El dilema de revisar la Ley de Amnist¨ªa
Historiadores de la Guerra Civil discrepan sobre la oportunidad de retocar una norma impulsada en 1977 por la izquierda para resarcir a las v¨ªctimas
La Ley de Amnist¨ªa del 15 de octubre 1977 fue la primera norma aprobada por un Parlamento elegido democr¨¢ticamente desde el final de la Guerra Civil. Era una reclamaci¨®n hist¨®rica de la izquierda, promovida desde el Partido Comunista y el PSOE, con la voluntad de reparar a las v¨ªctimas de la dictadura. La aprobaron la inmensa mayor¨ªa de los diputados, con la abstenci¨®n de Alianza Popular y solo dos votos en contra. El editorial que public¨® EL PA?S el d¨ªa en que se promulg¨® se titulaba ...
La Ley de Amnist¨ªa del 15 de octubre 1977 fue la primera norma aprobada por un Parlamento elegido democr¨¢ticamente desde el final de la Guerra Civil. Era una reclamaci¨®n hist¨®rica de la izquierda, promovida desde el Partido Comunista y el PSOE, con la voluntad de reparar a las v¨ªctimas de la dictadura. La aprobaron la inmensa mayor¨ªa de los diputados, con la abstenci¨®n de Alianza Popular y solo dos votos en contra. El editorial que public¨® EL PA?S el d¨ªa en que se promulg¨® se titulaba Amnist¨ªa al fin y sosten¨ªa que ¡°la Espa?a democr¨¢tica debe mirar hacia adelante, olvidar las responsabilidades y los hechos de la guerra civil, hacer abstracci¨®n de los 40 a?os de dictadura¡±.
La catedr¨¢tica de la UNED Paloma Aguilar, autora del libro de referencia Pol¨ªticas de la memoria y memorias de la pol¨ªtica (Alianza), explica que ¡°los principales objetivos en el momento de aprobarse la ley eran que los pocos presos pol¨ªticos que quedaban saliesen de prisi¨®n, intentar que sectores del nacionalismo, sobre todo vasco, entrasen en la v¨ªa democr¨¢tica, y empezar a equiparar derechos entre las v¨ªctimas de las dos fuerzas enfrentadas en la Guerra Civil, para que las v¨ªctimas del franquismo pudiesen comenzar a cobrar una pensi¨®n¡±. Tambi¨¦n fueron perdonados los miembros de ETA que hab¨ªan cometido delitos de sangre, as¨ª como los perpetradores franquistas.
¡°La ley fue presentada, en aquellos momentos, como una celebraci¨®n del borr¨®n y cuenta nueva de la democracia¡±, prosigue esta historiadora. ¡°Nadie se hizo eco de los art¨ªculos que consagraban la impunidad de la dictadura y muy pocos fueron conscientes de las negativas consecuencias que estos tendr¨ªan para la reparaci¨®n de sus v¨ªctimas y para la calidad del nuevo r¨¦gimen. Los ¨²nicos que expresaron quejas respecto a una ley que suscit¨® tant¨ªsimo consenso cuando se aprob¨® fueron los que quedaron fuera de sus beneficios por presiones de los militares (como los de la UMD [Uni¨®n Militar Democr¨¢tica]), y la derecha (AP [Alianza Popular]), que fue la ¨²nica que se abstuvo en bloque¡±, se?ala Aguilar.
Sin embargo, en las ¨²ltimas d¨¦cadas un n¨²mero creciente de asociaciones de v¨ªctimas comenz¨® a ver la norma como una ley de punto final que imped¨ªa investigar los cr¨ªmenes del franquismo, una transformaci¨®n que coincidi¨® con la idea cada vez m¨¢s difundida entre juristas expertos en el derecho internacional de que los cr¨ªmenes de lesa humanidad y genocidio eran imprescriptibles, incluso por encima de las legislaciones nacionales ¡ªuna tesis que han rechazado reiteradamente el Supremo y el Constitucional, como recuerda la catedr¨¢tica de derecho penal de la UNED, Alicia Gil, quien explica que ¡°cualquier tribunal espa?ol siempre va a rechazar una interpretaci¨®n de la ley que perjudique al reo¡±¡ª.
El PSOE y Unidas Podemos han pactado este mi¨¦rcoles una enmienda a la Ley de Memoria Democr¨¢tica que ofrece una f¨®rmula para superar la Ley de Amnist¨ªa de 1977 sin derogarla, que se?ala que ¡°los cr¨ªmenes de guerra, de lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideraci¨®n de imprescriptibles y no amnistiables¡±, ni siquiera por la ley de octubre de 1977. Este cambio ha abierto un debate entre historiadores espa?oles. Existe un consenso en que la Ley de Amnist¨ªa no puede ser derogada y en que tuvo un papel esencial en el establecimiento de la democracia; aunque s¨ª se producen diferencias de criterio sobre si este cambio puede tener efectos positivos o negativos.
