El marido de la cooperante espa?ola presa en Israel: ¡°Se derrumb¨® en l¨¢grimas cuando la vi tras cuatro meses de prisi¨®n¡±
El tribunal militar israel¨ª aplaza hasta el 1 de septiembre el juicio de Juana Ruiz
El¨ªas Rismawi, de 60 a?os, es un palestino cristiano que trabaja en una empresa farmac¨¦utica familiar en Beit Shaur, en las afueras de Bel¨¦n (Cisjordania). Casi cuatro meses despu¨¦s de la detenci¨®n de su esposa, la cooperante espa?ola Juana Ruiz S¨¢nchez, de 62 a?os, afincada en Palestina desde 1985, sigue abatido por la larga ausencia. La justicia militar israel¨ª acusa a Ruiz de pertenencia a una ¡°organizaci¨®n ilegal¡± que desvi¨® fondos de la cooperaci¨®n internacional a un grupo palestino calificado como terrorista. ¡°Cuando vinieron a llev¨¢rsela los soldados a las seis menos cuarto de la ma?ana del d¨ªa 13 de abril hab¨ªa decenas de militares con veh¨ªculos blindados hasta el final de la calle¡±, se?alaba Rismawi este lunes desde el balc¨®n de la casa unifamiliar de clase media donde ha residido durante d¨¦cadas, a unos centenares de metros de la Bas¨ªlica de la Natividad. No hab¨ªa visto a su esposa de cerca hasta la semana pasada, cuando pudo visitarla con la mediaci¨®n de la Cruz Roja en un penal del norte de Israel: ¡°Se derrumb¨® en l¨¢grimas. Estaba muy emocionada. Luego se tranquiliz¨® y empez¨® a contarme la pesadilla que est¨¢ viviendo desde su detenci¨®n¡±.
¡°Los soldados pidieron hablar con ella aparte durante unos 10 minutos y le dijeron que deb¨ªa acompa?arles para un interrogatorio¡±, relata Rismawi con un quiebro de dolor en la voz. ¡°Ella pensaba que era una cuesti¨®n de pocas horas, que volver¨ªa pronto. Se la llevaron y ya no volv¨ª a verla hasta el pasado d¨ªa 4. Fue en el penal de Damon, en Haifa. Estaba detr¨¢s de un cristal y o¨ªa su voz a trav¨¦s de un tel¨¦fono¡±.
¡°Nuestra vida ha dado un vuelco por sospechas de delitos inexistentes¡±El¨ªas Rismawi
El recuerdo se le hace insoportable: ¡°Ahora me siento frustrado e impotente ante esta injusticia. Que irrumpan los soldados en tu casa y se lleven a tu mujer... Espero que ma?ana [por este martes] comparezca en persona por primera vez ante el tribunal militar de Ofer (Cisjordania) y pueda verla otra vez¡±, musita en una casa que parece antoj¨¢rsele vac¨ªa. ¡°Por lo menos, de salud est¨¢ bien. Y de moral, m¨¢s o menos. La que se puede tener en la c¨¢rcel. Pero sigue preocupada por lo que est¨¢ pasando, sin entender por qu¨¦ est¨¢ entre rejas¡±, relata en un espa?ol algo oxidado, entreverado por el caracter¨ªstico acento ¨¢rabe levantino.
El tribunal militar israel¨ª ha aplazado este martes hasta el 1 de septiembre el juicio de la cooperante espa?ola. El abogado ha exigido que la trabajadora humanitaria tenga un int¨¦rprete.
Juana Rodr¨ªguez llega esposada al tribunal militar israel¨ª que la juzga en Cisjordania. Parece cansada tras cuatro meses de c¨¢rcel. "Estoy bien", dice con un hilo de voz pic.twitter.com/xx9ul4nRyN
— Juan Carlos Sanz (@jcspais) August 10, 2021
La visita de El¨ªas a Juana dur¨® 45 minutos. Pero ¨¦l tuvo que pasar un viacrucis, asegura, a lo largo de todo un d¨ªa. Primero la salida de madrugada de Beit Shaur, con paradas en Bel¨¦n y Hebr¨®n para recoger a otras familias de presos. Y un registro en un puesto de control fronterizo del sur de Cisjordania, para luego dirigirse hacia al norte cambiando de autob¨²s, de la mano de un representante del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, como si atravesara un frente de guerra. A su llegada al penal de Haifa, m¨¢s registros, interrogatorios, retrasos, desplantes, esperas... Hasta que al final la encontr¨® tras un cristal en el locutorio penitenciario.
Su esposa le dijo que tem¨ªa el traslado para testificar ante el tribunal militar de Ofer, situado al norte de Jerusal¨¦n. ¡°Me dijo que viaja de forma inhumana en un furg¨®n y tiene que pasar una o dos noches en la c¨¢rcel de Ha Sharon, al norte de Tel Aviv¡±, rememora. ¡°En ese penal permaneci¨® en r¨¦gimen de aislamiento durante cuatro semanas tras su detenci¨®n¡±, detalla con una punzada en la garganta el peor momento de las tribulaciones de Juana Ruiz. ¡°Estuvo sola durante m¨¢s de 10 d¨ªas. Estaba deprimida. No entraba nadie all¨ª. Antes la hab¨ªan interrogado casi sin pausa. A veces, durante ocho horas seguidas¡±.
