Pactos en el aire con el nuevo PP
El Gobierno no aceptar¨¢ un cambio en el modelo de elecci¨®n del CGPJ y aguarda la posici¨®n de los populares ante los acuerdos con Vox
La satisfacci¨®n a¨²n se mantiene entre los negociadores del Gobierno y del PP sobre la renovaci¨®n de los miembros del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Cuentas. ¡°Fue un buen acuerdo¡±. Eso dicen las dos partes a pesar del estupor que embarg¨® a parte del mundo judicial, en grado sumo en el Tribunal Supremo, por el curr¨ªculum de algunos de los elegidos por las dos fuerzas con capacidad num¨¦rica para designar a quienes ocupar¨¢n puestos imprescindibles para la buena marcha de los poderes del Estado.
El pasado mes de octubre las dos partes se pusieron de acuerdo en menos de 24 horas para renovar el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo y la Agencia de Protecci¨®n de Datos. La renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) qued¨® fuera del acuerdo. As¨ª sigue, bloqueado y caducado desde noviembre de 2018.
En ese estado lo dejaron el ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, y el ex secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, fuera del cargo desde que dimiti¨® por las peticiones inclementes de los l¨ªderes territoriales ante el manejo de la crisis con la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso.
Un nuevo per¨ªodo se abrir¨¢ entre el Gobierno y el primer partido de la oposici¨®n cuando el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, sea elegido como l¨ªder nacional del PP. Nuevo l¨ªder, nuevo estilo, pero con barreras tan cerradas como lo est¨¢n ahora en determinadas materias. El gobierno de Pedro S¨¢nchez no va a ceder en el cambio de modelo de elecci¨®n del Consejo General del Poder Judicial. Si el presidente gallego sigue los postulados de su antecesor no habr¨¢ acuerdo.
Los interlocutores consultados se?alan que un modelo de exclusiva elecci¨®n entre jueces no es aceptable por su car¨¢cter estrictamente corporativista. Mucho lo han pensado en el Gobierno de Pedro S¨¢nchez despu¨¦s de tantas reuniones con el PP, secretas la inmensa mayor¨ªa, en las que no han visto fundamento para el cambio. Tras llegar a acuerdos, el PP rectificaba y se echaba para atr¨¢s. Ambos negociadores pueden recitar de memoria los nombres de los designados.
En estos pr¨®ximos d¨ªas le corresponder¨¢ a la coordinadora general del PP hasta la celebraci¨®n del congreso popular, y actual portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, manejar el d¨ªa a d¨ªa y de las acciones del partido. Tambi¨¦n responder por si se retomar¨¢ esta negociaci¨®n. Eso no ocurrir¨¢. Todos los asuntos relevantes quedar¨¢n para el nuevo l¨ªder y su equipo. La renovaci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces quedar¨¢ en la carpeta de asuntos pendientes. ¡°Si Vox no existiera, el consejo estar¨ªa ya renovado¡±, es la opini¨®n del Gobierno central, en referencia al pasado inmediato de negociaci¨®n entre Bola?os y Garc¨ªa Egea.
Al Gobierno, ahora, no le es ajena en absoluto la orientaci¨®n pol¨ªtica que guiar¨¢ a N¨²?ez Feij¨®o. Los interrogantes de los dirigentes populares en los territorios, y, sobre todo, la zozobra de parte del grupo parlamentario sobre la intensidad de los cambios, van en paralelo a las hip¨®tesis que maneja el ejecutivo de Pedro S¨¢nchez. Tampoco est¨¢ tranquilo.
S¨ª saben que N¨²?ez Feij¨®o est¨¢ acostumbrado a abrirse a grandes espacios para que los ciudadanos no tengan necesidad de buscar v¨ªas alternativas. Ni Vox ni Ciudadanos arraigaron en Galicia. Su conseguida centralidad social y electoral en su comunidad chocar¨¢ con realidades territoriales muy diferentes y, sobre todo, con la diversidad del Congreso, donde Vox vigila estrechamente todos los pasos del PP, prestos a denunciar lo que consideren traici¨®n o desviaci¨®n, en forma de aproximaci¨®n al Gobierno.
Feij¨®o no est¨¢ en el Congreso pero tendr¨¢ que decidir cada decisi¨®n que tome el partido y los grupos parlamentarios. Casado consideraba estrat¨¦gico diferenciarse de Vox para tratar de llegar a las elecciones generales con un espacio m¨¢s ancho por el centro. Para ello ten¨ªa que resistir las exigencias de acuerdos cerrados con Vox en las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo a?o. Esos postulados concuerdan mucho con las hechuras pol¨ªticas de Feij¨®o pero la pregunta es si puede mantener esa distancia con Vox en Andaluc¨ªa. En Castilla y Le¨®n decidir¨¢ su l¨ªder, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, ya en conversaciones avanzadas con Vox, como le reprochar¨¢ el PSOE si llega a un pacto.
Las denuncias sobre parcialidad y oscurantismo en la gesti¨®n de los fondos europeos es un ¨¢rea fundamental en la que el Gobierno quiere testar si hay posibilidad de acuerdo. El Gobierno de coalici¨®n est¨¢ pendiente de cu¨¢nto condiciona Vox al nuevo PP o si se desliza hacia el centro. Y todas las opciones tienen inconvenientes.
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