La reticencia de las v¨ªctimas a denunciar lastra la lucha contra los delitos de odio
Los expertos reclaman mejorar la atenci¨®n a quienes los sufren
El miedo es el mayor aliado de los delitos de odio. Solo una de cada 10 personas que es victima de uno de ellos acude a la Polic¨ªa a denunciar, seg¨²n revel¨® recientemente una encuesta del Ministerio del Interior. En el estudio, de las 437 personas que admitieron haber sufrido uno de estos delitos en el ¨²ltimo lustro, solo 47 (el 10,76%) acudieron a una comisar¨ªa o un cuartel de la Guardia Civil a denunciarlo. Los 390 restantes (el 89,24%) optaron por guardar silencio. El porcentaje es superior al que arrojan otros estudios similares realizados en la UE por la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA), que sit¨²a este porcentaje en el 80%.
Integrantes de la Oficina Nacional de la Lucha contra los Delitos de Odio, dependiente de Interior, admiten que una de los principales objetivos de este ¨®rgano es, hacer aflorar el mayor porcentaje posible de la cifra sumergida de delitos de odio. No obstante, desde Interior creen que esta tendencia puede haber empezado a cambiar, seg¨²n los datos estad¨ªsticos de los seis primeros meses de este a?o, que reflejan un incremento de las denuncias de un 9,3% respecto al mismo periodo de 2019, que hasta ahora era el semestre con m¨¢s infracciones conocidas. Un aumento que, en parte, se explica por la mayor conciencia social que ha llevado a m¨¢s v¨ªctimas a denunciar. ¡°Hasta ahora, muchas personas no eran conscientes de que hab¨ªan sufrido un delito. Pas¨® algo similar con la violencia de g¨¦nero¡±, se?ala un miembro de dicha oficina.
Un factor que tambi¨¦n explica el aumento del n¨²mero de denuncias, seg¨²n otros expertos, es que las v¨ªctimas disponen de m¨¢s recursos para denunciar, aunque estos, en su opini¨®n, siguen siendo insuficientes. Adem¨¢s de la mayor concienciaci¨®n de la sociedad en general, en los ¨²ltimos a?os las organizaciones que apoyan a colectivos vulnerables se han dotado de protocolos y registros para acompa?ar a los afectados y detectar si han sufrido agresiones, apunta la psic¨®loga Maribel Ramos, subdirectora de la Fundaci¨®n Hogar S¨ª, que asiste a personas que viven en la calle. Seg¨²n sus datos, casi la mitad de estos ciudadanos han sufrido delitos de odio. ¡°Tenemos m¨¢s capacidad para acompa?ar a estas personas en los procesos de denuncia y la gente se siente m¨¢s segura¡±, se?ala Ramos, promotora del observatorio de delitos de odio contra personas sin hogar Hatento, que tambi¨¦n cifra en un 50% el porcentaje de quienes viven en la calle que han sufrido agresiones. A?ade, sin embargo, que ¡°la desconfianza sigue siendo importante, especialmente entre las personas sin hogar. ?C¨®mo van a confiar en que el sistema las proteja cuando ese mismo sistema las ha empujado a la situaci¨®n en la que est¨¢n?¡±
La aporofobia, es decir, el odio al pobre, acaba de ser introducida en Espa?a en el C¨®digo Penal a trav¨¦s de la Ley de Protecci¨®n Integral a la Infancia y Adolescencia. Ramos celebra esta inclusi¨®n, pero pide mejoras en ¡°la primera atenci¨®n que recibe una v¨ªctima al llegar a una comisar¨ªa¡±. Reclama que se extienda la formaci¨®n entre los agentes para que recojan bien las denuncias y haya m¨¢s probabilidades de que prosperen, orienten a los afectados hacia asociaciones que puedan ayudarles y den credibilidad a sus testimonios. Subraya que tanto la polic¨ªa como el sistema judicial deben adaptarse a las necesidades y complejas circunstancias de las v¨ªctimas ya que, en el caso de los ciudadanos que viven en la calle, suelen sufrir dificultades a?adidas como discapacidades, adicciones o enfermedades mentales.
Los vulnerables desconf¨ªan
El soci¨®logo Ignacio Paredero coincide en que, entre los colectivos vulnerables, ¡°hay desconfianza y percepci¨®n de que denunciar no va a servir para nada¡±. El tambi¨¦n secretario de Organizaci¨®n de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales observa que, pese a las dificultades, el aumento de denuncias de delitos de odio es una ¡°tendencia clara¡± desde 2016 y, al menos, hasta 2019, teniendo en cuenta que 2020 es un a?o distinto por los efectos distorsionadores de la pandemia y el confinamiento.
Paredero considera ¡°complejo¡± determinar los motivos de este aumento, pero hay un factor que ve claro. ¡°Los discursos de odio de grupos como Vox legitiman violencias y se?alan culpables¡±, afirma, para a?adir tambi¨¦n que ¡°las redes sociales generan discursos muy polarizantes¡±. Pese a la existencia de protocolos policiales para abordar este tipo de delitos, el soci¨®logo cree que ¡°a la polic¨ªa y a la judicatura les cuesta percibir la homofobia¡± y ¡°es m¨¢s f¨¢cil¡± que las personas LGTBI que sufren agresiones ¡°se acerquen a una asociaci¨®n¡±.
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