Encuentro en Madrid en 1982
¡°Nos conocimos en Madrid en 1982, a trav¨¦s de amigos comunes. Yo estaba estudiando Farmacia en la Universidad Complutense desde hac¨ªa dos a?os y empezamos una relaci¨®n¡±, recuerda Rismawi. Su padre, que era presidente de la Federaci¨®n de Baloncesto Palestina, le hab¨ªa llevado a una reuni¨®n deportiva en Madrid en 1978, y desde entonces quiso estudiar en la capital espa?ola. ¡°Lo m¨ªo ahora es el f¨²tbol; no me perd¨ªa nunca un partido del Real Madrid cuando ¨ªbamos a visitar a su familia¡±, reconoce mientras sale por un instante del abatimiento durante la entrevista.
En 1984 decidi¨® volver a Palestina y le pidi¨® a Juana Ruiz que se casara con ¨¦l y lo acompa?ara. ¡°Pero le dije que este era un mundo desconocido para ella. No quer¨ªa enga?arla, por eso la invit¨¦ a pasar un mes aqu¨ª, para que conociera a mi familia y a la gente antes de decidirse¡±. Se casaron en Espa?a en 1985 y se fueron a vivir a Palestina. Ella se ocup¨® al principio de los ni?os: Mar¨ªa, que naci¨® en 1986, y Georges, en 1990. Y a partir de 1993 empez¨® a colaborar con la ONG Comit¨¦s de Trabajo para la Salud (HWC, por sus siglas en ingl¨¦s), que presta servicios sanitarios a la poblaci¨®n palestina m¨¢s desfavorecida. Poco despu¨¦s le ofrecieron trabajar en el ¨¢rea de cooperaci¨®n internacional con pa¨ªses de habla hispana. Pronto empez¨® a llevar proyectos con organismos p¨²blicos y ONG.
¡°Nunca tuvo ning¨²n problema. Viajaba al menos dos veces al a?o a Espa?a. Ninguna detenci¨®n. Ning¨²n registro en los checkpoints [puestos de control] israel¨ªes, ni en el aeropuerto Ben Gurion¡±, asevera su marido. ¡°Hasta ahora. Nuestra vida ha dado un vuelco por sospechas de delitos inexistentes¡±. El Shin Bet (seguridad interior israel¨ª) y la fiscal¨ªa militar la acusan, junto a otros miembros de su ONG, de participar en una red para ¡°introducir ilegalmente fondos en los territorios palestinos¡±, desviados hacia el Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina, grupo considerado terrorista por Israel y la Uni¨®n Europea, ¡°mediante fraude, falsificaci¨®n y enga?o¡± a los donantes de pa¨ªses europeos. ¡°Ella no manejaba fondos. El dinero de la cooperaci¨®n iba al banco, y nunca firm¨® un cheque¡±, replica su esposo. ¡°Se ha dedicado a gestionar proyectos durante 28 a?os¡±.
Sus hijos viven y trabajan en Espa?a, desde donde han seguido con preocupaci¨®n el calvario judicial que est¨¢ sufriendo su madre, y colaboran con la plataforma de solidaridad integrada por 140 organizaciones que reclama su puesta en libertad. ¡°Se est¨¢ haciendo muy largo¡±, confiesa el palestino cristiano. ¡°Y no hay ninguna prueba clara en su contra. Primero la interrogaron durante tres semanas y luego presentaron los cargos, como si buscaran que se acusase a s¨ª misma¡±.
En todo el expediente judicial ella figura como Juana Rismawi, por su apellido de casada. Como residente en Cisjordania se halla sometida a la ley marcial que rige para los palestinos bajo la ocupaci¨®n desde 1967. Es consciente, seg¨²n su marido, de que el juicio se puede prolongar al menos hasta octubre. La cooperante espa?ola cumplir¨¢ el mes que viene 63 a?os. Padece graves dolores de espalda y tiene que tomar medicamentos para controlar la hipertensi¨®n arterial y el colesterol.
¡°Tenemos que ser fuertes. Esto puede durar mucho. Lo importante es que empiece el juicio de una vez. Pero conf¨ªo en que todo acabar¨¢ bien y saldr¨¢ en libertad¡±, reflexiona en voz alta Rismawi. ¡°Ella solo se ha dedicado a ayudar a la gente con medicinas, centros geri¨¢tricos, guarder¨ªas...¡±. El abogado defensor de la cooperante espa?ola va a intentar ahora que al menos pueda ser excarcelada y pasar a la situaci¨®n de arresto domiciliario.
¡°No militamos en ning¨²n partido ni organizaci¨®n, pero estamos en contra de la ocupaci¨®n, como todos los palestinos. Si ese es el delito de Juana¡±, se enciende el ¨¢nimo del marido de la trabajadora humanitaria, ¡°Israel nunca tendr¨¢ prisiones para todos. Aunque ya vivimos en una gran c¨¢rcel¡±.
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