Las placas solares para la luz de inmigrantes temporeros que desmantel¨® la polic¨ªa local
El Ayuntamiento de Lucena del Puerto (Huelva) requisa el sistema el¨¦ctrico donado por una ONG brit¨¢nica para los braceros subsaharianos
Omar Faruk se qued¨® de piedra cuando el pasado 11 de junio varios electricistas y polic¨ªas locales de Lucena del Puerto (Huelva) se incautaron de las seis placas solares que daban luz a su oscura chabola en mitad de un pinar. ¡°Eran para poder ver por la noche sin velas y para cargar el m¨®vil. Nadie me explic¨® qu¨¦ hab¨ªa pasado para retirarlas¡±, relata este inmigrante maliense de 39 a?os y con tres hijos en su pa¨ªs. El Ayuntamiento estim¨® que las placas eran una construcci¨®n permanente en un monte p¨²blico, adem¨¢s de un riesgo potencial de incendio, y las requis¨® para guardarlas en el dep¨®sito municipal, donde permanecen cuatro meses despu¨¦s.
La instalaci¨®n se llev¨® a cabo tras la donaci¨®n solidaria de 800 consumidores brit¨¢nicos, que dieron 30.000 euros en una colecta p¨²blica realizada a trav¨¦s de la ONG Ethical Consumer, para mejorar las p¨¦simas condiciones de vida de los inmigrantes que recogen los frutos rojos vendidos y muy apreciados en los supermercados del Reino Unido.
Hace un a?o y medio, el relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos de la ONU, Philip Alston, visit¨® en Lepe un campamento similar al de Faruk y puso el dedo en la llaga de la miseria que empapa estos refugios en Huelva y Almer¨ªa con miles de braceros que se desloman en los invernaderos por seis euros y medio la hora. ¡°Viven como animales (¡) Sus condiciones compiten con las peores que he visto en cualquier parte del mundo¡±, denunci¨® el relator.
Las seis placas se instalaron en junio de 2020 en el asentamiento chabolista de la Laguna del Rayo, a tres kil¨®metros de Lucena del Puerto, y dieron luz a los braceros subsaharianos durante un a?o, hasta que el Ayuntamiento las retir¨®. Ahora que la campa?a de recogida de bayas a¨²n no ha empezado, la mayor¨ªa de chozas ¡ªhechas con pal¨¦s de madera y pl¨¢sticos de los invernaderos¡ª est¨¢n vac¨ªas y dos placas solares sobreviven en mitad del campamento, sin apenas vida.
¡°Los gobiernos local y regional han fracasado al proporcionar condiciones de vida dignas a estas personas, y en vez de ayudarles de manera activa, el Ayuntamiento no muestra compasi¨®n y retira derechos b¨¢sicos como la electricidad. Es dif¨ªcil de creer¡±, comenta por tel¨¦fono Jasmine Owens, redactora de la revista de la ONG brit¨¢nica. ¡°Es evidente que las placas son mucho m¨¢s seguras que las velas como riesgo potencial para incendios¡±, a?ade. Esta ONG transfiri¨® el dinero al Colectivo de Trabajadores Africanos y al sindicato andaluz SAT, en contacto con inmigrantes, que pag¨® 6.185 euros por las placas a la empresa Geesol Renovables, adem¨¢s de comprar comida y productos de higiene.
El alcalde de Lucena del Puerto (3.126 habitantes) desde 2007, Manuel Mora (independiente), defiende que estaba obligado a retirar la instalaci¨®n el¨¦ctrica con seis placas y 12 acumuladores de energ¨ªa, al estar en un monte p¨²blico: ¡°Est¨¢n en terrenos forestales y hay una legislaci¨®n que nos ampara y nos obliga. ?Qui¨¦n es el SAT para disponer de esos bienes p¨²blicos o degradar el espacio natural? La labor humanitaria no puede sobrepasar la ley¡±. Y remacha: ¡°Yo aplico la ley, no me he inventado nada. ?Es impopular? Claro¡±.
Antes de la decisi¨®n del regidor, el Seprona de la Guardia Civil emiti¨® un atestado en el que denunciaba la construcci¨®n de las placas sobre viguetas de hormig¨®n y un cuarto anexo con las bater¨ªas. Meses despu¨¦s, los agentes medioambientales de la Junta censuraron tras su visita ¡°el riesgo de incendio provocado por dicha instalaci¨®n, al igual que existe un mayor riesgo de incendios debido al propio asentamiento de inmigrantes que vive en esa zona de chabolas, en terrenos forestales del monte p¨²blico Madrona y Valpajoso¡±, reza su informe. Todos los a?os hay fuegos en los campamentos de Andaluc¨ªa, debido principalmente a chispas o descuidos con las hogueras para cocinar y las velas para alumbrar.
