La subdirectora de la c¨¢rcel de Villena detenida confiesa que simul¨® las amenazas y el robo

La subdirectora de la c¨¢rcel de Villena (Alicante) detenida el pasado lunes por la Guardia Civil acusada de simulaci¨®n de delito, confes¨® en su declaraci¨®n ante los agentes que minti¨® cuando asegur¨® que hab¨ªa recibido mensajes amenazantes en su tel¨¦fono m¨®vil y que le hab¨ªan sustra¨ªdo este, seg¨²n detallan a EL PA?S fuentes cercanas a la investigaci¨®n. Sin embargo, la mujer mantuvo la versi¨®n de que el pasado 6 de septiembre fue agredida por cinco o seis encapuchados que la asaltaron cuando abandonaba su domicilio para dirigirse a su puesto de trabajo en el centro penitenciario. Entonces acompa?¨® la denuncia con un parte m¨¦dico que recog¨ªa supuestas lesiones en un labio y un p¨®mulo.

Las fuentes consultadas se?alan que los responsables de las pesquisas trabajan con la hip¨®tesis de que este ataque es tambi¨¦n una supuesta invenci¨®n de la mujer, aunque admiten que, tras el interrogatorio a testigos y la revisi¨®n de las c¨¢maras de seguridad de los establecimientos cercanos a la vivienda donde se produjo, no han podido a¨²n descartar totalmente la versi¨®n de la subdirectora. Instituciones Penitenciarias anunci¨® este jueves su destituci¨®n y la pr¨®xima apertura de un expediente disciplinario.

El ataque cuya realidad ha sido ahora puesta en duda por la investigaci¨®n de la Guardia Civil se conoci¨® el pasado 6 de septiembre, cuando la subdirectora de la prisi¨®n de Villena denunci¨® que hab¨ªa sido atacada a primera hora de la ma?ana por encapuchados a la salida de su domicilio cuando se dirig¨ªa al trabajo. Entonces Instituciones Penitenciarias vincul¨® en una nota de prensa la supuesta agresi¨®n con la investigaci¨®n interna abierta en la prisi¨®n por la paliza que, unas semanas antes, hab¨ªa sufrido un interno con una enfermedad mental a manos de tres funcionarios de esta c¨¢rcel. La subdirectora asaltada era la responsable de custodiar las im¨¢genes grabadas por las c¨¢maras de seguridad del penal que recog¨ªan aquel suceso y, seg¨²n denunci¨®, los atacantes pretend¨ªan que las borrara. El secretario general de Instituciones Penitenciarias, ?ngel Luis Ortiz, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, mostraron su apoyo a la mujer y se convocaron concentraciones de repulsa.

En su denuncia, la mujer asegur¨® que tres de los supuestos asaltantes la hab¨ªan sujetado por detr¨¢s mientras otro le propin¨® dos fuertes golpes en la cara a la vez que le exig¨ªa que tuviera ¡°la boca cerrada¡± en la declaraci¨®n que iba a realizar al d¨ªa siguiente por la paliza al recluso. Adem¨¢s, asegur¨® que d¨ªas antes hab¨ªa recibido amenazas en su tel¨¦fono a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa instant¨¢nea Whatsapp procedentes de ¡°un n¨²mero oculto¡±. Cuando los agentes le pidieron el terminal en el que hab¨ªa recibido los mensajes para analizarlo e intentar identificar al autor de los mismos, la funcionaria asegur¨® que se lo hab¨ªan sustra¨ªdo en la prisi¨®n d¨ªas antes.

Fuentes cercanas a la investigaci¨®n se?alan que el testimonio de la funcionaria present¨® desde el primer momento algunas incoherencias, adem¨¢s de contradicciones con lo que hab¨ªa declarado en la investigaci¨®n interna abierta por Instituciones Penitenciarias. Ante los inspectores de Prisiones, la mujer hab¨ªa se?alado directamente a miembros de un sindicato de trabajadores penitenciarios, mientras que ante la Guardia Civil se limit¨® a decir que hab¨ªa tenido ¡°problemas¡± y que le hab¨ªan hecho una advertencia ¡°verbal¡± sin concretar detalles.

La versi¨®n de la subdirectora de la c¨¢rcel empez¨® a venirse abajo cuando los agentes del instituto armado localizaron en su poder el m¨®vil que hab¨ªa denunciado como robado y comprobaron que los mensajes amenazantes hab¨ªan salido de otro terminal de su propiedad, tambi¨¦n encontrado, seg¨²n detallan las fuentes consultadas. Cuando el lunes, la Guardia Civil la llam¨® a declarar acompa?ada de su abogado y le interrog¨® sobre estos hechos, la mujer supuestamente admiti¨® que hab¨ªa simulado tanto las amenazas como el robo del m¨®vil.

Estas mismas fuentes a?aden que la funcionaria de prisiones mantuvo, sin embargo, que fue asaltada por encapuchados, que le provocaron las lesiones del rostro. Tras la declaraci¨®n, la subdirectora de la prisi¨®n alicantina qued¨® en libertad a la espera de ser citada por el juez que instruye la causa abierta por su denuncia inicial.