Efectismo y volatilidad
El ¡°momento Yolanda¡± parece haberse desvanecido, pero no ser¨¢ el ¨²ltimo antes de las elecciones
El bar¨®metro del CIS publicado este jueves apunta a un claro final del ¡°momento Yolanda¡±, del que hablamos en estas mismas p¨¢ginas en noviembre. Los datos no permiten afirmar que la vicepresidenta segunda no consiga un buen resultado en las elecciones generales previstas para dentro de dos a?os, pero s¨ª muestran claramente que el ¡°efecto Yolanda¡± se ha desvanecido, por ahora.
Si se comparan los datos con los del bar¨®metro de diciembre, UP pierde cerca de 365.000 fieles, que marchan a los cuarteles de invierno de la indecisi¨®n, la abstenci¨®n y el voto en blanco, precisamente de donde hab¨ªan salido en tropel en noviembre. Tambi¨¦n se observa una evidente contracci¨®n de los trasvases hacia UP, cerca de 400.000, provenientes de todo el arco de la izquierda, principalmente del PSOE y M¨¢s Pa¨ªs, tambi¨¦n de ERC.
Es interesante la trayectoria de los votantes del PSOE. Entre octubre y noviembre se observa una fuga de casi 300.000 hacia UP, la mayor¨ªa directamente del voto fiel y una parte importante desde la indecisi¨®n. Todos ellos vuelven al PSOE en dos fases entre diciembre y enero. La mitad dicen ahora que votar¨¢n a S¨¢nchez, la otra mitad ha recalado en la indecisi¨®n. Un movimiento de ida y vuelta en un lapso de tres meses.
Entre mayo y diciembre vimos c¨®mo se produc¨ªa el ¡°efecto Ayuso¡± en el espacio del PP. La victoria en Madrid catapult¨® el voto de los populares, que entre abril y mayo mejoraron en m¨¢s de medio mill¨®n su voto fiel, adem¨¢s de atraer unos 400.000 votos desde Cs, Vox y el PSOE. En diciembre el voto fiel hab¨ªa quedado en la mitad y los trasvases de PSOE y Cs hab¨ªan pr¨¢cticamente desaparecido, mientras que con Vox hab¨ªa hecho el camino inverso: eran m¨¢s los votos trasvasados de PP al partido de Abascal que a la inversa. El ¡°efecto Ayuso¡± se hab¨ªa esfumado en siete meses.
Este tipo de episodios no son nuevos. Siempre ha existido cierto movimiento de simpat¨ªas entre partidos durante la legislatura, que algunas veces no se acaban concretando, y que responden a cambios en alg¨²n elemento del escenario (nuevos liderazgos, pol¨¦micas, contagio de otras elecciones). La novedad ahora es que se trata de episodios de corta duraci¨®n y que involucran a un gran n¨²mero de electores, con capacidad de modificar a fondo las expectativas generales y, con ello, las estrategias de los partidos. El ejemplo quiz¨¢s m¨¢s paradigm¨¢tico fue el ascenso de Cs a lo largo de 2018, empujado por su resultado en las elecciones catalanas de diciembre de 2017, y que llev¨® al partido a su actual situaci¨®n.
Lo que hay detr¨¢s de estos movimientos es un electorado m¨¢s propenso al cambio, m¨¢s vol¨¢til, sometido a un bombardeo constante de informaci¨®n que busca modificar la imagen que tienen de los actores pol¨ªticos, lo que implica una permanente oscilaci¨®n de simpat¨ªas entre ellos. El ¡°efecto Ayuso¡± y el ¡°efecto Yolanda¡± lo que muestran es la existencia de segmentos de voto susceptibles de moverse y variar su elecci¨®n en un lapso de tiempo significativamente breve y al calor del constante electroshock al que les someten las informaciones que van apareciendo de forma secuencial, solap¨¢ndose.
No den nada por seguro. El ¡°efecto Yolanda¡± parece haberse desvanecido, pero no ser¨¢ el ¨²ltimo antes de las elecciones. Habr¨¢ m¨¢s y ser¨¢n r¨¢pidos y potentes. Porque cada vez hay menos voto que puede darse por seguro y la volatilidad, para muchos electores, es la nueva normalidad.
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