Narcolanchas y coches de lujo convertidos en chatarra frente a un colegio
El dep¨®sito de los bienes incautados a los narcos constituye un problema reconocido por la Fiscal¨ªa ante la falta de espacio para almacenarlos mientras se decide su destino
La falta de espacio en los dep¨®sitos judiciales y en los almacenes de la Guardia Civil en Andaluc¨ªa ha convertido los aleda?os de la comandancia del instituto armado en Dos Hermanas (Sevilla) en un enorme desguace al aire libre de narcolanchas y coches de lujo intervenidos a los traficantes. Lo que se inici¨® como una novedad para los vecinos, que se hac¨ªan fotos encaramados a las embarcaciones, se ha convertido en un reclamo para los delincuentes, que est¨¢n desvalijando las piezas, desmontando motores, arrancando cables y buj¨ªas o llev¨¢ndose neum¨¢ticos.
Frente a la comandancia se ubica un colegio privado, el Fomento Tabladilla. Los padres de los alumnos exigen una soluci¨®n: ¡°Esta imagen no es nada edificante para los cr¨ªos que estudian aqu¨ª¡±, afirma Antonio, un padre, que cuenta que en verano ¡°llegaron a estar aparcados m¨¢s de 50 veh¨ªculos¡±. Delante de ¨¦l hay tres todoterrenos completamente expoliados y una narcolancha a la que han arrancado uno de sus tres motores y tiene otro a medio desmontar. La chatarrer¨ªa al aire libre, a la entrada de la ciudad, ha llegado a obstaculizar el tr¨¢fico.
¡°No podemos m¨¢s, lo que decomisamos no nos cabe ya en nuestras dependencias y no podemos dejar nuestros veh¨ªculos fuera en su lugar. Esto es un problema de la Administraci¨®n de Justicia y si no los recogen, se dejan fuera¡±, explica una fuente de la Guardia Civil. La Consejer¨ªa de Justicia, de quien dependen los dep¨®sitos judiciales, matiza que ellos solo se hacen cargo de aquellos bienes una vez que exista un auto judicial que lo ordene. ¡°Antes no podemos. Existe un problema porque ni la Guardia Civil ni la Polic¨ªa Nacional cuentan con dep¨®sitos adecuados mientras tanto¡±, explica una portavoz de la Junta. ¡°En el caso de Dos Hermanas hemos intermediado y pedido que aceleraran la solicitud de autos y en cuanto los hemos tenido, nos hemos hecho cargo y en el caso de las narcolanchas las hemos destruido al estar prohibidas¡±, insisten desde la Consejer¨ªa.
El colegio Fomento Tabladilla se ha quejado de llevar un a?o entero con veh¨ªculos de organizaciones criminales aparcados frente al centro. ¡°Hace poco se llevaron cuatro narcolanchas, pero los coches est¨¢n muy deteriorados y el hecho de que provengan del narcotr¨¢fico tampoco es un buen ejemplo para los ni?os. Est¨¢n robando piezas de los camiones y de los coches. De momento, no nos preocupa que entren en las instalaciones, pero no es agradable y las familias se quejan¡±, explica su responsable de Comunicaci¨®n, Marta Rus.
Colapso y poca efectividad de las medidas
Los bienes incautados a los narcos suelen acabar en los dep¨®sitos judiciales, a la espera de juicio o de que el juez instructor autorice nuevos usos o su destrucci¨®n. En Andaluc¨ªa hay tres dep¨®sitos dependientes de la Junta ¡ªuno en Sevilla; otro reci¨¦n inaugurado en el Campo de Gibraltar para uso exclusivo de bienes decomisados al narco; y otro en Meng¨ªbar (Ja¨¦n)¨D aunque su gesti¨®n se realiza a trav¨¦s de una concesi¨®n. Hasta hace unos a?os este servicio era prestado por empresas que cobraban un importe por la custodia de estos bienes a su propietario o a la administraci¨®n. El volumen de operaciones policiales y el colapso judicial que alarga la llegada a juicio de las causas jugaba en contra de este proceso: los bienes pierden valor y acumulan una deuda cada vez m¨¢s grande por la custodia que ahoga a las concesionarias de los dep¨®sitos. ¡°El depositario en muchos casos, al final, no cobra¡±, resume la fiscal Antidroga de Andaluc¨ªa, Ana Villag¨®mez.