La Guardia Civil denunci¨® la instalaci¨®n el¨¦ctrica ante el Juzgado de Instrucci¨®n 2 de Moguer por un posible delito contra la ordenaci¨®n del territorio, pero tanto la Fiscal¨ªa como el juez no le vieron entidad. ¡°La obra resulta f¨¢cilmente desmontable, en especial la caseta que alberga los acumuladores¡±, zanj¨® la magistrada ?ngeles Lucena, que archiv¨® la causa. Sin embargo, la juez dej¨® la puerta abierta al Ayuntamiento y a la Junta andaluza para que ¡°en el ejercicio de sus competencias adopten las medidas para la restauraci¨®n de la legalidad urban¨ªstica-ambiental y la seguridad en la zona¡±. Y el alcalde considera que al desmantelar las placas se ha limitado a recoger el guante lanzado por la justicia.
Tras la retirada de la instalaci¨®n, el sindicato SAT se querell¨® contra el alcalde este verano por prevaricaci¨®n y da?os, al estimar que el regidor adopt¨® una medida arbitraria sin respetar los plazos y sin incoar el procedimiento administrativo estipulado por ley, pero el juez est¨¢ pendiente de resolver al respecto. ¡°Tras instalar las placas, les hicimos el cableado y cada chabola ten¨ªa luz. Entendemos que es un robo porque no hubo aviso previo a la retirada desde el Ayuntamiento¡±, critica Jos¨¦ Caballero, secretario de organizaci¨®n del SAT.
Mientras, ajenos a la pol¨¦mica urban¨ªstica, la ONG de consumidores brit¨¢nicos y el sindicato de campesinos Landworkers Alliance han pedido al regidor por carta y en Change.org que devuelva las seis placas solares a los inmigrantes, de momento, sin ¨¦xito. El pasado 19 de mayo un hombre y una mujer murieron en un incendio en el asentamiento El Bosque, uno de los 13 poblados de Lucena del Puerto, donde adem¨¢s se calcinaron 11 infraviviendas. La cuesti¨®n que late de fondo es si el riesgo de incendios aumenta con la instalaci¨®n de placas solares o con las velas que los temporeros utilizan para alumbrar de noche.
?Una soluci¨®n para paliar la miseria?
Miles de inmigrantes temporeros malviven desde hace d¨¦cadas en m¨¢s de un centenar de asentamientos chabolistas pegados a los invernaderos, donde recogen frutos rojos y hortalizas como mano de obra barata. ?Tienen soluci¨®n estos campamentos perpetuos en Andaluc¨ªa?
La Junta concedi¨® este verano un mill¨®n en ayudas para levantar 16 albergues en pueblos de Huelva, Ja¨¦n y Almer¨ªa, entre ellos uno en Lucena del Puerto, al que destin¨® 299.464 euros para construir antes de 2023 instalaciones con 60 plazas para temporeros en situaci¨®n de extrema necesidad. Sobre el terreno, el pasado mi¨¦rcoles la entrada del asentamiento de la Laguna del Rayo estaba dominada por una enorme monta?a de desechos. ¡°Con tanta basura acumulada pican mucho los mosquitos y nadie se la lleva¡±, se lamenta Maru Traore, maliense de 30 a?os y con dos hijos en su pa¨ªs. Traore pag¨® 140 euros por dos placas solares de segunda mano que le dan luz cuando se pone el sol.
A pocos kil¨®metros, el campamento de El Bosque esconde su vertedero al final, alejado unos 50 metros de las chozas, ubicado en una inmensa fosa con toneladas de desechos que los inmigrantes queman una vez al a?o, antes de Navidad, seg¨²n explican. El Ayuntamiento de Lucena del Puerto, con 3,5 millones de presupuesto anual, un precario equipo de limpieza y dos guardas rurales, reconoce su impotencia para recoger a tiempo la basura que generan las casi 3.000 personas que conviven en 13 campamentos dentro de su t¨¦rmino municipal en plena campa?a de recogida de fresa.
El Ayuntamiento suele recoger la basura acumulada en cada asentamiento una vez al a?o, por lo que el paisaje suele ser desolador. Ante estas monta?as de pl¨¢sticos y residuos, desde 2016 los agentes medioambientales de la Junta han denunciado al Consistorio por vertidos incontrolados en el medio natural y ya han sido cobradas dos multas por 17.000 euros, aunque el total de sanciones impuestas supera los 100.000 euros, seg¨²n el alcalde, una cifra muy alta para el exiguo presupuesto municipal. Paqui Mena, voluntaria de Cruz Roja, vive en el campamento El Bosque desde hace un a?o y explica que hay temporeros civilizados y otros que se niegan a recoger las basuras que arrojan. ¡°Les insisto, pero no siempre es f¨¢cil. El alcalde me ha dado su palabra de venir a limpiar pronto¡±, explica esperanzada.
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