de entrada de estupefaciente dentro de las prisiones. Entonces, las medidas para minimizar el riesgo de expansi¨®n de la covid en las c¨¢rceles provocaron un descenso dr¨¢stico del tr¨¢fico clandestino de drogas en su interior y el consiguiente incremento del precio de las mismas. As¨ª, la bellota de hach¨ªs, que antes de la pandemia costaba una media de 100 euros, pas¨® a pagarse a 150 euros o m¨¢s. Lo mismo ocurri¨® con el pollo (gramo) de coca¨ªna, que de 60 euros subi¨® hasta los 90 e, incluso, los 100 euros.
Esta carencia de droga, que en algunas c¨¢rceles provoc¨® altercados y ri?as entre presos, muchos de ellos con el s¨ªndrome de abstinencia, fue menor en el centro penitenciario de Valdemoro y dispar¨® la sospecha de que el estupefaciente estaba entrando en este penal por otras v¨ªas. Las pesquisas han determinado ahora que una parte presuntamente era introducida por los cuatro funcionarios arrestados. Fuentes cercanas la investigaci¨®n detallan que estos fueron detenidos en la ma?ana del lunes en sus domicilios cuando estaban fuera de servicio ¨Duno de ellos llevaba semanas de baja m¨¦dica¨D y, a primera hora de la tarde, fueron trasladados hasta la prisi¨®n para que asistieran a los registros de sus taquillas. Los representantes sindicales de la prisi¨®n difundieron anoche entre sus afiliados una nota interna, a la que ha tenido acceso este peri¨®dico, en el que aseguraban haber sufrido durante el registro de los vestuarios ¡°una de las peores humillaciones¡± y denunciaba que Instituciones Penitenciarias no hubiera impedido que caiga ¡°la sombra de la duda¡± sobre la integridad de los trabajadores penitenciarios.
En los ¨²ltimos a?os, las cifras de incautaciones de estupefacientes dentro de las c¨¢rceles se han incrementado a pesar de que el n¨²mero de presos ha descendido de manera significativa: de 4.500 intervenciones de droga en 2012 se ha pasado a m¨¢s de 5.100 en 2018 a pesar de que hab¨ªa 10.000 reclusos menos. En 2019, se intervinieron en prisi¨®n cerca de 3.500 psicotr¨®picos; 30 kilos de cannabis y 417 gramos de hero¨ªna, seg¨²n una respuesta del Portal de Transparencia. En ese mismo periodo, 53 reclusos fallecieron por reacci¨®n adversa a las drogas.
Por ello, en diciembre de 2019, Instituciones Penitenciarias lanz¨® una campa?a que buscaba sensibilizar a los visitantes del riesgo que para sus familiares presos suponen las drogas, adem¨¢s de las consecuencias penales que para ellos mismos tendr¨ªan si eran descubiertos intentando introducirla. Lo hizo tras constatar que uno de cada cinco reclusos fallecidos por sobredosis se acababa de comunicar con sus familiares o regresaba de un permiso. Significativamente, durante los primeros meses de restricciones en las c¨¢rceles por la crisis de coronavirus no se registr¨® ning¨²n fallecimiento por sobredosis, se?alan fuentes penitenciarias.
La detenci¨®n de los cuatro funcionarios es el tercer suceso de gravedad que se produce en la prisi¨®n de Valdemoro en los ¨²ltimos dos a?os y medio. En febrero de 2019 fue detenido un trabajador penitenciario acusado de colaborar con una supuesta c¨¦lula yihadista. El funcionario, que ha sido juzgado recientemente aunque a¨²n no hay sentencia, fue acusado de entregar a internos radicalizados dispositivos m¨®viles ¨Dprincipalmente pendrives¨D con material yihadista a cambio de dinero. M¨¢s recientemente, en diciembre de 2020, se fugaron de la c¨¢rcel dos reclusos, Jonathan Mo?iz, alias El Piojo, y su hermano Miguel ?ngel, detenidos meses m¨¢s tarde. La investigaci¨®n de esta evasi¨®n tambi¨¦n puso el foco en un trabajador de la prisi¨®n madrile?a por supuesta complicidad.
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