Los veh¨ªculos y narcolanchas se han convertido en todo un problema. En febrero de 2018, tres encapuchados entraron en unas instalaciones de Conil (C¨¢diz) y robaron una embarcaci¨®n semirr¨ªgida. Pocas semanas despu¨¦s se descubr¨ªa que sobre esa empresa, Rent Mar¨ªn, reca¨ªa un procedimiento de desahucio. El propietario del terreno pretend¨ªa echar a la empresa por impago del alquiler. El proceso judicial se tuvo que suspender hasta que ¡°pueda decidirse qu¨¦ se hace con los bienes all¨ª depositados¡±, recuerda la Fiscal¨ªa Antidroga de C¨¢diz en la ¨²ltima memoria. La Consejer¨ªa de Justicia se desvincula de los problemas de este dep¨®sito por no ser de su titularidad.
En estos a?os, ha habido intentos por desatascar esta situaci¨®n, con m¨¢s o menos fortuna. La prohibici¨®n de las narcolanchas en octubre de 2018 tuvo el efecto positivo de facilitar la destrucci¨®n tanto de las embarcaciones como de los motores, ¡°salvo que las solicite alguien¡±, apunta Villag¨®mez, en referencia a la Guardia Civil o entidades que demuestren que puede servirles para alg¨²n fin social. En muchas ocasiones se queman en el mismo lugar en el que est¨¢n incautadas para evitar trasladarlas a los dep¨®sitos judiciales, explica la Consejer¨ªa de Justicia. Pero el problema persiste, a juzgar por c¨®mo muchas de las embarcaciones siguen apiladas y cargadas de gasolina en el puerto de Algeciras o a merced de los v¨¢ndalos, como en Dos Hermanas.
Tampoco ha servido el protocolo que en 2014 firmaron la Junta de Andaluc¨ªa, la Fiscal¨ªa y el Tribunal Superior de Justicia para valorar los veh¨ªculos que se decomisaban y determinar si merec¨ªa la pena su custodia o directamente su destrucci¨®n, y para crear una alerta que se activaba cuando, transcurrido el tiempo, su valor llegaba a cero. ¡°Con algunas excepciones, se ha quedado en papel mojado¡±, apunta Villag¨®mez.
Las lanchas y los veh¨ªculos de alta gama no son los ¨²nicos bienes del narco cuyo almacenamiento supone un quebradero de cabeza. La Fiscal¨ªa, en su memoria, advierte de las incautaciones de grandes cantidades de combustible intervenido a las embarcaciones nodriza. ¡°Su transporte y almacenamiento genera dificultades y peligro en su manipulaci¨®n y al no disponer de trazabilidad la mayor¨ªa de las veces no puede ser reutilizado¡±, indica el documento.
La que lleva meses varada frente al colegio de Dos Hermanas entre coches desvalijados, sin asientos, con las lunas traseras reventadas y las ruedas pinchadas y sin llantas, no necesita combustible, sino un auto judicial que permita su desguace. ¡°Es una pena, esta es una de las entradas a Dos Hermanas y parece un mercadillo de chatarra. Los veh¨ªculos no es solo que est¨¦n frente a un centro escolar, es que en ocasiones han acabado incendiados¡±, recuerda una vecina que afloja la velocidad mientras pasa camino de Entren¨²cleos, uno de los barrios en expansi¨®n del municipio. Como Antonio, ella tambi¨¦n deja en su retrovisor una imagen que podr¨ªa ser surrealista si no fuera muy real: narcolanchas atracadas a la puerta de un colegio.
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