¡°No se puede legislar el pasado desde el presente con objetivos presentes¡±, se?ala Pilar Mera, profesora de Historia Contempor¨¢nea de la UNED, autora de 18 de julio de 1936. El d¨ªa que empez¨® la Guerra Civil (Taurus). ¡°La Ley de Amnist¨ªa tiene un significado en su contexto que no tiene sentido eliminar. Que se pueda intentar encontrar una salida para juzgar determinados hechos no me parece mal, porque creo que hay cosas que no son amnistiables, pero creo que hay que hacerlo hilando muy fino, no desde una perspectiva de hacer pol¨ªtica ahora de supuestos herederos contra supuestos herederos¡±.
¡°La Ley de Amnist¨ªa no deber¨ªa tener nada que ver con la Ley de Memoria Democr¨¢tica¡±, explica el investigador experto en violencia pol¨ªtica Gutmaro G¨®mez Bravo, director del Grupo de Investigaci¨®n Complutense de la Guerra Civil y el Franquismo. ¡°El objetivo es poner a las v¨ªctimas en el centro y con esto se mezcla algo que no tiene nada que ver. Creo que hay que centrarse en la investigaci¨®n que produce conocimiento y reparaci¨®n¡±. Enrique Moradiellos, catedr¨¢tico de la Universidad de Extremadura y premio Nacional por Historia m¨ªnima de la Guerra Civil, se muestra contrario a tocar la ley de 1977. ¡°Me preocupa todo lo que sea divisi¨®n de la opini¨®n y p¨¦rdida de grados de concordia. Es el cuento de nunca acabar¡±, sostiene.
Xos¨¦ M. N¨²?ez Seixas, catedr¨¢tico de Historia en la Universidad de Santiago de Compostela y premio Nacional de Ensayo por su libro Suspiros de Espa?a. El nacionalismo espa?ol 1808-2018, recuerda que ¡°en su momento, se consider¨® que la Ley de Amnist¨ªa era un avance democr¨¢tico y una cesi¨®n del Gobierno. No fue pensada como una ley de punto final. Que se modifique ese punto y que se deje claro que la Ley de Amnist¨ªa no debe ser interpretada como no investigar los cr¨ªmenes de lesa humanidad me parece razonable¡±.
Juli¨¢n Casanova, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Zaragoza y autor de numerosos ensayos, como Una violencia ind¨®mita, argumenta que lo esencial es investigar los cr¨ªmenes del franquismo, y para resumir su opini¨®n recurre a un mensaje que public¨® en la red social Twitter: ¡°85 a?os despu¨¦s de la guerra, 45 despu¨¦s de Franco, hay que rescatar del olvido y de las fosas a todas las v¨ªctimas, llevar la ense?anza de ese pasado a las escuelas, combatir la mentira, cuidar los lugares de memoria. Derogar la Ley de Amnist¨ªa de 1977 es reubicar la historia¡±.
Historiadores y jueces
Como los historiadores, los juristas también están divididos en ese tema. “Las propuestas de derogación parcial no serían necesarias con una interpretación jurisdiccional de esa norma acorde al Derecho Internacional”, explica Javier Chinchón, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense. “Lo que resulta una situación tan anómala como insostenible es que exista una norma vigente en nuestro ordenamiento jurídico que supuestamente pueda amnistiar y amnistíe de forma general y completa graves violaciones a los derechos humanos, porque así supuestamente se decidió durante la Transición”. Uno de los muchos debates que abre la posibilidad de juzgar crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo es que tipos penales como genocidio o crímenes contra la humanidad ni siquiera existían cuando se cometieron aquellas atrocidades. El experto en derecho internacional Philippe Sands, autor de Calle Este Oeste, señala que en cambio que eso no ha impedido "que Alemania reconozca su responsabilidad en el genocidio Herero en 1904".
Alicia Gil, catedrática de Derecho Penal de la UNED, se pronuncia en un sentido contrario: “No va a tener efecto. No se puede intentar imponer una determinada interpretación de la ley rechazada por el Supremo y el Constitucional. Se trata de una ley que ya ha cumplido sus efectos. No creo que ningún tribunal español pudiera resucitar esas responsabilidades”. Preguntada sobre el papel que esta reforma podría tener en esclarecer el pasado, Gil responde: “La función del juez no es ser historiador”.