El padre de un ni?o muerto en una patera: ¡°Se muri¨® en las manos de su madre. Eran todo para m¨ª¡±
Sadik Mallouk reconstruye el naufragio que dej¨® 15 desaparecidos y 10 fallecidos en C¨¢diz, entre ellos, su mujer y su hijo de cinco a?os
La ¨²ltima vez que Sadik Mallouk telefone¨® desde Espa?a a su mujer Chaimae solo hablaron del curso escolar que el hijo de ambos, Mohamed, estaba a punto de empezar en Fez (Marruecos). Ella no se atrevi¨® a contarle que, apenas unas horas despu¨¦s, se iba a embarcar en una patera para cruzar el Estrecho desde Marruecos junto a su peque?o, de apenas cinco a?os, porque ¨¦l nunca les habr¨ªa dejado. ¡°Yo viaj¨¦ en 2019 y casi muero¡±, recuerda el marroqu¨ª, de 34 a?os. Por eso, cuando, despu¨¦s de pasar d¨ªas sin dar con su esposa, se enter¨® de que ambos viajaban a bordo de la embarcaci¨®n que naufrag¨® el pasado 14 de octubre, supo que ¡°estaban muertos¡±. Ahora, solo le martillea una idea: ¡°Mi hijo muri¨® en las manos de su madre. No puedo ni pensar en el dolor de ese momento, una madre a la que su hijo se le muere enfrente de ella. Eran todo para m¨ª¡±.
Mallouk habla con entereza, solo se le quiebra la voz al pensar en ese preciso instante que se vivi¨® a 37 millas al oeste del cabo de Trafalgar (C¨¢diz) y que, horas despu¨¦s, descubri¨® un buque mercante cuando ya era demasiado tarde. Entre los restos de la patera hundida, apenas quedaban tres supervivientes, dos hombres y una mujer. Chaimae falleci¨® poco antes de que Salvamento Mar¨ªtimo les auxiliase y despu¨¦s de verse obligada a dejar el cad¨¢ver de su hijo a la deriva. ¡°Ella no quer¨ªa separarse, pero los vivos le dijeron que ten¨ªa que dejarlo¡±, reconstruye el viudo, gracias al testimonio que uno de los auxiliados le ha proporcionado de los ¨²ltimos momentos de su familia. Su mujer figura ahora entre los 10 cad¨¢veres localizados. Mohamed, en el de los 15 desaparecidos en el mar que dif¨ªcilmente ser¨¢n localizados. Tras seis d¨ªas de b¨²squeda, Salvamento Mar¨ªtimo suspendi¨® el pasado martes las labores de rescate. En lo que va de a?o y hasta el pasado 15 de septiembre, la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) tiene contabilizados un total de 1.025 migrantes fallecidos o desaparecidos intentando alcanzar costas espa?olas, 240 en la ruta del Mediterr¨¢neo occidental y 785 en la del Atl¨¢ntico.
La patera de madera en la que viajaba Chaimae y Mohamed zarp¨® la madrugada del martes 12 de octubre desde El Jadida, una localidad al sur de Casablanca y lejos de los puntos del norte de Marruecos desde los que suelen salir las pateras, ahora ¡°mucho m¨¢s controlados por la polic¨ªa¡± marroqu¨ª, como denuncia Mallouk. Los 28 ocupantes, la mayor¨ªa de Fez, pagaron 3.000 euros por el pasaje a una mafia, seg¨²n asegura el joven. Tras m¨¢s de dos d¨ªas de navegaci¨®n, el motor se averi¨® justo cuando comenzaban a vislumbrar la costa espa?ola. ¡°Se quedaron parados toda la noche. A la una de la tarde del d¨ªa siguiente [por el jueves], las olas volcaron la barca¡±, explica el hombre. Algunos como Chaimae y Mohamed llevaban chalecos salvavidas, aunque la mayor¨ªa no sab¨ªa nadar. Madre e hijo consiguieron sobrevivir horas en el mar, pese a que la joven, de apenas 27 a?os, ten¨ªa varias operaciones de nariz que le imped¨ªan aguantar la respiraci¨®n. ¡°El resto les estuvo agarrando para que no tocasen el agua. Mi hijo supongo que muri¨® de fr¨ªo en manos de su madre. Ella intentaba despertarle, pero no respond¨ªa¡±, explica el viudo.
Hace ya dos a?os y medio que Mallouk se asent¨® en Atxondo, un pueblo cerca de Bilbao donde la asociaci¨®n Irungo Harrera Sarea le proporcion¨® alojamiento y trabajo como jornalero. All¨ª, se enter¨® a trav¨¦s de una llamada a su suegra de que su mujer se hab¨ªa embarcado en la patera, en la que tambi¨¦n viajaban su cu?ado y tres primos lejanos, todos entre los fallecidos y desaparecidos. ¡°Los que los trajeron la enga?aron [a la madre de su mujer] y le dijeron que hab¨ªan llegado vivos a C¨¢diz¡±, explica el joven. Pero cuando el marroqu¨ª se dispon¨ªa a viajar hasta Jerez ¡ªciudad en la que vivi¨® y donde le ayud¨® la asociaci¨®n Dimbali¡ª, supo por otros compa?eros y una traductora en la zona que la patera hab¨ªa naufragado.
A Mallouk el suceso le ha golpeado cuando apenas le quedaban unos meses para cumplir los tres a?os necesarios para pedir la regularizaci¨®n de su residencia en Espa?a mediante la f¨®rmula del arraigo. ?l, que sufri¨® el terror de verse cinco d¨ªas a la deriva en el mar y vivi¨® dos d¨ªas m¨¢s escondido en una playa de C¨¢diz en abril de 2019, no quer¨ªa lo mismo para su familia: ¡°Sufr¨ª mucho en la patera, ni imaginar para ellos eso¡±. Pretend¨ªa reencontrarse con su mujer e hijo justo cuando legalizase su situaci¨®n en el pa¨ªs. Pero ahora, al hombre solo le queda centrarse en la repatriaci¨®n del cad¨¢ver de su mujer para un entierro al que ¨¦l no podr¨¢ acudir.
En el tr¨¢mite se ha topado con diversas trabas policiales y legales que le han obligado a esperar d¨ªas para recuperar el cuerpo, pese a tener confirmado que era el de su mujer. ¡°La polic¨ªa tiene que sentir el dolor de las familias que est¨¢n buscando¡±, acierta a valorar el joven. Este s¨¢bado, est¨¢ previsto que, por fin, se pueda reencontrar con ella en un tanatorio de Los Barrios (C¨¢diz), antes de dejarla marchar en un viaje de vuelta, ya fallecida, pagado con la solidaridad de Atxondo. A la espera del que quiz¨¢s sea el momento m¨¢s duro de su vida, Sadik Mallouk tiene claro por qu¨¦ ha reunido fuerzas para narrarlo: ¡°Espero que esto llegue a quien tenga que llegar para que esto no vuelva a pasar¡±.
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